Normalmente damos consejos sobre cómo preparar tu auto antes de salir a de vacaciones, pero ahora toca hablar de lo que pasa cuando volvemos. Generalmente, después de las vacaciones uno se despreocupa del vehículo, y si no hubo ningún problema durante el viaje, dejamos de prestarle atención al auto por un tiempo.
Las largas distancias, el calor, el sol, la suciedad y el sobrepeso (del auto, por supuesto) generan un desgaste o deterioro superior al habitual. Por esto, es conveniente poner en marcha los siguientes consejos:
- Cuando vuelvas, no demores en vaciar el maletero y sacar todas aquellas cosas que no vayas a usar en el día a día. El peso es uno de los factores que más afecta al consumo de combustible.
- Si realmente disfrutaste de tus vacaciones con tu auto, probablemente lo hayas ensuciado bastante. Hay que lavalo a fondo, mas aún si manejaste por zonas costeras o por caminos sin asfaltar. Si te metiste en la playa, hasta es recomendable que revises el estado de junturas y cables, ya que la sal es un enemigo letal para el auto.
- A contrario de lo que se cree, en la ruta los neumáticos no se desgastan tanto. Se deterioran más al manejar por la ciudad por el mayor número de arrancadas y frenadas, pero igual es importante controlar la presión y el estado de los mismos después de un viaje.
- No te olvides de volver a revisar el nivel de los fluidos: lubricante, refrigerante, y líquido de limpiaparabrisas. Siempre dejalo listo para un próximo viaje.
- Un elemento del auto que se suele deteriorar durante el verano es el limpiaparabrisas, por el poco uso y porque el sol que endurece las partes de goma. Te recomendamos cambiar las escobillas del limpiaparabrisas para estar preparado para la próxima tormenta.