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Autos clásicos

Los "Heckmotor" de Mercedes-Benz

Comenzaban los años 30 y la firma alemana Daimler-Benz, denominación que utilizaba en ese entonces, decide explorar un segmento menos lujoso que le permitiera salir airosa de la recesión económica que afectaría a Europa por un largo tiempo. Surgieron así los ejemplares “Heckmotor”.

Los "Heckmotor" de Mercedes-Benz

Antes de que el calendario cambiara de folio, pasando de la década del 20 a la del 30, Daimler-Benz solo comercializaba refinados automóviles bajo la marca Mercedes-Benz, lujosos hasta la médula e impresionantes desde todo punto de vista, como el Model K, el SSK y el 28/95 Tourer. Pero las buenas épocas no duran para siempre, y una fuerte recesión económica azotaría Europa, sobre todo a las naciones que de un modo directo estuvieron involucradas en la Primera Guerra Mundial.

En este reportaje de www.autodeayer.cl conocerás la revolución de Daimler que le permitió sobrevivir a la crisis de entreguerras.

Mercedes-Benz 130H de 1935

Los proyectistas de la Daimler recibieron instrucciones muy claras, desarrollar uno o más modelos de bajo costo… para los estándares de Daimler-Benz, por supuesto, una nueva generación de productos capaces de mantener los libros con cifras azules durante los duros años que se venían, pero sin perder las cualidades inherentes a todo Mercedes-Benz.

Hans Nibel fue uno de esos ingenieros que acató la orden, aunque para cumplirla hurgó en los archivos de la compañía hasta hallar unos antiguos bocetos realizados por Ferdinand Porsche, en la época en la que el notable ingeniero alemán trabajaba para la Austro-Daimler.

Un proyecto nunca realizado por la marca sirvió de base para enfrentar la crisis, un innovador esquema técnico que proponía la creación de automóviles compactos y provistos de motor trasero, un bloque enfriado por aire, idea de Porsche que tiempo antes no fue bien recibida por la compañía, pero que sí encontró partidarios algunos años después. La historia del Volkswagen Beetle comenzó a escribirse en ese momento.

Nibel tomó esos proyectos y rescató lo mejor de ellos, perfeccionándolos y adaptándolos a la realidad de la marca que los llevaría a cabo. El motor enfriado por aire fue reemplazado por un bloque refrigerado por agua, es decir, con radiador, aunque por supuesto se conservó la ubicación trasera por delante del eje, mientras que la caja de velocidades –sin árbol de transmisión- iba en la cola del chasis. Dicho sea de paso, el soporte de los órganos mecánicos lo brindaba un tubo central reforzado con pequeños travesaños.

Una buena idea mal ejecutada

En el Salón de Berlín de 1934 debuta oficialmente el primer ejemplar de la familia “Heckmotor”, el W23, más conocido como 130H. La carrocería era pequeña para la época y también para lo que acostumbraba la marca, ya que se anunciaban 4.050 mm de largo y 2.500 mm de distancia entre ejes. El motor era de cuatro cilindros en línea con 1.308 cc de desplazamiento, una planta que entregaba 26 caballos y que estaba unida a una transmisión mecánica de tres velocidades. El modelo alcanzaba 92 km/h.

Mercedes-Benz 130H Saloon

El compartimiento de carga se ubicaba adelante, pero solo ofrecía el espacio suficiente para una maleta pequeña, porque el estanque de combustible compartía ese mismo vano. Se ubicó en ese sector para obtener una mejor repartición de peso. Y pese a los esfuerzos para convertirlo en un buen rutero, el manejo del 130H fue duramente criticado, acusándolo de ser indócil cuando se llegaba a la máxima velocidad y, peor aún, de ser víctima de movimientos parásitos en la zaga.

Claro que los aportes técnicos del 130H eran muchos, como la suspensión independiente y los frenos hidráulicos en las cuatro ruedas, siendo posible, además, elegir entre una carrocería con techo duro o una equipada con lona removible, aunque conservando erguidos los marcos de ventanillas y los pilares.

Mercedes-Benz 130H Convertible Saloon

Eran un automóvil bastante singular, porque tenía dos puertas y no se realizaron mayores esfuerzos para ocultar las rejillas laterales por las que ingresaba aire fresco al radiador; esas branquias se veían desde lejos.

Una pareja extravagante

Paralelamente, la marca alemana desarrolló un segundo motor para equipar a los ejemplares de la familia H, un bloque con las mismas bases utilizadas en el W23, pero que aumentaba su desplazamiento hasta los 1.498 cc y la potencia hasta los 55 Hp; lo acompañaba la misma caja de tres velocidades.

Claro que Mercedes-Benz no iba a desperdiciar este nuevo impulsor en el mismo automóvil, por lo que creó una nueva variante, un biplaza deportivo desprovisto de techo, prácticamente un bólido de competición. Se le denominó W30, pero su nombre comercial era 150H Roadster.

Mercedes-Benz 150H Roadster

Para dar vida a este ejemplar, que entre sus peculiaridades estaba ese tercer faro delantero que lo hacía ver casi como un fenómeno, se tomó la plataforma de un W23 y se le agregaron 100 mm de largo. El resultado, arquitectónicamente hablando, no era malo, sino que más bien extraño, debido a la presencia del neumático de repuesto amarrado en uno de los flancos y por esa puntiaguda zaga tipo “cola de bote”, en cuya superficie se advertía una exagerada cantidad de rendijas de ventilación.

Pero la marca no se detuvo ahí, porque del Roadster surgió el Sport Saloon, una variante con techo duro cuya fisonomía concuerda demasiado con la que cuatro años más tarde luciría el Volkswagen Beetle. Del Roadster se fabricaron cinco unidades y seis del Saloon, una historia muy diferente en comparación con el 130H, del que se produjeron 4.298 unidades entre 1934 y 1936. Los exóticos W30 solo estuvieron disponible en 1934.

Mercedes-Benz 150H Sport Saloon

Si bien en la actualidad el Mercedes-Benz 150H Roadster es considerado una costosa pieza de colección, una “rara avis” en el mundo de los automóviles de entreguerras, hay que decir que en su época no gozaba de una buena reputación debido a su pésimo manejo. El motor y la tracción trasera, además del escaso peso delantero, lo hacían difícil de maniobrar en las curvas, y como su velocidad máxima llegaba hasta los 125 km/h, la zaga se bamboleaba insistentemente por efecto del viento.

El más potente

Ya a mediados de 1933, se estaba considerando una variante más potente que acompañara al Mercedes-Benz 130. Seis meses después, los planes se hicieron realidad cuando se dio visto bueno a una serie de 1.6 litros, el que fue presentado en febrero de 1936 en la Exposición Internacional de Automóviles y Motocicletas de Berlín: el Mercedes-Benz 170H (W28). No sólo reemplazó al 130, sino que apareció junto al 170V (W136), que se diferenciaba por tener el motor adelante.

Mercedes-Benz 170H Saloon

Al igual que con su predecesor, el 170H de dos puertas se presentó como un Salón y un Salón Convertible, con un diseño evolucionado del 130H, pero más armonioso. El motor de cuatro cilindros desarrolló una potencia de 37 Hp, lo que le dio al automóvil una velocidad máxima de 110 km/h.

Además del diseño de la carrocería, los factores significativos aquí fueron la reducción del peso del vehículo. La tendencia al sobreviraje estaba presente como antes, aunque se redujo como resultado del ajuste del chasis.

Mercedes-Benz 170H, 130H y 150H

En resumen, la poca aceptación que tuvieron los modelos “económicos” de Mercedes-Benz y el estallido de la Segunda Guerra Mundial cambiaron para siempre los planes de la compañía. Finalizado el conflicto bélico y una vez recuperada la economía europea, el fabricante alemán retomó su liderazgo en los segmentos más exclusivos del mercado.

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