El mercado de superlujo es un mundo con reglas y códigos muy arraigados en la historia, la tradición, la exclusividad y la personalización. Si bien los tiempos han cambiado y las casas de moda, en algunos casos, han tratado de buscar popularidad fácil en las tendencias más populares, los actores siguen siendo los mismos. Esto es válido para la ropa, los perfumes, los hoteles, el arte, el diseño y por supuesto, el mundo de los autos.
Y si se trata de máximo lujo, los nombres son los mismos: te compras un Bugatti, un Rolls-Royce o un Bentley. Quizás un Mercedes-Maybach, un Aston Martin o algún Jaguar clásico. Un Range Rover tope de línea y un Porsche histórico también cumplen, al igual que un Toyota Century, si es que vives en Japón. Aquí no se trata tan solo del precio, sino que del valor añadido que hay en lo artesanal, en la elegancia, en la ingeniería y los detalles únicos.
Francia, para muchos, es la cuna del lujo y con la excepción de Bugatti, es extraño que todo haya quedado en manos de los ingleses y los alemanes. Pero en Stellantis, quieren que la cosa cambie, al menos es lo que dice Thierry Métroz, el director de diseño de la marca, quien le confesó a los colegas de Autocar que el sueño de Stellantis, es que DS sea el "Louis Vuitton" de las marcas de auto.
"Nosotros ya somos una marca premium, pero nuestra misión es ser más que premium. Queremos alcanzar la sensación de lujo". Otro detalle importante que recoge Autocar es que Métroz sabe que es un desafío a largo plazo y que si bien es una meta para DS, existe la posibilidad que nunca lleguen a ese nivel. "Es mucho trabajo, porque esta marca es muy joven. Apenas la lanzamos el 2014 y probablemente nos va a tomar más de 10 o 20 años en alcanzar ese posicionamiento."
Dos interrogantes de peso
Una cosa es cumplir con todo lo que uno podría esperar de una marca de lujo, pero también la gente que compra lujo, no quiere algo simplemente "vestido de lujo". O sea, quiere que el auto sea exclusivo, que tenga una plataforma, una concepción propia y que no sea la versión "premium" de una base usada para varios autos más. DS Automóviles no puede darse "ese lujo" ahora, pero hay algunas maneras de obtener resultados más genuinos. Métroz sabe que es difícil, pero que la marca puede alterar bastante las plataformas modulares con las que trabaja, como bajar las líneas del techo o estirar el parabrisas, cosa de lograr proporciones diferentes y siluetas auténticas.
Lo segundo es la competencia china, donde Métroz declara que los diseños audaces serán muy importantes, ya que el diseño automotriz se está homogeneizando mucho. "Todos los chinos copian a Porsche o Tesla y al final terminan pareciéndose a Porsche y Tesla. En DS no compartimos la misma visión y queremos rasgos más fuertes."
El resto de la entrevista la puedes ver en este link, pero lo que queda claro es que los futuros DS 4 y DS 7 (que se dice que pasarán a ser DS N°4 y DS N°7, al más puro estilo Chanel) seguirán estos lineamientos, buscando apelar más al lujo, la calidad y los detalles artesanales que perseguir cifras de ventas que no están logrando ni siquiera alcanzar los volúmenes de Lexus, quienes aún están muy por debajo de Mercedes-Benz, BMW y Audi.