A seis años de la aparición de la sexta generación (W222) de la Clase S en 2013, y dos años después de su actualización de mitad de vida, Mercedes-Benz ha alcanzado medio millón de unidades producidas, un modelo que tiene como competidores directos al Audi A8 y BMW Serie 7.
Desde el lanzamiento del capítulo seis del buque insignia de Mercedes-Benz, este sedán de tamaño extra grande se ha producido exclusivamente en Sindelfingen (Alemania), bajo la descripción de ser uno de los mejores automóviles del mundo, ya que engloba lujo, confort, tecnología, seguridad, alto desempeño y eficiencia.
De hecho, dentro de su categoría, es el modelo más vendido del mundo, a la vez que en los últimos años ha recibido numerosos premios. Ahora bien, al sumar las 500.000 unidades de esta sexta generación, con las que se han vendido desde el debut del modelo 220 en 1951, son alrededor de cuatro millones de unidades en todo el mundo de las seis generaciones.
Además de la producción de más de 24 variantes de la Clase S, ya sea en versiones de carrocería Sedán, Coupé y Cabriolet, la planta de Mercedes-Benz Sindelfingen es la sede de manufactura del Clase E, el CLS, el Mercedes-Maybach, la gama Mercedes-AMG GT, así como el GLA. En el futuro, esta fábrica también será el lugar para la producción de vehículos eléctricos de la nueva marca de productos y tecnología EQ.