Mercedes-Benz acaba de poner a la venta en Chile la nueva Clase C, una actualización de mitad de vida de la cuarta generación del icónico modelo lanzada cuatro años atrás (puedes leer nuestra nota de lanzamiento aquí). Los cambios afectas el diseño exterior e interior, el nivel de equipamiento y, en algunas versiones, en sus mecánicas.
Una de las variantes que recibió nuevo motor es el C200, que ahora monta un bloque de cuatro cilindros y 1.5 litros turboalimentado, que además cuenta con asistencia eléctrica (sistema eléctrico de 48v y EQ Boost), lo que lo convierte en un tren motriz híbrido ligero.
El motor de gasolina eroga 184 caballos de fuerza y 280 Nm de par, y se complementa de un alternador arrancador de 10 kW, que proporciona 14 caballos adicionales en momentos puntuales, como adelantamientos y recuperaciones. Este sistema también puede prender el motor de gasolina más rápido y navegar en modo “vela”, con el bloque de combustión apagado.
Este motor está asociado a una caja automática de nueve velocidades recalibrada para ser más eficiente, que envía el par al eje posterior. La marca homologa un consumo medio de 15,3 km/litro.
Vale decir que el C200 se vende con carrocerías sedán, coupé y cabrio, todos ellos con el paquete estético AMG Line. Los precios van desde los $26.490.000 (sedán) a los US$52.000 (Cabrio).
Lo nuevo
Pese a que sólo se trata de un restyling, Mercedes-Benz indica que se modificaron más de 6.000 componentes del auto, casi la mitad de los que componen el C200 sedán.
En cuanto a imagen exterior, el nuevo modelo mantiene el diseño general que debutara en 2014, con modificaciones que se concentran en el frontal.
Ahí se estrena nuevo parachoques, que en el paquete AMG Line son más agresivos, con tomas de aire y difusor bajo más grandes. También se incluye ahora la misma parrilla con diseño diamantado que antes sólo estaba disponible en el C43 AMG.
Los faros también son nuevos, y no sólo en diseño, sino que ahora, de serie, las luces son Full LED High Performance, pudiendo optarse como opción por la Multibeam LED.
Nuevas llantas de 18 pulgadas, parachoques traseros rediseñados y grupos ópticos LED posteriores dibujan el resto de los cambios estéticos.
Por dentro hay más novedades aún, ya que se estrena un volante multifunción de nueva generación (el mismo de la Clase S), que ahora suma algunas funciones nuevas, como el control crucero y limitador, antiguamente puestos en una palanca específica en el volante.
Más importante aún es que incorpora dos mandos táctiles (touchpad), uno a cada lado. Con ellos es posible controlar ambas pantallas del auto.
La primera es la que se ubica entre los marcadores, que en este auto es de 5,5 pulgadas, con la opción de una gran pantalla de 12,3 pulgadas. No sólo es más grande, sino que ofrece una mejor gráfica y permite personalizar las diferentes visualizaciones disponibles.
La segunda es la central del sistema de infoentretenimiento, que ahora está más cerca de los usuarios. Si bien el C200 se ofrecerá con una pantalla de 7 pulgadas, hasta fin de año se venderá con una panorámica de 10,25”, que está de serie desde el C300 hacia arriba. Lamentablemente, el sistema de infoentretenimiento no es el nuevo MBUX que debutara en la Clase A, sino una evolución del anterior sistema, con una interfaz más amigable y con mejor resolución.
Un dato no menor es que gracias a este touchpad del volante, sumado con el mando central de la consola, el sistema del Clase C se vuelve intuitivo y muy sencillo de usar, mejorando una de las mayores debilidades del modelo anterior. Hoy, todo se resuelve más fácil que antes, y esas son buenas noticias.
En el habitáculo, además, hay nuevas molduras decorativas, nuevos tonos y colores y asientos más cómodos. Si bien se criticó en su momento una merma en la calidad de los acabados de este modelo, podemos decir que hoy todo luce mejor, no hay ruidos ni vibraciones (que sí se producían en algunas pantallas táctiles anteriores). Mercedes-Benz volvió a ser Mercedes-Benz.
El nuevo equipamiento
La oferta tecnológica del modelo ícono de Mercedes-Benz da un salto sustantivo respecto de su antecesor, aunque como era de esperar, no todo estará disponible en el C200, al menos no de serie.
Gracias al uso de cámara y radares, la nueva Clase C ofrecerá de serie la advertencia de colisión frontal (con detector de peatones, animales y ciclistas) y el freno de emergencia, que actúa con eficacia (evita la colisión) hasta 50 km/h.
También incluye el detector de fatiga (Attention Assist), el capó activo para protección de peatones en caso de atropello, el sistema PreSafe Sound (que mitiga los daños auditivos en caso de colisión) y el Park Assist.
Todos los Clase C incorporan de serie siete airbags, asientos delanteros confort con algunos ajustes eléctricos, bluetooth, cámara trasera con sensores, climatizador bizona, control y limitador de velocidad, paquete de iluminación interior con luces de ambiente led, freno de mano eléctrico, doble puerto USB, Dynamic Select (modos de conducción), sensor de lluvia y tren de rodaje Agility Control.
El manejo del C200
Durante el lanzamiento realizado por Kaufmann para toda la gama, tuvimos la ocasión de manejar por más de 100 kilómetros el nuevo C200 en versión coupé ($28.490.000), y su comportamiento es sencillamente espectacular.
Lo que más llama la atención es la performance que ofrece este “pequeño” motor de 1.500 cc, que en régimen normal de crucero (120 km/h) opera por debajo de las 2.400 rpm.
La verdad, no parece que tuviera 184 Hp, sino bastante más. La aceleración no es brutal cuando se utiliza el modo Comfort, pero cambia bastante en Sport y Sport+, donde empuja con bastante decisión. Podemos escalar en el tacómetro por bastante rpm y el auto empuja y empuja, usando los mandos para la caja que hay detrás del volante, o esperando que la propia caja haga ese trabajo.
La caja es de nueve y, como era de esperar, es suave y sumamente rápida de respuesta. Los pasos de marcha en marcha se realizan a bajo régimen en modo Comfort, pero retiene mucho en los modelos deportivos, llevándonos siempre un cambio más abajo de lo normal, listo para tener una reacción más instantánea en caso de que el conductor lo requiera.
Tampoco se siente la potencia extra que entrega el modo EQ Boost, normalmente en régimen de marcha bajo, pero esa es la gracia de los sistemas híbridos: que la asistencia sea efectiva, pero que no se note cuando opera.
Y es que el nuevo C200 es suave en su comportamiento y muy silencioso en su interior, tanto así, que si uno no va pendiente del marcador de velocidad (es posible configurar la pantalla para verlo más claramente), puede encontrarse con va muy por encima de los 150 km/h y ni se había enterado.
La dirección tiene un nuevo tacto, más directo y con más información, aunque en lugares cerrados obtiene una asistencia perfecta y que se siente real. Es rápida de respuesta y, en general, la punta de auto va para donde uno apunta con el volante, que es lo que se espera de un auto así.
La suspensión es agradable, bien configurada para ese mix de un auto premium deportivo que obliga a ofrecer una buena amortiguación y un alto aplomo. El perfil más bajo de las ruedas hace que los baches se sientan un poco más en la cabina, pero no hay desacomodos cuando se pasa por encima de ellos, lo que nos habla de una suspensión de calidad que es capaz de mantener la estabilidad.
En general, no es el auto que uno debería llevar demasiado rápido, pero que se puede, se puede y muy bien.
Conclusiones
Un nuevo diseño exterior, más funcionalidad interior, más equipamiento y un nuevo motor más eficiente nos habla de un gran Mercedes-Benz C200.
La conducción es sumamente agradable, tanto si se le apura como si se usa con discreción. El auto es capaz de hacer muchas cosas y eso se agradece.
Nos gustó la capacidad de motor, que es alta considerando que estamos bajo los 200 Hp, y el consumo, que en nuestro viaje por carretera superó los 15 km/litro. También la suspensión y dirección.
No se siente tan deportivo como un 318 o 320, pero claramente es más confortable y mejor construido, al menos en apreciación.
Obviamente que la variante coupé testeada penaliza en espacio en las plazas traseras y en el maletero, pero el que busca un coupé lo sabe de sobra. El sedán, en cambio, sigue siendo bastante amplio para un modelo de 4,69 metros de largo.
¿Recomendable? Muchísimo.