Si recién compraste un auto, ya sea nuevo o usado, siempre es bueno saber qué tipo de combustible y octanaje es el correcto para tu vehículo.
Aunque puede ser algo muy obvio, muchas veces no se conoce el octanaje correcto y el ponerle el combustible equivocado a tu vehículo puede generar un problema muy dañino conocido como pre-ignición o detonación. Éste ocurre cuando el octanaje del combustible no es lo suficientemente alto para manejar el calor y la presión. En lugar de tener una sola flama formándose cuando el combustible es encendido, múltiples flamas se crean espontáneamente a través de la cámara de combustión. Cuando éstas se encuentran, las ondas de choque hacen un ruido corto y metálico provocando que los pistones reciban un golpe en forma de martillazo.
El octanaje de un motor de combustible es medido por la resistencia de pre-ignición. El octanaje que está publicado en las estaciones de gasolina es llamado “octanaje de bombeo” el cual es un indicador promedio del valor que tiene ese combustible. Entre más alto sea el número de octanaje señalado, la gasolina será mucho mejor para resistir la detonación.
Actualmente las gasolinas sin plomo tienen un octanaje de 93, el cual es usado en la mayoría de los vehículos y es suficiente para motores con compresión de 9 a 1. Motores con mayor compresión como turbo cargados y super cargados, o los que se usan para remolcar vehículos deben usar un octanaje más alto o gasolina premium que tiene un octanaje de 95 a 97.
Si tu auto está diseñado para usar 93 de octanaje, no causa ningún daño o inconveniente si usas gasolina de mayor octanaje pero tampoco mejorará su desempeño. Si tu auto debe usar octanaje 93 (checa tu manual o tapa de la toma de gasolina) no gastes tu dinero en una gasolina Premium.