En el trazado de Castellolí (Barcelona), el piloto Jordi Gené ha continuado con las pruebas dinámicas del CUPRA e-Racer, el primer modelo de carreras tipo turismo 100% eléctrico, que la nueva marca deportiva del Grupo Volkswagen está desarrollando.
Gené tiene experiencia no sólo como probador en la F1, sino en la WTCC, una categoría similar a la que CUPRA quiere crear para 2020 con el E-Racer, aunque en ese caso de no sumar más marcas y modelos, sería monomarca.
Este test dinámico estuvo enfocado en verificar la potencia máxima de los motores, la gestión de energía frente a la temperatura de todos los elementos, especialmente de las baterías, y la conductibilidad, examinando la respuesta del pedal de acelerador, frenos y recuperación de energía.
Se suma así al realizado hace unas semanas en Croacia, donde se probó la durabilidad de las baterías.
El objetivo para estas sesiones, dice CUPRA, es continuar con la puesta a punto y maximizar el rendimiento de todos los componentes, así como su fiabilidad.
“La aceleración es impresionante, y el bajo centro de gravedad, al tener las baterías muy bien repartidas, hace que la sensación de pilotaje sea mejor de lo imaginado. Sólo tenemos margen de mejora en las frenadas, puesto que se nota que es un coche más pesado y es complejo detenerlo con precisión”, indicó Gené tras las pruebas.
Los próximos test se realizarán en septiembre, centrándose en el trabajo de reducir el tiempo por vuelta y demostrar la competitividad del E-Racer.