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Autos clásicos

Simca 1100 ti, el padre de los hot hatch

Este pequeño auto francés exploró los terrenos del hot hatch, antes de que el Golf GTI los popularizara.

Simca 1100 ti, el padre de los hot hatch

Hoy en día cuando pensamos en un hot hatch, es más que probable que el primero auto que nos venga a la mente sea el Volkswagen Golf GTI. Pues sin duda alguna fue el auto con el que dicho segmento se popularizó. Sin embargo, que lo haya popularizado no significa que haya sido quien lo comenzó. Tal corona le pertenece al Simca 1100 ti.

El hatch moderno podría decirse que derivó del Mini de los 60, aquel pequeño auto que a su vez popularizó los motores transversales y que de inmediato fue un hit en Reino Unido y muchos otros países a los que llegó. Y si bien, durante esa década hubo algunos Mini que hasta compitieron en rally y otras disciplinas, las modificaciones que se les hacían para ser más rápidos y ágiles se llevaron a cabo por mecánicos y entusiastas independientes, no cómo parte de un producto planeado que se produciría en serie.

Unos años más tarde, durante la misma década, la empresa francesa Simca, tenía un pequeño hatch llamado Simca 1100, que seguía la receta de otros hatch europeos, cuya misión era ser eficientes, confiables, fáciles de reparar y tener espacio suficiente para una familia pequeña.

El Simca 1100 nació en 1967 con varios modelos tradicionales, sin embargo, la versión 1100 Ti, nació en 1974, dos años antes que el Golf GTI y lo hizo con una gran diferencia y es que para empezar no montaba los tradicionales motores transversales de cuatro cilindros y 944 centímetros cúbicos o 1.1 litros. Lo hace con un 1.3 litros que podría generar casi 40% más que las versiones comunes. Si bien no era mucho poder, pues generaba 82 Hp, era un auto muy ligero, por lo que de inmediato respondía mejor a todo comando que las demás variantes.

Además adoptaba frenos de disco delanteros, suspensión con barra estabilizadora, rines de aleación, faros extra al frente para mejor iluminación, un lip en el frente y un ligerísimo spoiler en la parte trasera. Finalmente, sumaba unos emblemas Ti, para marcar diferencia con los modelos tradicionales.

También contaba con una dirección algo mejor desarrollada, y unas capacidades que para nuestros días son algo extrañas, pero que para los años 60 sin duda alguna eran mucho más rápidas de la norma. Pues su velocidad punta era de 169 km/h y el 0-100 km/h le tomaba 12 segundos.

Este pequeño modelo salía con estas mejoras desde fábrica por lo que se ganó el título de ser el primer hot hatch de producción, a pesar de que la idea ya estaba presente y activa desde antes, aunque no realizada de forma oficial por parte de alguna marca cómo un producto fabricado en serie

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