Podría decirse que las pick-up o camionetas son un invento de Ford. Dice la historia que después de escuchar muchos requerimientos por parte de sus clientes, que no podían comprar sus autos porque no disponían de capacidad de carga, a don Henry Ford se le ocurrió poner en 1917 una plataforma sobre el eje trasero de su afamado Model T, naciendo así en Model TT.
A esta base plana se le añadió con posterioridad rejas de madera por los costados, antes de modificar la plataforma para convertirla en la caja que conocemos hoy en las pick-ups. Por lo mismo, la Serie F de Ford, nacida en 1948, puede considerarse como la sucesora directa de la primera camioneta de la historia, una herencia que le ha permitido ser la camioneta más vendida de la historia.
Hoy, la F-150 ya está en su 13ª generación, y en este 2018 recibió una actualización estética y mecánica en todas sus múltiples versiones. Y es así como llega ahora a nuestras manos la variante tope de gama, denominada F-150 Platinium.
Vale decir que si bien en Chile los volúmenes de venta de las camionetas Full Size son bastante menores que los de las pick-up medianas, Ford ostenta más o menos el 50% del mercado, con unas 200 unidades vendidas por mes. Nada mal para un modelo que parte bastante por encima de los 20 millones de pesos.
¿Qué tiene de nuevo?
Todos los cambios relativos a la gama Ford F-150, desde las variantes XLT a la Platinium, puedes leerlos en nuestra nota de lanzamiento o acceder a nuestro catálogo del producto.
Pero podemos resumir que hay una nueva parrilla frontal que incluye dos barras horizontales, así como grupos ópticos delanteros y traseros de nuevo diseño y con luz diurna LED. La parte trasera también renovó el diseño del portalón, que lleva grabado el logo “F-150”.
La versión Platinium agrega a eso un paquete exterior cromado, llantas de aleación de 20 pulgadas, luces LED en el pick-up, portalón trasero con apertura remota y pisaderas laterales, que en este caso son eléctricas (se despliegan y repliegan automáticamente al abrir las puertas).
El equipamiento también aumentó, y en el caso de nuestra versión Platinium es simplemente sobresaliente.
La conectividad es alta con el sistema Sync 3, asociado a una pantalla táctil de 8”, con navegador GPS y compatibilidad a Apple CarPlay y Android Auto. Incluye, por supuesto, un sistema de sonido de prestigio, un Bang&Olufsen con 10 parlantes y subwoofer.
La seguridad y los sistemas de asistencia a la conducción también son sobresalientes. Así, la F-150 incluye frenos ABS en las cuatro ruedas, asistente de partida en pendiente, control de curvas, control de balanceo de remolque, monitor de presión de neumáticos, airbags frontales, laterales y de cortina, acceso codificado sin llave, sistema SOS-Post Crash Alert, control crucero adaptativo con alerta de colisión frontal, detección de peatón y freno automático, el Pro-Trailer Back-Up Assist (proporciona asistencia al momento de estacionar el tráiler en retroceso), park assist, cámara perimetral en 360º y los novedosos cinturones de seguridad traseros inflables.
Ambiente interior
El nivel de confort es superlativo en todas las F-150, pero especialmente en esta versión Platinium, ya que todos los sistemas disponibles están enfocados en facilitar la vida aborto.
Desde las pisaderas que se despliegan automáticamente, pasando por las luces de bienvenida que encienden cuando se desbloquean las puertas, siguiendo por los asientos climatizados, o los numerosos porta objetos repartidos por el interior, o el sistema de infoentretenimiento más fácil de usar en el mercado. No cabe duda que la F 150 en su versión más alta es un vehículo sobresaliente.
El espacio interior es brutal. No sólo por el que está disponible adelante, donde hay dos exquisitos asientos tapizados en cuero, que ofrecen múltiples ajustes electrónicos para encontrar la perfecta posición de manejo, sino especialmente por los traseros, donde pese a haber tres cinturones de seguridad, perfectamente podrían caber cuatro o cinco niños. Y además, con una agradable inclinación del respaldo.
La materialidad es sobresaliente en esta versión, con acabados de un auto de alta gama, algo que no ocurre en las variantes XLT. Tapiz de cuero perforado y con costuras a la vista, materiales blandos al tacto, otros que tienen textura metálica, todo ello mezclado con filetes y decoraciones cromadas dan vida a un muy buen habitáculo.
Lo que menos nos gusta son algunas perillas que no tienen la misma maternidad. Tampoco nos gusta la gran botonera del climatizador, muchos botones para muchas funciones que perfectamente se podrían haber concentrado en la pantalla.
La pantalla central, como decíamos, es grande y muy visual. Lo mismo ocurre con el display digital de 8 pulgadas inserta entre los marcadores, mientras que el volante multifunción parece complejo, pero es bastante intuitivo de usar.
La nueva mecánica
Quizás si lo mas relevante de esta actualización de la Ford F-150 es la mejora de potencia y torque en el motor Ecoboost V6 3.5 litros en esta variante Platinium, que ya estaba disponible desde un tiempo atrás.
Ahora ofrece 375 Hp (+10) y 637 Nm, muchísimo más torque, aunque a un régimen más alto (3.500 rpm). Este bloque se mantiene asociado a la caja automática de 10 velocidades y a un sistema de tracción total con selector de doble tracción y reductora, consiguiendo niveles de consumo mucho mejores que la competencia.
También dispone de cinco modos de manejo, incluyendo normal, remolque, nieve-mojado, deportivo y eco.
¿Es suficiente este motor para mover un monstruo de casi seis metros de largo, más de dos metros de ancho y 2,3 toneladas de peso?
Sí, por supuesto. El motor no sólo es pujante en todo el régimen de marcha, sino que cuenta con un turbo que interviene desde muy abajo, ofreciendo niveles de aceleración sobresaliente, de nuevo, considerando la inmensa masa vehicular.
Lo mejor es la rapidez con que responde al toque del acelerador, y la contundencia con que eleva la velocidad. La caja automática explica mucho de esto. Es rápida y muy eficiente para transferir al piso lo que del motor se genera, ofreciendo, gracias a sus 10 cambios, la versatilidad para cualquier tipo de uso.
Otra de las gracias es que su funcionamiento es muy relajado, con rangos de uso normal entre las 1.000 y 2.000 rpm, con un uso en carretera a 120 km/h por debajo de esta línea. Eso explica que en nuestra prueba nos haya dado un consumo en ciudad de 7 km/litro, mejor que su competencia V8, y alrededor de 10 en ciclo mixto.
Tras el volante las reacciones son bastante precisas. No es fácil desplazarse por los espacios tan estrechos a los que nos tiene acostumbrada la ciudad, pero resulta muy fácil tomarle la medida. La visibilidad es buena, aunque no sabemos muy bien ni dónde empieza ni dónde termina la F-150.
La Ford F-150 mantiene un sistema semi rígido en eje trasero y su comportamiento es propio de una camioneta: exceso de rebote cuando el pick-up va desocupado (lo normal en Chile) y movimientos laterales en velocidad, que no son para nada agradables. En esta materia, la RAM 1500 y su suspensión trasera independiente con anclajes multilink le saca kilómetros de ventaja en confort de marcha.
Conclusiones
La Ford F-150 es un ícono y tras manejarla comprendemos por qué. Es refinada, amplia y poderosa, elementos que pueden atraer a cualquiera.
En su versión Platinium, además, ofrece un nivel de tecnología y sofisticación impresionante, digno de cualquier SUV de gama alta.
Su manejo en la ciudad, o en uso normal, es tan agradable como cualquier todoterreno, y esa es la gracia de esta Ford F-150 Platinium. Sabe hacerse querer.
También podemos odiarla, cuando nos toca meternos en un subterráneo o estacionar en la calle. Pero, al final, uno de acostumbra y comienza a “sacar ventaja” de su tamaño. Mejor que el resto se corra o sufra las consecuencias.
Y consume combustible como si estuviéramos en otra época, pese a su nuevo motor con inyección directa y sobre alimentación, y a la caja de 10 cambios.
¿Precio? Cerca de los 40 millones de pesos. Lo bueno hay que pagarlo.