Si tu vehículo ha estado detenido durante largos periodos, antes de ponerlo en marcha revisa los niveles y estado de los fluidos de tu auto, para prevenir daños que se deriven en costosas reparaciones.
El correcto nivel y estado del lubricante del motor, líquido de frenos y líquido refrigerante, son indicativos de un auto en buenas condiciones. En caso contrario, son señales de algún daño que se debe corregir antes de poner en marcha un auto.
Ten en cuenta que en el caso del líquido refrigerante, no es recomendable remplazarlo por agua normal, ya que el indicado por el fabricante del auto cuenta con diferentes propiedades y aditivos de alto rendimiento que evitan la corrosión, el sobrecalentamiento y la congelación. El agua daña las partes del motor porque genera oxidación en el radiador y lo puede averiar.
Además hay que verificar que el refrigerante tenga tres componentes: agua, que debe ser desmineralizada, ya que la de la llave contiene cloro que puede dañar el motor; un paquete de aditivos inhibidores de corrosión y, finalmente, un componente llamado glicol, que evita la evaporación del refrigerante, al permitir un punto de ebullición mucho mayor.
Además de los líquidos del auto, los expertos advierten sobre los daños que puede generar la suciedad en su exterior, ya que al sacarlo del encierro, la exposición directa a los rayos UV del sol, sumado al exceso de polvo y tierra, puede, generar daños severos en la pintura del auto.
La recomendación es lavar el coche con agua abundante y, posteriormente, encerarlo para brindar una barrera protectora adicional. También aconsejan reparar lo antes posible los daños generados por choques o rayones que expongan la lámina del vehículo, para evitar el proceso de oxidación.
Estas reparaciones se deben hacer en talleres que trabaje con pinturas a base de agua que permitan un acabado original, que sean eco-eficientes, que cumplan con leyes medioambientales y que además sean seguras para el personal del taller.