DS Automobiles ya está en Chile como marca independiente dentro del Grupo PSA. Lo que surgió como una oferta de vehículos más premium dentro del line-up de Citroën, cobró vida propia dos años atrás, y desde entonces que se ha preparado para hacer frente al duro camino que le deparará ser una alternativa real a las marcas alemanas de gama alta.
Por ahora, la firma ha debido convertir los viejos Citroën DS, antes de que comiencen a llegar los modelos realmente nuevos, que para 2020 deberían ser unos 7.
Esto quiere decir que los primeros DS son actualizaciones que modifican el look, mejoran la calidad percibida, modernizan la mecánica y aumentan el valor con equipamiento de última generación.
En la cumbre de la gama se encuentra por ahora el DS5, una berlina mediana de diseño realmente especial, que mezcla el formato de un hatchback con la silueta de un shooting brake. El resultado es un estilo único y personal que no tiene parangón dentro del mercado premium.
El nuevo DS5 2017 se vende en Chile en versión única por $25.990.000, esperando rivalizar con algunas versiones de la Clase C de Mercedes Benz, el A4 de Audi y el Serie 3 de BMW.
Características técnicas y mecánicas
Como lo adelantábamos, el nuevo DS5 no es otra cosa que el viejo Citroën DS5, lo que nos indica que no ha utilizado aún la nueva plataforma modular del Grupo PSA. Por lo mismo, no es grande de tamaño, pese a sus ambiciones de posicionamiento, pero sí muestra una construcción bastante ligera, con 1.615 kilos de peso en vacío.
El DS5 mide 4.530 mm de largo, lejos de las medidas de un A4 y más cercano a un Serie 3. Tampoco es muy ancho, con 1.871 mm, y es definitivamente bajo con sus 1.505 mm, gracias a lo cual mantiene una silueta alargada y acuñada. Entre ejes una medida superior: 2.727 mm.
El diseño incorpora el nuevo frontal dela marca denominado DS WINGS, una calandra verticalizada, con parachoques más esculpidos y grupos ópticos unidos, que en conjunto dan la idea de unas alas extendidas. Los focos también son nuevos, denominados DS LED Vision, que combinan tecnología LED con luces de xenón, y neblineros direccionales.
Bajo el capó se ofrece lo último en tecnología de PSA: el motor BlueHDI 180, un turbodiésel de cuatro cilindros y dos litros, que eroga 180 caballos de fuerza y 320 Nm de par a 2.000 rpm, y que está asociado a la nueva caja automática EAT6 de seis velocidades.
El DS5 homologa 17,9 km/litro en ciudad y 22,6 km/litro en carretera, cifras muy respetables para un modelo de estas características y prestaciones.
Confort y habitabilidad
La habitabilidad nunca ha sido el punto alto de este modelo, fuertemente marcado por su diseño. Si bien las plazas delanteras son óptimas para cualquier persona y el maletero tiene 468 litros de capacidad, es en las plazas traseras donde se siente una mayor estrechez.
Primero, porque el acceso ya es limitado debido a que la baja altura del techo obliga a contorsionarse; segundo, porque no hay ni mucho lugar para la cabeza ni mucho para las piernas; finalmente, porque sólo caben dos pasajeros cómodos, y un tercero realmente mal. Ahora, niños… ellos caben en todas partes.
El interior mantiene el diseño futurista de la consola, muy inspirado en la industria aeroespacial, ya sea en la forma de los botones como en los mandos puestos en el techo. Eso sí, no es fácil acostumbrarse a ciertas posiciones de mandos, por ejemplo el de las vidrios, que están emplazados en la consola central.
Al centro del tablero luce la nueva pantalla táctil de 7”, con un sistema de infoentretenimiento que la marca denomina Mirror Screen, compatible con Apple CarPlay y Android (a través de Mirror Link). Si bien tiene buen tamaño, está tan encajonada que termina viéndose pequeña.
Lo mismo pasa con los marcadores principales, que divididos en tres cajas hacen que no luzcan tan tecnológicos como nos sugiere el segmento.
En cuanto a calidad percibida, el DS5 ofrece materiales de primera y acabados elegantes. Sin embargo, no da la real sensación de estar adentro de auto del segmento premium. Obviamente que está menos logrado que un Mercedes Benz o un Audi. Diría que se acerca más a un BMW, que realmente tampoco se preocupa mucho de este tema. En esto hay mucho trabajo para la marca.
Si nos vamos al equipamiento, el DS5 ofrece mucho de todo, igualando a sus competidores en sus versiones más altas, aunque no tiene nada especial que nos haga suspirar. Tiene seis airbags, frenos de disco en la cuatro ruedas con ABS y EBD, controles de tracción y estabilidad, sensor de punto ciego, aviso de cambio de carril, luces automáticas, sensor de lluvia, sistema keyless con botón de encendido, llantas de 18'', cámara y sensor de retroceso, navegador GPS, asientos eléctricos y tapizados en cuero, techo panorámico dividido en tres, todos con cortinilla eléctrica, climatizador automático bizona, entre lo principal.
Impresión de manejo
El DS5 se conduce tan bien como casi cualquier vehículo del Grupo PSA. Tiene un sólido aplomo tanto en curvas como en rectas, sin recibir movimientos extraños ni pérdidas de balanceo. La dirección ofrece un buen tacto y una rápida ejecución a los movimientos del volante. La suspensión mezcla acertadamente confort y firmeza, ofreciendo un buen balance dependiendo del uso. Y en general se siente un auto sólido, firme, bien plantado sobre la ruta.
No hay nada en su conducción que nos merezca un gran reparo.
El motor BlueHDI 180, sin embargo, nos deja con un sabor raro en la boca. Si bien entrega una buena dosis potencia, y el turbolag inicial es apenas perceptible, no parece empujar con tanta decisión cuando se pisa el acelerador. Si se compara con el bloque 2.0 TDI del Audi A4 queda claramente en desventaja.
La caja EAT6 tampoco ayuda mucho en esta materia, ya que si bien es suave y ofrece pasos de marcha imperceptibles, no es tan rápida como una de doble embrague de su competencia.
Donde sí gana es en rendimiento, con un ciclo urbano en torno a los 13 km/litro y unos 20 si se le lleva a carretera.
Pero claro, el DS5 no es una berlina prestacional sino más bien de confort, y en este apartado está bastante bien resuelta. Es cómoda de manejo, responde bien a lo que pide el conductor, y ofrece una experiencia conductiva muy elevada.
Conclusión
El DS5 será una muy buena opción para quienes busquen un diseño especial, algo extravagante y muy original. Pese a su tamaño, es un auto más bien personal, cómodo adelante, con un buen nivel de equipamiento y un motor que privilegia los consumos por sobre las prestaciones.
La duda será siempre cuán premium es DS como para competir con marcas consolidadas como Audi, BMW y Mercedes Benz. Por ahora, pese a su alto nivel constructivo y algunos detalles especiales, no lo parece tanto. Diría que los tiros del DS5 van más por la originalidad y el deseo de ser exclusivo, más que por ser una real alternativa en el segmento premium.