Han pasado más de 3.650 días desde que entraron en escena los conocidos Android Auto (AA) y Apple Car Play (ACP), las que fueron creadas para subsanar las poco útiles interfaces de los sistemas de infoentretenimiento que equipaban los automóviles por aquellos años. A ello se sumó la ventaja de que estos sistemas simplificaron la vida de los usuarios, por cuanto replican todas las funciones del teléfono, conectándose mediante el plan de datos, sin irrogar costos al usuario por concepto de suscripciones, además de actualizarse automáticamente.
Poco a poco, gran parte de los fabricantes de autos fueron sumándose a esta fiebre de la conectividad vía AA y ACP, pero otros como Rivian, Tesla y la propia GM, los han mantenido a raya de sus tableros. ¿A qué se debe lo anterior? Se explica por algo tan simple como vital en esta era digital: los datos recopilados por ambos sistemas son usados por estos gigantes de la tecnología (Apple y Google) y no por el fabricante del auto. Lo anterior llevó a que las marcas de autos no tengan acceso a información que les permita mejorar sus ofertas y monetizar ganancias.

Ahora bien, algunas marcas se han asociado, tal como ocurrió con el caso de Volvo y Google, adoptando el nuevo sistema de infoentretenimiento llamado Android Automotive, que permite a los usuarios iniciar sesión en su cuenta de Google para sincronizar funciones en varios dispositivos e incluye Google Play, que permite descargar y usar docenas de aplicaciones.
Sin embargo, otros fabricantes de automóviles están siguiendo el ejemplo y dejando de lado la monetización de datos de vehículos para crear una mejor experiencia para los propietarios de automóviles, y mejores automóviles.

Hasta ahora, el valor puramente monetario de los datos que han recopilado no ha cumplido las expectativas, principalmente porque la mayoría de las compañías automotrices carecen de la competencia técnica necesaria para obtener un beneficio adecuado de ellos, como lo hacen los gigantes tecnológicos.
Si bien el sector automotriz sigue siendo una porción relativamente pequeña de los grandes negocios de Apple y Google, sigue siendo importante para los gigantes tecnológicos, a pesar de los desafíos constantes de trabajar con las compañías automotrices y sus proveedores, y el creciente abandono de ACP y AA. Mientras tanto, aún se está definiendo quién tendrá acceso a todos los datos y cómo se distribuirán entre los gigantes tecnológicos y los fabricantes de automóviles. Una cosa es segura: cómo se utilizan los datos que uno mismo proporciona mientras manejamos es algo que todo propietario de un vehículo debe tener en cuenta, ahora y en el futuro.