Mucho se habla de la seguridad en los autos, de bolsas de aire, zonas de deformación, cinturones de seguridad, pretensores, etc. Pero no nos ponemos a pensar que estos sistemas están estandarizados para personas de un tamaño promedio y no para un niño.
Existe la costumbre de utilizar las sillas de bebé pero sólo cuando son muy pequeños y una vez ya más crecidos, nos olvidamos y los ponemos directamente en el asiento.
En Estados Unidos y algunos países de Europa, se ha reglamentado el uso obligatorio de sillas, que no son las de bebé pero que elevan la altura del menor a una en la que los sistemas de seguridad pueden actuar de manera eficiente en lugar de lastimarlo. Estas, están indicadas para niños de hasta 8 años de edad –algo que ignoramos por completo en nuestro país.
Un estudio realizado por la Academia Americana de Pediatras, estipula que gracias a la ley implementada en el estado de Nueva York, Estados Unidos en la que se obligaba a usar esta silla, los niños entre cuatro y seis años tenían un 18% menos de probabilidades de salir heridos en un accidente.
En otro estudio que realizó el Diario de Pediatras en 2009 encontró que las probabilidades de que un niño de entre cuatro y ocho años resultara herido en un accidente de tránsito, disminuían 45% si se utilizaba una silla especial.
Ahora lo sabes, las sillas para niño, además de las de bebé, también ayudan significativamente en caso de accidente, pero es importante saber cómo instalarlas por lo que más adelante tendremos un artículo relacionado con esto.
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