El programa de Citroën Racing para su regreso al Campeonato Mundial de Rally en 2017 sigue su curso. Tras numerosas pruebas sobre tierra realizadas en los últimos tres meses a bordo del nuevo Citroën C3 WRC, la firma inicia ahora los ensayos sobre asfalto, una superficie donde la marca siempre brilló con Sebastien Loeb al mando, y que hoy es terreno fecundo para los Volkswagen Polo WRC.
La marca escogió los caminos en Aude, al sur de Francia, para testear el nuevo modelo. El británico Kris Meeke fue el encargado de llevar al C3 WRC al límite sobre el asfalto, una superficie que hoy se usa en sólo cinco de las 14 fechas del calendario (Mónaco, Alemania, China, Francia y España), y que por eso ha sido dejada para una segunda etapa.
“Al probar en las condiciones más duras primero, podemos ver la durabilidad y confiabilidad de los componentes”, dice el director técnico de Citroën Racing, Laurent Fregosi. “Pero hay más de un tipo de tierra. Finlandia y México ofrecen superficies completamente distintas y queremos explorar mucho más aún.
Según las nuevas regulaciones, la puesta a punto para tierra y asfalto es muy similar, pero las diferencias son fundamentales para obtener un buen resultado. El cambio mayor es la suspensión, con componentes más livianos que permiten reducir el despeje al piso al mínimo para el asfalto. Las ruedas son más grandes, de 18 pulgadas, por lo que hay que modificar también la electrónica de la dirección. Y los discos de frenos son mayores también, con cálipers refrigerados por agua. Y el frontal se modifica también al no necesitar tantas protecciones.
Mientras aguardan el debut del nuevo Citroën C3 WRC el 16 de enero de 2017 en Montecarlo, la marca sigue con su programa de participaciones parciales en la actual temporada, donde ya conquistaron el Rally de Portugal.