Oficialmente, la Plymouth Voyager es la primer minivan de la historia. Es cierto, siempre se posicionó por debajo de sus gemelas de Dodge y Chrysler haciendo las veces de modelo de acceso. Sin embargo, esta tríada de modelos, cada una en su segmento, permitió a Chrysler convertirse en la marca dominadora del segmento de las miniván.
En Estados Unidos, la Voyager se despidió en 2003 mientras que, en Europa estuvo vigente hasta 2016, incluso, bajo la marca Lancia. En pocas palabras, Voyager y minivan son prácticamente un sinónimo global.
Tal vez, por ello, no resulta tan extraña la presentación de la Chrysler Voyager 2020. Si bien no es un modelo nuevo, ya que de hecho, es una Pacifica más accesible, con menos lujo y menos tecnología (reemplazará en el catálogo a la Pacifica L y LX), recupera un nombre y la posición como la minivan de acceso de la marca estadounidense.
Al no se propiamente un modelo 100% nuevo, encontramos que los cambios con respecto a la Pacífica son menores, limitándose a la ausencia de acabados cromados, barras en el techo, tecnología de iluminación LED y llantas más sencillas.
Cabe desatacar que en Estados Unidos, la Voyager 2020 iniciará su vida comercial en tres niveles de equipamiento, L, LX y LXi, todas, con capacidad de siete pasajeros y con un display digital de 3.5 pulgadas en el cuadro de instrumentos. Los acabados, también son un poco menos pretenciosos.
En cuanto a equipamiento, tenemos una pantalla de 7 pulgadas con Android Auto y Apple CarPlay, alerta de punto ciego, detección de tráfico cruzado y asistente de estacionamienro. El paquete Cold Weather Group incluye un sistema de entretenimiento en el asiento trasero con reproductor de DVD. Para la LXi se reserva la segunda fila de Stow 'n Go y un portaequipaje de techo Stow' n Place.
Chrysler no ha dado más detalles, pero en el apartado mecánico no hay sorpresas, ya que la Voyager 2020 es impulsada por el conocido V6 de 3.6 litros Pentastar, que produce 287 Hp y 355 Nm, asociado a una caja automática de nueve velocidades.
Aún es pronto para saber si se comercializará en Chile. El problema con la Pacifica ha sido siempre el precio (es demasiado cara) y que no hay más mercados latinoamericanos interesados. Pero ahora, con este producto más accesible, quién sabe.