Durante el lanzamiento del conmemorativo Chevrolet Camaro Fifty, también hizo su debut un segundo Camaro, el convertible, variante que ha estado presente en casi toda la historia del deportivo, con la excepción de la segunda generación.
Este techo, como es natural en los Camaro, luce una apariencia de lona, buscando imitar la línea del techo del coupé. A cielo descubierto permite no solo entregar una experiencia de manejo mucho más fresca y luminosa, sino que también elimina al 100% los puntos ciegos provocados por los gruesos pilares del coupé. Este se almacena en una sección detrás de los asientos traseros, plazas que ven su habitabilidad reducida en la zona de los hombros, culpa de la estructura plegable. El maletero también ve su capacidad drásticamente reducida, de 257 a 206 litros, concesiones clásicas y esperables en autos de este tipo.
El techo del Camaro puede desplegarse a velocidades de hasta 48 km/h y puede operarse de manera remota usando la llave como control remoto, función inédita en el segmento. No le toma más de 15 segundos en descapotarse.
Camaro Convertible arriba en una única versión, SS, espejo de la versión coupé, exceptuando por los asientos traseros plegables, el sunroof, la suspensión Magnetic Ride y los Airbags de cortina. Es impulsado por el mismo V8 6.2 LT1 con Active Fuel Management, inyección directa y apertura variable de válvulas, entregando 455 Hp y 617 Nm de torque a una caja automática de 8 velocidades con cuatro modos de manejo.
El precio del Chevrolet Camaro Convertible de sexta generación es de $39.990.000, tres millones más que en la versión Coupé, complementando así una gama que pueda rivalizar con o sin techo al Ford Mustang, su histórico rival.