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Test Drive: Nissan 370Z 2017

El 370Z es un auto muy relevante para Nissan. Su influencia en diseño ha marcado la pauta para prácticamente todos los modelos de la marca japonesa. Los años le pesan y ha pasado por distintas etapas de aceptación en nuestro país. Sin embargo su alma deportiva, pura, inadulterada, prevalece.

Test Drive: Nissan 370Z 2017

Ha pasado un largo tiempo desde que el Nissan 370Z vio la luz en la escena global. Solo un facelift intermedio le entregó un refresco para mantenerlo en vigencia frente a sus rivales europeos y japonés. Sin embargo, el Z aún está aquí.

No podemos quitarle credenciales. El 370Z es el último en un largo linaje deportivo para la marca japonesa, donde encontramos al 350Z, al 300ZX, 280Z, 260Z y el 240Z de 1970. Popular en muchos mercados donde llegó, la relación precio performance lo hicieron un favorito de muchos, quienes rápidamente se dieron cuenta de lo fácil que era tunearlo y mantenerlo. En Estados Unidos, siendo un auto más económico, hizo de la recesión y la crisis del petróleo, sus mejores aliados ante los pesos pesados Camaro y Mustang.

Además, este 370Z ha sido puntal importante en materia de diseño para Nissan. Los pasos de rueda delanteros abultados, los focos con forma de boomerang, el diseño de los volantes, el clúster de información en algunos modelos, hasta el día de hoy no hay auto de Nissan que no tenga siquiera un poquito de Z en su ADN.

Los años pasan y el Z se ha quedado un poco atrás como producto. La tecnología se ha impuesto en la mayoría de sus rivales, sea mecánicamente hablando o en equipamiento de confort. Aunque al manejarlo, hay algo que no tiene precio ni tiempo que pueda alterar, un espíritu deportivo análogo que los puristas sabrán apreciar y agradecer.

Características técnicas y mecánicas

El 370Z tiene las dimensiones perfectas para un deportivo biplaza. Un largo de 4250 mm, un ancho de 1845 mm y una altura de 1310 mm, lo hacen más pequeño que un muscle car y claramente más grande que algún convertible del perfil del Mazda Miata. Su peso de 1400 kilos en vacío lo ponen dentro del mismo saco que algunos de sus rivales. La dieta podría ser mayor, pero no es algo que se perciba mucho, ya que, con su motor frontal bien desplazado hacia la cabina, se logra un excelente reparto de peso de razón 53:47, esto es porque al acelerar siempre hay transferencia de peso, lo que, según los estudios de Nissan, permite obtener un equilibrio 50:50 perfecto en movimiento. Esto puede no ser directamente un factor determinante a la hora ser más rápido, pero si ayuda a poner menos stress en los neumáticos y a una dinámica mucho más controlada.

En materias de diseño, el Z es un auto que siempre llama la atención, por sus voluptuosas curvas y por su sensualidad natural, no presenta grandes tomas de aire ni alerones grotescos. Sumado a sus grandes ruedas, un capo largo, la gente se sigue dando vuelta a mirarlo en la calle, sobretodo que es un auto menos común. El facelift le quita los “colmillos” a la parrilla frontal, con los que debutó el modelo y añade dos piezas de LED de diseño vertical a cada costado del parachoques, rasgo más distintivo de la revisión en diseño.

El 370Z es impulsado por el ya legendario VQ37VHR aspirado de 3.7 litros, una evolución del VQ35 del 350Z. Este motor entrega 332 Hp a las 7000 RPM y 363 Nm de torque a las 5200. El truco que hace que este motor ande más fuerte que en otras aplicaciones de Nissan, es su programa de alzado variable de válvulas VVEL, ajustado para trabajar de manera muy elástica, por todo el rango de revoluciones. Se acopla a una caja manual de 6 velocidades, aunque la versión que se comercializa en Chile por hoy, solo oferta la automática de 7 velocidades.

Confort y Habitabilidad

El interior del 370Z recoge como guante a dos personas, gracias a sus dos butacas deportivas de cuero. Tras ellas queda un espacio muy pequeño para guardar cosas, como pueden ser un bolso pequeño o una cámara. Si quieres guardar cosas más grandes, lo primero es que ojalá no sean muy grandes ya que el maletero de 235 litros tampoco permite mucho.

Hay una sensación en extrema deportiva al tomar asiento dentro del 370Z. Esto es por cómo te envuelve el habitáculo en un ambiente que busca que te enfoques solamente en el camino. Mirar para atrás es una pérdida de tiempo, por los gruesos pilares y el aguzado parabrisas trasero; la misma sensación de como cuando te pones un casco.

La consola presenta buenos materiales y un diseño que va a tono con el exterior, si bien ambas dejan ver que el tiempo ha pasado, incluso percibiéndose más austero de lo que es. De partida tenemos un sistema de audio que incluye parlantes Bose y amplificador, pero la unidad principal es la misma radio que encontramos en todos los Nissan, como el March y el Juke. Lo mismo el climatizador, con tres perillas. En la parte superior de la consola central, encontramos un compartimiento porta objetos, que encontramos tiene demasiado protagonismo y tampoco es tan practico, si bien sabemos que es la única manera de ocultar que es un espacio diseñado para un sistema multimedia con navegador, equipamiento que no llega a Chile. Arriba, tres relojes muy deportivos y bien integrados nos muestran la temperatura del aceite, voltímetro y un reloj.

El clúster principal combina el tacómetro y el velocímetro análogos, con el computador a bordo digital, muy pequeño para la información que ofrece y con indicadores luminosos para la temperatura y combustible. El color naranja predomina como en muchos de los Nissan de aquella época y es otro indicador de como ha pasado el tiempo, con respecto a la iluminación más blanca de estos años. Al frente, el volante, cómodo, pero de tamaño un tanto grande para el modelo.

Volviendo al centro, nos queda la palanca de cambios, de recorrido corto pero duro, dos botones para la calefacción de los asientos y en cada costado de estos últimos, los botones para desplazarlos o inclinarlos, una posición bastante curiosa.

Impresión de manejo

Al arrancar el Z, nos recibe una grata nota ronca y grave desde el escape. Un anuncio de su actitud y personalidad. En ciudad, a baja velocidad es un auto pesado, gracias a la dirección hidráulica, el peso del embrague y el recorrido de la caja de cambios, al contrario de autos con dirección eléctrica y cajas de cambio DSG con modos de manejo. La suspensión (McPherson adelante, Multilink atrás) sorprenderá a varios por lo relativamente cómoda que es en ambiente urbano, sabiendo que es bastante firme para el performance del auto.

En carretera y caminos sinuosos, así como en la pista, es donde todo lo que parece ser pesado e incómodo para ciudad, comienza a cobrar sentido. La palanca corta, el tacto pesado que se agiliza conforme vas más rápido, la precisa y directa dirección, el cómo te involucras con el auto. Es una experiencia única y muy particular, a veces de vieja escuela, algo que le encantara a los más religiosos con el tema de la deportividad. El diferencial trasero es fundamental en la sensación de agarre y tracción que entrega, especialmente en curvas, acompañando muy bien a la dirección.

El V6 de 3.7 litros al ser atmosférico no tiene características explosivas, salvo que vayas más alto de vueltas y jugando con la caja, pero es bastante elástico y de fuerza constante. Nunca se siente falto de nada. Delante de la palanca de cambios, hay un botón “S” que activa el programa “SyncroRev Match”, que es una muy correcta emulación del efecto “punta-tacón” para ajustar las revoluciones del motor en las bajadas de marchas. Se nota bastante en curvas o al adelantar, despertando aún más al motor, eliminando los deltas que pueden existir en la adaptación del motor a la marcha, salvo que seas muy experto con los pedales.

Los frenos son fabricados por Akebono y si bien son muy competentes, se echa de menos una respuesta más deportiva y más “mordedora”.

Sobre el consumo, lo mejor que vimos fueron 10 km/l y en una de esas puede que algo más en carretera. Se sabe que estos autos son gastadores.

Conclusión

El 370Z se comercializa en Chile a un precio de $26.490.000. Esto incluye la caja automática de 7 velocidades, llantas en color aluminio, el sistema de audio Bose con 8 parlantes y un discreto spoiler en la parte trasera. Nuestro modelo de prueba, cuenta con caja manual y llantas oscuras, además de prescindir del spoiler.

Como producto, el 370Z es un auto caro. Esos 26 millones se sienten devaluados en este 2017, sabiendo que es un auto del 2009 y que por ese dinero puedes optar a muchos otros modelos, como podría ser un sedán premium deportivo como un BMW Serie 3 o un deportivo tan análogo como el Z pero mucho mejor equipado, más práctico, aunque más grande, como el Subaru WRX STi. Por un poco menos, están los Hot Hatches, el Renault Megane RS, el Opel Astra OPC, el Peugeot 308 GTi. Hay mucho por donde elegir y que en el papel no te hará extrañar el Z.

Sin embargo para los puristas, románticos y para los que saben de deportivos, ninguno de los autos previamente mencionados te va a entregar lo que el Z tiene, esa verdadera alma deportiva, el espíritu de un auténtico coupé biplaza de tracción trasera, de diseño muscular pero sensual a la vez, con el tamaño justo, de conexión análoga, sin turbocargadores, direcciones eléctricas, cajas de muchas marchas o sistemas electrónicos sofisticados (salvo el SyncroRev Match y un control de tracción desactivable). Si eres de esa raza, el Z te va a entregar una experiencia única, de esas que la tecnología ha desplazado poco a poco.

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