El que la sigue la consigue. El piloto turco Kenan Sofuoglu estaba hace tres meses trabajando en conseguir el récord de velocidad máxima para una moto de producción, y pacientemente se acercaba a su objetivo. Así, hace una semana ya había sobrepasado los 391 km/h y en los últimos ensayos llegaba a los 396 km/h, con lo que ya tenía la misión cumplida -que hasta ese entonces estaba en manos de los japoneses de Trick Star-. Sin embargo, Sofuoglu iba por más.
Su compañera de dos ruedas, la Kawasaki Ninja H2R, equipa un bloque de 998 cc supercargado, que entrega una potencia de 310 caballos (326 Hp con Ram Air) a 14.000 rpm, y 164 Nm a 12.500 rpm. Además, junto a sus 216 kilogramos de peso, ofrece una relación peso/potencia de 0.69 kg/Hp.
Pero la tarea no era cosa de acelerar y listo, sino que había ciertas variables que complicaban un exitoso resultado. Teniendo como escenario el puento Osman Gazi, que une la bahía de Izman y la ciudad en Estambul, las condiciones del lugar y las ráfagas de viento propias de sitios como este eran importantes trabas. La dupla, sin embargo, fue mas fuerte logrando alcanzar los 400 km/h que Sofuoglu se había propuesto, marcando un tiempo de 26 segundos en conseguirlo.
Kawasaki Ninja H2R