Lo que antes era un secreto, hoy es una confirmación que ya tiene fecha límite: Ford sale de Rusia, por lo menos en lo que tiene que ver con los vehículos para pasajeros.
Esta difícil decisión se tomó ya que el fabricante estadounidense quiere restructurar su empresa en el país más grande del mundo: Ford Sollers, dedicada a los vehículos comerciales.
Dicho movimiento dará paso al cierre de dos plantas ubicadas en San Petersburgo: en una se produce el Ford Focus y el Mondeo, y en la otra el Ecosport y el Fiesta. Entre ambas producen alrededor de 160.000 vehículos por año, destinados principalmente al mercado local y las antiguas repúblicas soviéticas. Además, Ford fabrica unas 200.000 unidades de comerciales livianos.
“La nueva estructura de Ford Sollers apoya la estrategia de rediseño global de Ford para expandir nuestro liderazgo en vehículos comerciales, y para hacer crecer el negocio en Europa en aquellos segmentos del mercado que ofrecen mejores rendimientos del capital invertido”, aseveró Steven Armstrong, presidente de Ford Europa.
El mercado ruso de autos de pasajeros ha tenido un comportamiento volátil en estos últimos años, y a un cambio hacia segmentos de precios más bajos, por lo que las plantas de Ford Sollers no son aprovechadas como deben ser, dando como resultado rendimientos inadecuados del capital invertido.
Mientras, las ventas de la Ford Transit siguen creciendo, convirtiéndose en el vehículo comercial de mejor venta de Rusia, con un market share del 15%, razón poderosa para cambiar las reglas del negocio.
Además de la restructuración de su empresa en Rusia, Ford también tiene previsto poner fin a la producción en su planta Aquitaine Industries de Burdeos (Francia) este mismo año, y posiblemente, acabar con la producción de la C-MAX y Grand C-MAX en la planta de montaje y ensamblaje de Saarlouis, en Alemania.
