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Test drive Shineray G05 PRO: la nueva alternativa familiar

El segmento de los SUV con 7 plazas crece con esta propuesta china, que tiene tantos pros como contras.

Test drive Shineray G05 PRO: la nueva alternativa familiar

Shineray es una nueva marca de origen chino que se integró al mercado nacional de la mano de Gildemeister, por ahora con un único modelo denominado G05 PRO, un SUV de corte familiar, con siete plazas y un precio muy accesible.

Pese a su nombre desconocido para muchos, Shineray tiene ya su trayectoria en el mercado automotor, ya que comercializa autos y motos de la marca Shineray, y autos y motos de la marca SWM.

Por si no lo sabes, SWM es una histórica marca italiana de motos nacida en los años 70, y que hace una década fue comprada por Shineray para colocar sus productos en el mercado europeo, donde SWM es bastante conocida.

De hecho, el G05 PRO es realmente un SWM, como se consigna en el propio auto con el logo de la marca y la bandera italiana puesta en los costados.

El G05 PRO es un SUV para 7 pasajeros que entra a competir en un segmento con varios modelos del mismo origen, como el Chery Tiggo 8, el Changan CX70, el Jetour X70 y el DFSK 580, pero también modelos de marcas tradicionales como el Toyota Rush y el Suzuki XL7.

Se comercializa en Chile en dos versiones diferenciadas por el tren motriz y algunos elementos de equipamiento, con precios de $14.990.000 y $17.190.000 (marzo de 2023). Nuestra unidad de pruebas es la tope de gama.

Características de diseño

El G05 PRO es un SUV para 7 pasajeros que mide 4,75 metros de largo, 1,86 metros de ancho y tiene 2,75 metros entre los ejes. Son medidas bastante similares a las de sus competidores.

Aunque la marca indica que el diseño del auto está realizado en Italia, el G05 PRO no destaca por su look precisamente, al que podríamos definir como soso y extremadamente convencional. Digamos que el diseño sirve a la función, y como el G05 PRO debe permitir tres corridas de asientos, es largo y bastante alto en la parte trasera, lo que se refleja en formas bastante cuadriformes. Alguien me dijo que parecía más una van que un SUV, y su silueta apunta mucho a eso.

Cuenta, además, con muchos elementos de diseño que son comunes de los productos del origen, como las gruesas protecciones plásticas bajas, los faros traseros unidos visualmente y el símil de doble salida de escape. Al menos nos libra de las decoraciones exteriores en piano black y el pilar C oscurecido para generar la sensación de techo flotante.

Lo que más llama la atención es la inmensa parrilla frontal con bordes y barras cromadas, y el logo SWM puesto en medio, que se replica en la parte trasera generando algo de confusión.

Las luces son halógenas y cuenta con perfiles LED para las luces diurnas, mientras que las llantas son de aleación de 17 o 18 pulgadas, y añade barras de techo.

El gran mundo interior

El habitáculo se ve exactamente como uno espera que se vea, con una mezcla de materiales de calidades distintas. Hay símiles de metal y madera, plásticos blandos y otros duros de tacto discreto. Digamos que la percepción de calidad va acorde con su valor, ni más ni menos.

Lo que más llama la atención es una inmensa pantalla táctil en formato vertical que domina el tablero. Esta pantalla es de 12 pulgadas, sin embargo, no admite conectividad con teléfonos inteligentes salvo por bluetooth. Digamos que es un bonito elemento de venta en el concesionario, pero su uso es limitadísimo y su interfaz, además, se ve vieja y es poco intuitiva.

Creo que es mejor que la marca monte localmente pantallas de aftermarket, aunque sean más chicas, pero que permitan conectividad a Android Auto y Apple CarPlay. Los usuarios sin duda lo valorarán más.

El clúster también es digital, de 7”, que ayuda a transmitir una sensación tecnológica al interior del Shineray G05 PRO, pero nuevamente, al igual que el sistema de infoentretenimiento, tiene una interfaz antigua y sus niveles de configuración son mínimos.  

Otro punto que no me gustó para nada fue el volante, pese a que es multifunción, está forrado en cuero y es calefaccionado. El problema que tiene es de diseño, ya que los botones están puestos tan afuera y están tan salidos, que uno los pasa a llevar naturalmente con sólo poner las manos en posición normal. Yo debo haber cambiado la radio sin querer al menos 15 veces por día, y eso termina agotando.

Vamos a los puntos fuertes, y partimos por los buenos espacios que hay para dejar cosas, tanto en las puertas como en la consola central. Sigamos por el asiento del conductor, que tiene ajuste en altura eléctrico en nuestra versión Luxury, y permite encontrar fácilmente la posición de manejo pese las limitaciones que ofrece el volante.

Y vamos al equipamiento, que está bueno considerando el segmento y precio. De serie cuenta con Sistema keyless con botón de encendido, tapiz de eco cuero, computador a bordo, climatizador, espejos exteriores eléctricos y calefaccionados, airbags frontales, control de tracción y estabilidad, cámara de retroceso, freno de mano eléctrico, asistente de partida en pendiente y monitor de presión de neumáticos.

Nuestra unidad Luxury añade techo panorámico, llantas aro 18, el mencionado asiento del conductor con ajuste eléctrico y espejos exteriores abatibles eléctricamente, entre otros.

Sin embargo, al menos para mí, lo mejor del Shineray G05 PRO es su espacio interior, que ofrece tres filas de asiento con una configuración 2-3-2.

El espacio en la segunda fila es brutalmente grande, en espacio para piernas y rodillas, como en espacio para la cabeza, donde caben cómodamente personas de hasta 1.80 m. Además, al ser un vehículo ancho, tres personas normales irán cómodamente sentadas, lo que se explica porque la plaza central es plana, no tiene apoyabrazos como respaldo, ni existe túnel central. Es plenamente usable, ya que además cuenta con su propio cinturón de tres puntas. Excelente fila de asientos.

Y la tercera no se queda atrás. Partamos porque el acceso es amplio y muy sencillo. Se hace abatiendo el respaldo y moviendo el asiento de la segunda fila, a través de una manilla y con un solo movimiento de mano, algo sumamente funcional. Luego, es lugar que nos queda es perfecto para personas de menos de 1.60 m, pero yo mido más que eso y me senté por bastante rato ahí sin gran incomodidad. Las rodillas van más flectadas de lo normal, pero hay lugar para poner los pies y el respaldo tiene inclinación variable.

Finalmente está el maletero, que es muy bueno con las tres filas en uso (220 litros), dejando espacio para llevar algunas compras y/o mochilas, mientras que si se abaten estos respaldos, quedan notables 660 litros, en un formato cuadrado y sumamente amplio y funcional.

Para mí, el espacio interior y de carga es lo mejor que ofrece el Shineray G05 PRO.

La propuesta mecánica

Shineray ofrece el G05 PRO con dos motores gasolineros de cuatro cilindros distintos. Hay un 2.0 aspirado con 141 Hp y 190 Nm, acoplado a una caja manual de 5 para la versión Elite, y está el 1.5 Turbo con 154 Hp y 230 Nm de par, acoplado a una caja manual de 6, para nuestra versión Luxury.

Hablemos del segundo, que es algo ruidoso en su funcionamiento. El motor es bueno en números y en la entrega real de potencia, pero se nota que es de una generación más antigua ya que tiene el mismo pecado que tenían los primeros motores turbo que llegaron desde China: el turbolag.

Como ya hemos explicado, el turbolag es el vacío que se produce antes de que el turbo entre en funcionamiento. Es como si el motor no funcionara, que el auto no empujara. Y en este caso, el turbolag se produce hasta 2.000 rpm, que es un régimen bastante alto, que hace que esta ausencia de empuje se sienta más marcada.

Esto se hace muy evidente en las salidas desde cero, sobre todo si va apurado. Pero también afecta la elasticidad del motor, sobre todo cuando se enfrenta una subida o cuando quiere adelantar en la misma marcha. En estos casos, el régimen cae por debajo de las 2.000 rpm y la ausencia de poder se vuelve a sentir.

¿Y cómo se compensa? Usando más la caja, bajando de marcha continuamente de manera de mantener el régimen siempre en torno a las dos mil vueltas. Finalmente es cosa de costumbre, pero hay que hacerse la idea de que siempre, desde parado, habrá turbolag.

Pasado esto, la potencia es buena y empuja el G05 PRO con decisión, hay fuerza de sobra, incluso con todos los pasajeros a bordo. Y, un dato no menor, es bastante más potencia que la ofrecen casi todos sus competidores, así que ahí hay un punto a favor.

Vamos al comportamiento dinámico, que también nos deja un sabor raro en la boca. Si lo comparamos con los nuevos SUV que han llegado desde China, tenemos un comportamiento más errático, más espartano, menos refinado, como si manejáramos un furgón más que un SUV. Pero si lo comparamos con aquellos que están en el mismo segmento (obviando, quizás, el Chery Tiggo 8), se comporta mucho mejor en la ciudad y en carretera.

A diferencia de muchos de sus competidores, que usan chasis de vehículo comercial, el Shineray G05 PRO cuenta con una base de SUV, con suspensión independiente tipo McPherson en las ruedas delanteras y un eje rígido para el tren trasero, mientras que los frenos son de disco en las cuatro ruedas.

La puesta a punto de la suspensión es blanda, y eso genera muchos bamboleos de lado a lado, y cargas sustantivas sobre las ruedas del eje delantero cuando se toman curvas con más decisión. Si bien la sensación es de poco aplomo, es un comportamiento muy seguro, bastante estable en velocidad, manteniendo el buen confort general de marcha.

Es cierto, no es el SUV con el andar más preciso (de hecho, la dirección es demasiado larga y transmite poco al conductor) ni tampoco el que más emociona, pero cumple a cabalidad lo que se le pide y, además, es sumamente competitivo frente a sus rivales directos.

Conclusiones

Cuando me subí por primera vez al Shineray G05 PRO pensé que había retrocedido en el tiempo, que estaba en un modelo chino de una década atrás. No me gustó su tacto conductivo, me cargó el turbolag del motor y me impactó que la pantalla, grande y bella como luce, no sirviera para nada realmente relevante.

Pero con los días me fui acostumbrando a todo y me di cuenta de todas las virtudes que tiene en su segmento. Me acordé del Toyota Rush y del Suzuki XL7, también del Changan CX70 y del Jetour X70. Diría que frente a todos es sumamente competitivo. Tiene más empuje que todos ellos, y su comportamiento es más confortable sin duda.

También tiene algunos defectos, como el tener sólo dos airbags o la falta de conectividad, que para mí es lo más grave. Pero luego me subí a las plazas traseras, las de la segunda y de la tercera fila, y me di cuenta que el valor intrínseco de este auto está ahí. Y para familias que necesitan de ese espacio y no tienen mucho dinero, el Shineray G05 es una buena apuesta de valor.

 

Test drive Shineray G05 PRO

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