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Prueba de manejo: MINI Clubman 2016

La marca británica le da una vuelta a su Clubman con una propuesta más aterrizada en lo que a funcionalidad se refiere, aunque manteniendo intacta la esencia de MINI. El gran cambio está en la configuración de puertas.

Prueba de manejo: MINI Clubman 2016

Clubman es un nombre propio en MINI y se remonta a fines de los años 60, cuando se lanzó un restyling del modelo original. Por entonces ya existían unas variantes Traveller y Countryman, que aportaban versatilidad en un formato muy innovador, y que fueron reemplazadas por un Clubman Estate ya a principios de los 70.

Fue esta versatilidad y su diseño particular lo que quiso replicar BMW, actual dueño de MINI, cuando decidió lanzar una nueva versión del Clubman en 2008 (llegó a Chile en 2009), como miembro de la familia de la primera generación del nuevo MINI (R55).

La idea entonces era ampliar la capacidad del Mini ofreciendo un mejor acceso a las plazas traseras con una tercera puerta lateral de apertura invertida, y una mayor capacidad de carga en el maletero, al que se accedía por una puerta de doble hoja vertical.

El resultado entonces fue un modelo muy purista, que le costó encontrar su espacio en el gran mercado global, sobre todo cuando la propia MINI lanzó con posterioridad el Countryman, un modelo con verdaderas cuatro puertas y mucha mayor versatilidad que el Clubman.

Esto explica el porqué del Clubman actual, presentado en el último Salón de Frankfurt y lanzado en Chile a principios de año. Un modelo que vuelve a ofertar funcionalidad, pero con mucho mayor encanto que en su generación anterior.

 

Mecánica

 

El nuevo MINI Clubman está construido sobre la nueva plataforma modular compacta de BMW (Serie 2 Tourer, X1), por lo que monta un motor transversal delantero y ofrece tracción en el eje delantero. También existen versiones Clubman All4, aunque no están disponibles en Chile.

Como siempre, se trabajó una inteligente reducción de peso para que no se dispare en la balanza (1.360 kilos), y se rebajó el centro de gravedad para que el Clubman, pese a su gran tamaño, mantenga un comportamiento digno de la marca.

Mide 4.253 mm de largo, siendo así el modelo más grande de MINI. Tiene 1.800 mm de ancho y 1.441 mm de alto, con 2.670 mm entre los ejes, lo que garantiza que las plazas posteriores son realmente funcionales. Si se compara con el primer Clubman es 315 mm más grande, pero todavía más importante es que le gana al nuevo Mini 5 en longitud (27 cm) y anchura (9 cm), y la distancia entre ejes es mayor en 10 cm, y eso se traduce en una habitabilidad muy superior.

Quizás si el cambio más radical es la incorporación de una segunda puerta lateral por el lado del conductor, y la opción de abrir las cuatro de manera independiente, no como hasta ahora. En el maletero, MINI mantuvo el diseño de dos puertas verticales (split doors), muy coquetas y efectivas, ya que no se necesita de gran espacio para poder acceder a un respetable maletero de 360 litros, ampliable a 1.250 si se abaten los asientos. Como dato adicional, MINI modificó la suspensión trasera para hacerla más compacta y ganar espacio de carga.

El diseño es el clásico en esta tercera generación de la marca, con un capó abultado y toma de aire horizontal, pasos de rueda bien marcados, los tradicionales focos redondos (aunque recostados sobre el capó) y una parrilla más ovalada.

Es un MINI más masculino y agresivo por sus líneas, aunque también es el más grande todos, y eso se nota especialmente con la vista lateral, al ver que la silueta avanza y avanza hacia atrás, y no acaba nunca. En la zaga se aprecia el mayor cambio de diseño, con dos focos ovalados y el largo manillar horizontal que une ambas puertas.

La versión Cooper S testeada monta el magnífico bloque 2.0 litros TwinPower Turbo con 192 caballos de fuerza y 280 Nm de par, que asociado a una caja automática de ocho velocidades, saca a relucir el buen saber que el fabricante tiene en esta materia. Puede acelerar de 0 a 100 km/h en sólo 7,1 segundos, con un consumo homologado de 17,2 km/litro, aunque en nuestra prueba marcó 12,8 km/litro, muy bueno si se considera que el pedal iba bastante abajo siempre.

 

Confort

 

Ya hemos hablado en extenso del trabajo de MINI para lograr que el Clubman sea su modelo ícono en habitabilidad, y competir con mayor soltura frente a modelos “familiares” del segmento premium, como el Audi A3 Sportback o incluso un Mercedes Benz Clase A. Y lo claro es que lo ha conseguido, ya que por primera vez no hay que hacer contorsiones para meterse en las plazas traseras de un MINI.

Caben dos personas atrás, si son pequeñas irán con soltura, si son grandes irán ajustados de cabeza y piernas. Pero claro, al menos hoy podrán viajar en un MINI.

El diseño del tablero es lo que se conoce de la tercera generación, con los embellecedores iluminados, el MINI Excitement con las luces ambientales LED, y los clásicos guiños al pasado con la consola central circular y la botonera de avión.

Este modelo incluye también una serie de soluciones novedosas que le aportan carácter. Por ejemplo, el freno de mano eléctrico, los asientos de accionamiento eléctrico, y una proyección del logo de MINI en el suelo cuando se abre o cierra la puerta del conductor.

En cuanto a equipamiento, esta versión incluye casi todo lo que uno podría esperar de un auto premium de este precio, por lo que vale más la pena destacar aquello que no tiene y, quizás, debería.

La ausencia más llamativa es una cámara de retroceso que muestre una imagen real, no virtual, de lo que hay detrás del auto cuando se pone reversa. Hoy, en la pantalla luce una silueta del MINI y los colores cambian a medida que la alarma de cercanía suena más rápido. Pero no se puede ver nada.

Lo segundo, un navegador GPS, presente en modelos generalistas más baratos. Sin cámara ni navegador, la gran pantalla del Clubman pierde mucha de su funcionalidad.

 

Manejo

 

Cuando uno se sube al Clubman se generan dos sensaciones inmediatas: estamos sentados en un verdadero MINI, con una postura baja y con un volante de tacto exquisito, y hay muy poca visibilidad hacia atrás, porque la luneta es estrecha y porque las puertas la parten por la mitad. Hay que usar sí o s se dispare en la balanza (1.360 al pisarlo fuerte)e usar slidad hacia atros sentados en un verdadero MINI, con una postura bajaí los espejos laterales.

Como otros MINI, el Clubman ofrece modos de conducción ECO, Confort y Sport. Para los puristas el primero no existe. Con el del medio se obtiene la respuesta más inteligente para el uso normal de cada día, con un motor no tan agresivo, pero sí con una notable comodidad sobre pavimentos regulares. Notable si nos referimos a un MINI, que trabaja con espirales más rígidos y una suspensión firmes para conseguir ese tacto deportivo tan característico en la marca.

En modo Sport se pasa realmente bien, con una caja más corta y que demora más en pasar las marchas, permitiendo mantener un régimen alto por más tiempo, una dirección más precisa, una anulación del rolido en curva y una respuesta briosa del motor.

Es el “kart feeling” del que tanto habla la marca y que encanta en todos los MINI, desde el hatch de 3 puertas hasta este “gigantesco” Clubman. Con este modo, el Clubman Cooper S puede acelerar de 0 a 100 km/h en 7,1 segundos (con cuidado eso sí, que hay algo de movimiento en el volante al pisarlo fuerte), lo que habla de su gran capacidad de aceleración desde parado, algo que se replica en situaciones de recuperación.

A cambio, los golpes de la suspensión están más presentes y los malos asfaltos se sufren el doble. Los neumáticos 225/45 R17 no alcanzan para amortiguar lo que el chasis no hace. Una por otra.

 

Conclusión

 

El nuevo MINI Clubman es un auto más versátil que su antecesor, y con todo el aditamento que significa manejar un MINI. No tiene cuatro, sino seis puertas, ofrece plazas traseras con buen espacio y un maletero con 360 litros, algo inédito en un auto de la marca.

El diseño es muy MINI de frente y muy poco de costado. El Clubman es largo y no tiene el mismo carácter que sus hermanos. Por lo mismo, creo que a los puristas de la marca no les gustará. Menos por su precio: $ 27.900.000 esta versión Cooper S automático.

Pero si pensamos en personas más racionales que emocionales, que gustan de la experiencia de conducción que ofrece esta marca, pero necesitan espacio para las tareas domésticas (llevar niños al colegio, acarrear bultos en tramos cortos), quizás al fin tengan un MINI para satisfacer todos sus requerimientos.

Creo que ahí está el target. Y para ellos, sí es una buena compra.

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