La compañía de subastas RM Sotherby’s acaba de anunciar que entre las joyas que llevará a la Semana del Automóvil de Monterey, y que tiene como punto cúlmine el Concurso de Elegancia de Pebble Beach, está uno de los tres Aston Martin DB5 de 1965 que fueron modificados para ser utilizados en algunas de las principales películas de la zaga de James Bond, como Goldfinger y Thunderball.
Este modelo es probablemente uno de los autos más famosos del mundo, y no sólo por su belleza, sino también porque fue modificado para añadirle una serie de características especiales dignas del súper agente 007. Entre ellas se cuentan escapes que tiran humo y aceite, ametralladoras frontales y traseras, radares, asiento del conductor eyectable y un sistema para esconder la patente, entre lo principal.
La historia del DB5 de James Bond es tan especial como el vehículo en sí. Fue escogido por el productor Ken Adams y el director de efector especiales John Stears, ambos de Eon Productions, para ser el auto a utilizar en la tercera entrega de la zaga sobre el súper agente 007, protagonizada por Sean Connery.
Se escogieron dos unidades idénticas del DB5, ambas en color gris Shadow, una para grabaciones dinámicas y la otra para grabaciones del interior, a las que se le añadieron las modificaciones para convertirlo en un auténtico auto de James Bond.
El éxito que alcanzó la película y lo espectacular del auto dio pie a una larga y prolífica asociación entre Aston Martin y los detentores de los derechos de las películas de James Bond que dura hasta hoy, y que sólo interrumpida por un contrato con BMW que duró dos películas.
El modelo específico que saldrá a subasta es el chasis número DB5/2008/R, modificado para Thunderball con las mismas modificaciones realizadas para Goldfinger. Sotherby’s estima un precio de salida de entre 4 y 6 millones de dólares, aunque dado su extraordinario estado de conservación, podría subir aún más.