Rolex es, sin duda, una de las marcas más grandes y reconocidas del planeta. Las historias detrás de la compañía y de su involucramiento con la exploración, el avance científico y las artes, son tan fascinantes como numerosas.
A través del establecimiento de récords de velocidad, o de la exploración de los rincones marinos más profundos del planeta, Rolex se ha comprometido siempre con proyectos que, además de probar los límites de sus propias piezas, tienen un carácter filantrópico.
Así como los diseños clásicos de las décadas pasadas, el Rolex Oyster ha evolucionado de forma sutil, pero permaneciendo siempre fiel a sus raíces. Dentro de la línea de relojes deportivos de Rolex hay uno que ha sido constante desde 1953 -65 años ya-, uno que no muestra signos de quedarse callado pronto: el Explorer.
La historia comienza en 1952. En esa época algunos de los exploradores más destacados del mundo se encontraban intentando alcanzar el punto más alto del planeta: la cima del Monte Everest. Muchos intentos habían sido hechos ya y muchas vidas se habían perdido antes, pero los montañistas británicos de 1950 serían los hombres que finalmente conquistarían la poderosa montaña. Rolex tenía una firme idea en la cabeza: quería que sus relojes estuvieran en la cima, y para ello, la compañía equipó a los escaladores británicos con grandes relojes Oyster. Estos relojes fueron lo que ahora los coleccionistas denominan pre-Explorers, que son, en esencia, prototipos de lo que finalmente sería el Explorer.
Los ‘grandes huevos’
En 1952, como parte de un viaje de investigación preparatorio a la ascensión al Everest, varios escaladores viajaron a la frontera entre el Tíbet y China. El destino era una montaña llamada Cho Oyu, 20 km al oeste del Everest. Entre el equipo se encontraban algunos de los actores fundamentales de la famosa expedición de 1953, entre ellos Edmund Hillary, Charles Evans y Alfred Gregory. Los relojes que se les entregaron a estos escaladores fueron los big bubbleback de ref. 6098. Documentos que han sido recientemente descubiertos informan que Rolex le proporcionó al equipo 20 ejemplares de estos relojes, los cuales se entregaron en dos lotes: los primeros siete en 1952 al equipo de investigación de avanzada, y el segundo, a los miembros restantes de la expedición.
Los grandes relojes de burbuja, mejor conocidos por su sobrenombre italiano Ovettone, son relojes fundamentales en el posterior desarrollo del Explorer. Su historia comienza a finales de 1940, con los relojes de la serie 5020.
Ovettone, que en italiano significa “huevo grande”, describe los grandes casebacks y cristales de forma abovedada de estos ejemplares. La segunda serie de relojes Ovettone que Rolex produjo fueron los ref. 6098 (los relojes del Everest) que, así como la serie 5020, eran de construcción monobloque (el mid-case y el engaste estaban hechos de un solo bloque de acero), y contaban con el recién diseñado Super Oyster Crown, que no se atornillaba, sino que se empujaba como los relojes de vestir comunes.
Los 6098 funcionaban gracias al movimiento perpetuo A296, que por su grosor necesitaba un caseback prominente y abovedado. Los 6098 fueron además calificados con cronómetro y su precisión fue uno de los aspectos clave que Rolex estaba ansioso por verificar en los resultados de las pruebas realizadas, cuando el equipo de la expedición volvió.
Sin detenerse, pues este fue un tiempo de rápidos cambios en investigación y desarrollo en la compañía, en 1953 Rolex lanzó el mejorado pre-Explorer ref 6298. Este reloj tenía ahora el nuevo case de 3 piezas, con la montura y el mid-case separados. La montura había sido utilizada para asegurar los nuevos Tropic Crystal al mid-case, con la intención de crear un sistema impermeable. El anterior Super Oyster Crown había resultado ser propenso a las fugas.
El 3-6-9 oficial
Aunque había sido empleado antes, Rolex lanzó oficialmente el cuadrante negro “3-6-9” con referencias 6150 y 6350 (los sucesores del 6098 y 6298). Nuevamente, ambas referencias utilizaron el movimiento A296 “big bubbleback” y las cajas Ovettone de tres piezas. La diferencia fue el diseño del cuadrante.
Este fue el verdadero origen de lo que vemos hoy en el Explorer. El triángulo invertido en la parte superior del cuadrante, el texto de Rolex y la corona impresos, y los números 3-6-9 pintados. La adición de manecillas con patrones de Mercedes también vino con las referencias 6150 y 6350, aunque hubo relojes que fueron equipados con manecillas de “lápiz”, como los que se ven en la referencia 6204/5 Submariner.
La única diferencia entre estos dos modelos fue que el 6150 se designó “Precision” o “Super Precision” y el 6350 se clasificó y marcó con las palabras “Cronómetro oficialmente certificado” (OCC). Sí, ambos utilizaron el mismo movimiento, pero los OCC se ajustaron para tener una mejor precisión. El 6350 también fue la primera referencia para llevar el poderoso nombre: ¡Explorer! Para muchos coleccionistas, este reloj es el primer Explorador. Los coleccionistas buscan particularmente la versión rara que tiene una carátula de nido de abeja; es impresionante.
Hacia fines de la década de 1980, Rolex presentó el Explorer de próxima generación. El referente 14270 era un reloj muy diferente, pero, como suele suceder con Rolex, el ADN central de éste todavía estaba presente. El cristal acrílico fue reemplazado por un cristal de zafiro resistente a los arañazos, que le dio al reloj una sensación más moderna en la muñeca. El dial, mientras mantenía el diseño icónico 3-6-9 reemplazó los números pintados con números de oro blanco que estaban llenos de material luminoso; inicialmente tritio y luego, a finales de los 90, Super-LumiNova. El reloj fue impulsado por el Calibre 3000, que había sido recientemente introducido. El 14270 funcionó durante casi una década hasta que fue reemplazado por la ref. 114270 en 2000; un reloj con un movimiento de la serie 3000 de segunda generación, el 3130.
En 2010 Rolex incrementó el tamaño del Explorer, con referencia 214270 en Baselworld. Con un calibre 3132, el reloj se montó en una caja de 39mm y la leyenda “Explorer” se movió a la parte de abajo. El otro cambio sustancial fue que se le quitó el material luminiscente (el Azul Chroma Luz de Rolex) de los numerales, que tenían acabado en oro blanco sólido (tal vez les recuerde al “Blackout” 14270”). La ausencia de material luminiscente en el 3-6-9 no tuvo buena recepción (y las manecillas fueron criticadas por ser demasiado cortas) por lo que la carátula y las manecillas se sustituyeron en la versión actual. Coleccionistas tomen nota, el Mk1 214270 será una rareza en el futuro.