
Es cierto que los autos eléctricos son menos propensos a tener incendios, pero ante la eventualidad de la ocurrencia de uno, resultan más díficiles y peligrosos de extinguir que uno acontecido en un auto con motor a combustión. De ahí que la industría del automóvil haya desarrollado tecnologías que ayuden a prevenir estas eventualidades, como han sido la primera batería CATL sin explosiones ni incendios o la patente compartida y desarrollada por Renault para la extinción del fuego.
Sin embargo, una empresa española llamada Simonrack, pero con un giro totalmente alejado del tema automotor, como lo son el almacenaje y las estanterías, desarrolló el sistema Ecofire Fighting, a manos de César Salien. En rigor, se trata de un agente de prevención y extinción de incendios que consigue controlar el fuego que se ocasione en la batería de un auto eléctrico, incluso previniendo daños a vehículos cercanos o colindantes. El sistema es capaz de encapsular el fuego y el humo mediante una solución que se basa en fibra de celulosa y almidón, la que crea una barrera térmica que baja la temperatura dramáticamente y detiene su propagación.
Sus desarrolladores señalan que es entre 40 y 100 veces superior al agua, actuando entre 6 y 10 veces más rápido. Además se trata de un producto amigable con el medio ambiente, es biodegradable e inocuo para las personas, animales y plantas.