Un grupo de científicos y estudiantes de 22 universidades, centros de investigación y empresas japonesas, desarrollaron un vehículo ecológico que fue más allá de no emitir gases contaminantes, al emplear un material última generación: la nanofibra de celulosa.
Así, este prototipo denominado Nano Cellulose Vehicle, fue construido con esta materia prima derivada de árboles y desechos agrícolas y que, al día de hoy, también ha sido aplicada electrodomésticos, viviendas y materiales de construcción.
A grandes rasgos, la nanofibra de celulosa cellulose nanofiber (CNF) es un material fibroso de tamaño nanométrico extraído de la madera mediante tratamiento químico y mecánico. Dentro de sus particularidades está el bajo impacto ambiental en varios aspectos: ligereza, resistencia y tenacidad a la expansión, por lo que resulta ideal para su uso en los automóviles. Frente al acero, el material de mayor uso dentro de la industria automotriz, la nanofibra de celulosa es una quinta parte más ligera y cinco veces más resistente.
Teniendo en cuenta las ventajas de este novedoso material, los creadores del Nano Cellulose Vehicle lo emplearon principalmente en la construcción de las puertas, techo y capó. Esto permitió que el peso redujera en un 50% en caso de emplear los materiales tradicionales.
Igualmente, este concepto con un diseño futurista ostenta un habitáculo con un tablero fabricado con nanofibra de celulosa, por lo que aparenta que ha sido fabricado con madera. Algo que también llama la atención son las decoraciones en el volante y consola central, al más puro estilo de la cultura japonesa.
Debido a que lo que se intento fue demostrar las bondades de este material dentro de la industria automotriz, el accionamiento del vehículo no es tan relevante. Aún así monta un sistema de celdas de combustible de hidrógeno productor de una velocidad máxima de 20 km/h.