Personalizar un auto en general no es una tarea fácil, sin embargo, Brabus ya le tiene la medida a varios modelos y marcas, en especial a Mercedes-Benz.
En esta ocasión, los que pasaron al taller de experimentos fue la Clase GLC y GLC Coupé, que más allá de su distinción germana, pudieron tener un cambio extremo tipo Dr. Jekyll and Mr. Hyde.
Tanto el Mercedes-Benz GLC como el GLC Coupé tuvieron cambios estéticos en exterior e interior, en las que se destacan las parrillas personalizadas, pedales de aluminio y alfombras.
Al hablar del corazón de este par de vehículos, Brabus no escatimó esfuerzos por mejorar su funcionamiento, y se les trató de la misma manera a ambos por igual. Tanto el GLC como el GLC Coupé 250 pasaron de tener 204 caballos de fuerza a 241 Hp, por lo que su aceleración de 0-100 km/h ahora es de 7 segundos.
No contento con este resultado y con la tarea a la mitad, Brabus también invirtió en los modelos diésel del GLC 220d y GLC Coupé 250d, a los que les mejoró su potencia entre 31 y 35 caballos de fuerza, quedando en 276 y 281 caballos, respectivamente.
La fruta del postre llegó al final con el Mercedes-Benz GLC 43 AMG, el que pasó de tener 362 caballos de fuerza, a ofrecer 404 y 420 Hp, en las versiones SUV y Coupé, con una aceleración de 0-100 km/h es de 4,6 segundos.
Sin duda, el cambio más significativo fue el del funcionamiento de sus impulsores: aunque Brabus también es un experto en los detalles de cada auto en su interior, y dejó su marca indeleble en aluminio esculpido y con colores rojo y azul, que combinaron a la perfección con el color negro de su carrocería.