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Test drive: Jaguar F-Pace 2017

El primer SUV de la marca británica es un modelo de claro corte deportivo, muy lujoso en su interior y con un alto contenido tecnológico que pone a la vanguardia en el segmento.

Test drive: Jaguar F-Pace 2017

Fue en Frankfurt, hace casi un año atrás, donde Jaguar presentó al mundo su visión de cómo debe ser un SUV que lleve el logo de la marca. Y considerando su herencia histórica de éxitos deportivos, el gusto por el buen diseño y el notable soporte tecnológico que ha recibido de su dueño, el conglomerado indio Tata, el nuevo F-Pace no podía ser distinto a un estiloso, sofisticado y muy deportivo todocamino.

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El resultado parece ser un éxito. Su diseño es hermoso, muy deportivo, pero a la vez sofisticado y elegante, y su habitabilidad es más que respetable considerado que el diseño tiende a sacrificar espacio interior. Y ni hablar de su deportividad, lograda a la perfección con motores poderosos, un chasis liviano y bien balanceado, y asistencias electrónicas de última generación.

El F-Pace marca el punto de partida de Jaguar con este tipo de modelos, y es una pieza fundamental para el éxito del plan 2020, para cuando la marca pretende vender 350 mil unidades a nivel global (desde las 84 mil comercializadas el año pasado).

Con el F-Pace, Jaguar busca consolidar su fama de marca premium deportiva, apuntando a conquistar clientes que prefieren SUV agresivos y dinámicos, como el Porsche Macan y el BMW X4. Pero también quiere vender practicidad para quitarle público al Mercedes Benz GLC y el Audi Q5, y es así como pone énfasis en equipamiento, habitabilidad y conectividad.

 

Datos técnicos y mecánicos

El Jaguar F-Pace está construido sobre la nueva plataforma modular de aluminio de la marca, que ya da vida a los sedanes XE y XF, aunque modificada para permitir la incorporación de un sistema de tracción total y de mejores capacidades off-road.

Mide 4.731 metros de largo, 2.175 metros de ancho y 1.652 metros de alto, con lo que es más grande que su competencia directa. Sin embargo, gracias a su estructura de aluminio (80% del total), pesa 300 kilos menos, entre 1.775 y 1.861 kilos dependiendo de la versión, lo que es bastante poco para un modelo de estas características.

La habitabilidad es correcta para cinco personas, aunque con la sabida penalidad que impone una plaza centra trasera elevada y sin lugar para poner los pies. El maletero, sin embargo, destaca con sus 650 litros de capacidad.

El diseño es todo lo que uno podía esperar de un Jaguar diseñado por Ian Callum: proporcionado, deportivo y elegante.

El frontal no deja lugar a dudas de que se trata de un Jaguar, con una parrilla imponente, una línea musculosa y grupos ópticos que se ven muy aerodinámicos. La silueta nos muestra un voladizo delantero corto y, sin embargo, visualmente se ve trompudo. En contra partida, el voladizo trasero es ligeramente más largo, recordándonos algunos sedanes de Jaguar de tiempos pasados.

La suspensión delantera es de doble brazo y atrás hay una estructura multilink, la misma que la del muy deportivo F-Type, aunque con bastante más recorrido. La dirección, en tanto, es electromecánica con dureza variable. Hay amortiguadores adaptativos opcionales por si escalamos a versiones más caras.

Es importante resaltar que pese a que va en una línea diferente a su marca hermana Land Rover, ofrece algunos atributos destacables en el mundo off-road, por ejemplo, los 213 mm de despeje al piso, los algo más de 25º de angulación de entrada y salida, y los 525 mm de capacidad de vadeo.

Jaguar ofrece en Chile cuatro versiones y tres paquetes motrices en este F-Pace. De entrada está el nuevo bloque turbodiésel de cuatro cilindros y dos litros, que eroga 180 caballos de fuerza y 430 Nm de par desde 1.750 rpm (US$ 63.900), y que según cifras de homologación, gasta apenas 20 km/litro.

Con acabados Prestige y R se encuentra el bloque gasolinero V6 3.0 litros con 340 Hp y 450 Nm de par (US$ 74.900 y US$ 90.900), mientras que como tope de gama S se ofrece el mismo motor, pero con súper cargador, para generar 380 Hp y 450 Nm (US$ 113.900). Con este bloque, el F-Pace S puede alcanzar 100 km/h en 5,5 segundos.

Todos incorporan caja automática de ocho velocidades y un sistema de tracción total inteligente, con énfasis en mantener el par en el eje posterior.

 

Confort y equipamiento

Como podría suponerse, el habitáculo del Jaguar F-Pace es sumamente exclusivo, tecnológico y elegante, y como ya dijimos, bastante amplio considerando su silueta deportiva.

La posición de manejo es alta, aunque con el ajuste eléctrico, el asiento se puede poner bastante abajo para mejorar la sensación de deportividad. Además, ofrece una visión muy clara del panel y del exterior, aunque no tanto hacia atrás como nos gustaría. La luneta es pequeña y los espejos cuidan la aerodinámica, así que no ayudan tanto.

Frente a los ojos, y dependiendo de la versión, destaca una pantalla TFT de 12,3 pulgadas que puede configurarse a placer del conductor a través de tres esferas digitales, pudiendo destacarse la velocidad, las rpm o el mapa de navegación, entre que puede ocupar toda la pantalla.

El tablero también está circunscrito a la pantalla de 8 o 10,2” del InControl Touch, el nuevo sistema de infoentretenimiento que controla mucho más que la radio. Ahí está todo lo que ocurre en el auto, desde la navegación hasta la configuración off-road, de una manera tan intuitivo como en un iPad.

Un poco más abajo está el climatizador, el botón de encendido de motor, y ya en la consola central, el mando giratorio de la transmisión de ocho marchas y los botones para los modos de conducción.

Como dijimos antes, la sensación de lujo es manifiesta, con pieles de alta calidad, exquisitas terminaciones y un diseño enfocado en la usabilidad.

 

Impresión de manejo

Lo primero que destaca de todas las versiones del Jaguar F-Pace es la buena sensación de insonorización del habitáculo, con muy buenas ejecuciones no sólo para el motor, sino también para el ruido aerodinámico a alta velocidad.

Eso sí, los filtros dejan pasar las notas graves del motor súper cargado mientras sube de revoluciones, y eso de por sí es música para los oídos.

Como dijimos, la posición de manejo es muy buena, sin importar si le gusta manejar arriba o abajo, ya que el ajuste es múltiple. Desde el puesto de conducción se ve todo muy claro hacia adelante, no tanto hacia atrás.

Con los tres motores la sensación de aceleración es buena, aunque pese a su buen torque en baja, no se condice la del 2.0 turbodiésel con la del 3.0 súper cargado, que es explosiva y gratificante. Cuando pisas el acelerador se siente la fuerza instantáneamente, de manera casi brutal.

Los modos de conducción permiten que el F-Pace se mejor adapte al tipo de manejo y superficie, suavizando los baches y afirmando la carrocería. Hay un modo off-road que pone todo el esfuerzo en reforzar la tracción en condiciones de baja adherencia, pero es el modo dinámico el que nos encantó. Consigue una respuesta más viva al acelerador, la dirección gana “peso”, la suspensión se vuelve firme y la caja adquiere un modo más agresivo. Así, el F-Pace se pone a disposición del conductor para un manejo más dinámico, y que sorprende en su forma de trazar las curvas (a no olvidar que también cuenta con un Torque Vectoring).

En todo caso, no hay que olvidar que pese a todo el aluminio que pueda tener en su construcción, hay mucha masa que mover y no eso no se puede esconder en curvas cerradas o ante movimientos bruscos. El control del rolido de la carrocería sí es mayor que en muchos SUV premium, pero se inclina más que cualquiera de los Jaguar actuales o que un Porsche Macan.

La dirección es más rápida que en la mayoría de los SUV, y no se muestra nerviosa. Hay buen tacto, con mucha información disponible para el conductor, pero hay que tener cuidado, ya que al primer movimiento brusco del volante se sentirá que estamos conduciendo un SUV de grandes dimensiones y buen peso. Ahora, si se hace con sutileza y buen ritmo, responderá con movimientos equilibrados.

 

Conclusión

El Jaguar F-Pace es una gran apuesta de Jaguar que cautivará a clientes que buscan algo distinto de un SUV convencional, y que no son presuntuosos a la hora de elegir un auto premium con el logo bien marcado.

El F-Pace es hermoso en su diseño, es elegante y refinado en su interior, y tiene un espíritu deportivo claro y rotundo. Se mueve mejor en autopistas que en otro tipo de caminos, ofreciendo un confort superlativo y grandes dosis de aceleración. En carreteras curvadas se puede pasar muy bien también, pero está lejos del dinamismo que se consigue en cualquier otro Jaguar. Para el mundo off-road es mejor optar por cualquiera de los Land Rover.

Lo mejor de Jaguar es que sigue siendo una marca exclusiva, que ha mejorado sustantivamente sus reportes de calidad y confiabilidad, y que su enfoque en la conducción se percibe nada más subirse al auto. Lo malo es que al frente hay cuatro marcas alemanas que no son fáciles de batir.

¿Vale la pena? Si le da el precio, es una gran apuesta, sin lugar a dudas.

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