JMC invitó a los medios especializados a una ronda de pruebas para su camioneta estrella, la Grand Avenue, lanzada en octubre del año pasado. La marca no ha facilitado unidades de prueba en este periodo, salvo un par de medios que lograron probar una unidad de homologación, por lo que para muchos ha sido una incógnita las características dinámicas de esta recién llegada.
Y como algunas personas nos han pedido opiniones de la "Grana", por supuesto que dijimos que sí y nos dirigimos al Parque Outlife de Chamisero en la misión de acercarnos a esta camioneta.
JMC Grand Avenue, impresiones de diseño y tamaño
La Grand Avenue es una camioneta típica del segmento de una tonelada, con diseño cuadriforme, pero más integrado, lo que logra matizar un poco la estética robusta con las terminaciones más modernas de las camionetas actuales. Eso sí, hay varios guiños a las camionetas americanas en el frente, algo que nos parece lógico considerando la fuerte alianza que tiene Ford con JMC.
Mide 5,45 metros de largo y 3,27 metros entre ejes. Este tamaño, al contrario de otras camionetas, se aprovecha muy bien en la cabina, contando con una de las segundas filas más espaciosas del segmento. Por supuesto eso penaliza el volumen del pick-up posterior, el cual es completamente cuadrado, con una superficie de 154 mm de largo y 154 mm de ancho.
Nos sorprendió las pisaderas integradas, las luces LED y la escalera de 150 kilos, oculta en la tapa del pick-up "a lo F-150". No solo eso, esta tapa, también cuenta con brazos neumáticos para una apertura suave y simple. La camioneta carga 800 kilos por si acaso.
JMC Grand Avenue, por dentro
Por dentro se nota que estamos ante una camioneta bien distante a la línea Vigus. Todo lo domina una consola horizontal con manillas integradas en el diseño y aireadores que convergen en la sección central. Nos recuerda a las consolas de algunos Hyundai (Venue). La calidad percibida está bien lograda para su precio, con materiales duros con otros de mejor aspecto, pero definitivamente con una sensación muchísimo más moderna que la de cualquier otro modelo de la marca.
Además de su espacio, recalco las soluciones prácticas, con el famoso "puente chino" con compartimiento inferior, logrado gracias al selector by wire de la caja ZF automática que lleva esta camioneta. El modelo manual es menos práctico. Aquí tenemos una bandeja para el teléfono, dos buenos posavasos y un compartimiento oculto bajo el apoyabrazos.
El sistema multimedia de 10" es de fábrica, cuenta con una teclera para el climatizador, conectividad inalámbrica y computador a bordo que incluso te indica con porcentaje, cuanto combustible te queda.
El modelo automático gana ductos traseros de aire, asientos eléctricos, levas al volante y freno de estacionamiento eléctrico. El resto es igual en todas las versiones, incluyendo el tapiz de ecocuero, el computador a bordo y todo lo que ya puedes ver en las imágenes.
En seguridad, echamos de menos más airbags: tiene 4 en todas las versiones. También cuenta con frenos de disco en las cuatro ruedas, control de descenso, ISOFIX, sensor de lluvia, cámara de retroceso, acceso Keyless, ESP, ABS, lo típico.
JMC Grand Avenue, su manejo
La ruta comprende un tramo corto pero muy empinado de tierra, con secciones anguladas, curvas cerradas, piedras y grietas varias. Al llegar a la parte alta del cerro, retornaríamos por una versión secundaria de la ruta, con desvíos en descenso por una zona de pastizales y una porción inclinada de la ruta para revisar la inclinación de la camioneta y la articulación de la suspensión.
En mi caso, di una vuelta como pasajero en la segunda fila (íbamos cuatro) y luego maneje tres veces la ruta en un modelo 4x4 AT (dos veces en pareja, la última solo). Es impulsado por un motor Ford Puma 2.3 TDCi Euro 6c de 174 Hp y 445 Nm de torque, cadenero y asociado a una caja automática ZF de ocho velocidades y un sistema de tracción con selector electrónico. El motor está correctamente aislado y tiene la insonorización de una camioneta moderna, con murmullos regulares (no es como estar manejando un tractor).
La trepada usualmente la hicimos con la tracción 4L por seguridad (esta desactiva el control de tracción automáticamente), aunque ya a la mitad del tramo (después de la primera curva cerrada) no era necesario, por lo que la desactivé para tener mejor ritmo con 4H. Lo que más me gustó, más que la entrega del motor, es la administración de la fuerza, porque no es bruta ni tosca, así que permite llevarla con cierta suavidad. La camioneta es de suspensión blanda por lo que incurre en algunos rebotes, pero logra articular bien para franquear algunos desniveles. Lógicamente, las pisaderas penalizan un poco el ángulo ventral.
Lo segundo que me gustó mucho es el control de descenso, de fácil administración y que también sorprende por no ser muy agresivo, por adecuarse al ritmo de marcha y por tener un funcionamiento regular (no es de esas que van haciendo sonar el ABS a cada rato).
JMC Grand Avenue, comercialización
JMC bajó los precios casi en dos millones con respecto al año pasado. Si a eso le sumamos algunos bonos disponibles, la camioneta más básica (sin tracción, con caja manual, manteniendo el sistema multimedia y los 4 airbags) la puedes obtener casi por 15-16 millones de pesos, lo cual la hace tremendamente conveniente al lado de otras camionetas más antiguas o de menor desarrollo.
No puedo decir si esta camioneta va a ser fiable o no, porque eso es imposible de medir para cualquier medio, salvo que la tuviéramos por 2 a 3 años. Sin embargo JMC ha subido el listón y propone una camioneta que sorprende. Muchos pensábamos que iba a ser una Vigus mejorada y resulta que es una camioneta muy interesante, con soluciones prácticas (el portalón suave con escalera, el habitáculo, las manillas, los espacios portaobjetos) y con un tren motriz muy administrable, probablemente gracias a la fantástica caja automática ZF de ocho velocidades.
JMC Grand Avenue - primer contacto en ruta off-road (Toma de Contacto)