Los autos, al ser un lugar donde pasamos mucho tiempo, se transforman también en un gran foco de infecciones. Es cosa de ponernos a enlistar: humedad en el sistema de ventilación, el tabaco, las mascotas, la suciedad pegada a nuestros zapatos, migas y restos de comida. Todo lo anterior mencionado puede ser un potencial foco de malos olores, especialmente si no se limpia rápidamente y transformándose en foco de virus, hongos y desagrado.
Por lo mismo algunas marcas de auto, han comenzado a utilizar tecnología de punta, que permita sanitizar los interiores de sus autos. Es justamente en dicho sector donde Airlife se ha transformado en el mayor purificador de aire del sector automotor.
Airlife es un equipo que se conecta a la toma de corriente del vehículo y que utiliza solamente electricidad y aire como materia prima. El ciclo de operación dura 20 minutos, donde el aire al interior del vehículo pasa un promedio de 5 veces por el sistema Airlife de generación de iones reactivos de oxígeno. Esta acción asegura una limpieza integral de contaminantes microbiológicos y orgánicos al interior del habitáculo y ductos del automóvil. Esta tecnología purifica e higieniza el interior y ductos del vehículo, destruyendo molecularmente los microrganismos y olores de origen orgánico. De esta manera, reduce hasta un 99% las diferentes colonias de gérmenes patógenos, sin necesidad de usar elementos químicos y sin dejar residuos.
En la actualidad, la tecnología Airlife es un desarrollo de ingeniería aplicada y específica para la industria automotriz. Existe en 12 países y en Chile el servicio ya se encuentra funcionando en los talleres oficiales de prácticamente todos los grandes grupos automotrices presentes en nuestro país, como Derco, General Motors, Gildemeister, Kaufmann, Toyota y SK Bergé. Cada una de ellas está monitoreada de forma remota para asegurar la entrega del servicio al cliente.
La tecnología Airlife se encuentra certificada tanto en resultados, diseño y fabricación por más de 40 estudios internacionales, entre ellos destacan: estudios microbiológicos realizados por Food Safety & Process Technology (USA), Cesmec (Chile), Ainia (España) Intertek (Inlt.) y con la Certificación de la Comunidad Europea CE, cumpliendo con todas las normas de seguridad. Asimismo, la fabricación está certificada por ISO 9001, ISO 14001 y OHSAS 18001. Además, cuenta con la acreditación de que su tecnología elimina el 99,9% del virus AH1N1.