La foto que ves de portada en esta nota es la de una pareja que esta “escapando” después de su fiesta de matrimonio. Esta foto no fue tomada en Alemania, ni en ningún otro país de Europa, sino en Buenos Aires 1963, y los protagonistas son nada menos que mis padres. ¿El auto? Un De Carlo 700, nada menos que un BMW fabricado en Argentina… ¿Cómo? Te cuento la historia (del auto, no de mis padres).
BMW 600: del fracaso alemán…
La historia del “700” nace del fracaso. En los 50s, BMW estaba al borde de la quiebra, pero mientras otras automotrices (Mercedes, incluida) apostaron por autos económicos para generar efectivo rápidamente, los bávaros no bajaron el copete. Decididos a no perder su status de autos de lujo, fueron por modelos ambiciosos y geniales como el 507, cuyo fracaso de ventas y costos empujó aún más al borde de la extinción.
El BMW 600 fue un fracaso, pero sentó las bases del éxito que llegaría desde Austria
Apurados por ingresos rápidos, los bávaros tuvieron una gran idea: el Isetta, modelo que producirían bajo licencia de Iso Autoveicoli. Estrenado en 1955, el modelo 250 fue un éxito, pero dejaba poco margen y por eso decidieron hacer una versión más grande, para cuatro personas. El BMW 600, una versión extendida con 3 puertas (al contrario del hatchback actual el portón era delantero), fue un fracaso, pero sentó la base del éxito que no llegaría de Alemania, sino de Austria.
BMW 700 coupé: …al éxito austríaco
Diseño original realizado por Giovanni Michelotti
Wolfgang Denze, ingeniero y empresario austríaco, venía teniendo éxito produciendo sus propios deportivos, pero rápidamente se dio cuenta de que no iba a poder enfrentar a marcas con el poder financiero de Porsche. Denze sostenía que el BMW 600 no era un mal auto, sino que tenía el diseño incorrecto, y por ello pagó de su bolsillo al diseñador italiano Giovanni Michelotti para que lo modificara. El resultado fue un mini deportivo de motor trasero, muy atractivo, aunque algo excéntrico.
Presentado a la junta directiva de BMW en 1958, los germanos decidieron pulir estética y mecánica, y lo mostraron al público en el Salón de Frankfurt de 1959.
BMW 700: Das Kleine BMW
El pequeño BMW fue un suceso inmediato, a tal punto que la marca decidió cancelar sus planes de venta a Mercedes-Benz. Sií, es así, si este modelo no hubiera vendido bien, hoy en lugar de la parrilla de doble riñón tendríamos solo estrellas de tres puntas.
BMW tomó la sabia decisión de producir una versión sedán de 2 puertas
Hablando propiamente del 700, se basaba en el 600 pero con cambios o modificaciones en chasis y suspensiones para mejorar costos de producción y andar. También se estiró la distancia entre ejes y se ensancharon las trochas para lograr más espacio interior. Finalmente, el motor era un dos cilindros opuestos de 700 cc refrigerado por aire, proveniente del mundo de las dos ruedas, que iba colocado detrás del eje posterior y entregaba 30 Hp para una velocidad final de 125 km/h.
Una de las decisiones más importantes fue alterar el pilar trasero, sumando a la versión coupé una silueta sedán de 2 puertas, con el techo más largo que entregaba muy buen espacio en las plazas traseras.
De Carlo 700 un gaucho con Glamour
"Cala" padre y madre + suegros en su casamiento, partiendo con su De Carlo 700 en 1963
BMW aprovechó el éxito del 700 para permitir su fabricación bajo licencia en varios países, incluyendo Bélgica, Israel y Argentina, donde Metalmecánica S.A.I.C. lo produjo entre 1959 y 1965… justo a tiempo para el casamiento de mis “viejos”. ¿Por que De Carlo? El nombre del auto rendía honores al fundador de Metalmecánica, Salvatore De Carlo.
Vendido como De Carlo 700 Glamour, el modelo era básico, pero tenía un precio accesible de $298.000. "Era un Peugeot 404 chico”, decía mi madre, que tenía pinta de auto más caro y lujoso, pero por menos mucha plata.
aceleraba de 0 a 100 km/h en más de 34 segundos y superaba los 117 km/h
Mecánicamente, tenía un dos cilindros de 697 cc enfriado por aire, con 30 Hp y 50 Nm asociado a caja manual de 4 cambios con palanca al suelo. Midiendo apenas 3.540 mm de largo y con un bajo peso, según las pruebas realizadas en 1963 por la revista Parabrisas, aceleraba de 0 a 100 km/h en más de 34 segundos y superaba los 117 km/h. Además de criticarle la rumorosidad, la misma publicación concluye: “El De Carlo es un excepcional vehículo, ágil, "nervioso", de suave y potente aceleración, frena muy bien y dobla muy bien.”
Si bien sus prestaciones pueden haber sido humildes, eso no impisió que el jóven matrimonio lo usara para sus vacaciones uniendo los más de 1.000 km entre Buenos Aires y Mendoza. Según su dueña, una adelantada que en esa época ya tenía su registro de conducir, inclusive trepó hasta el Cristo Redentor, en una época que a los carburadores no les gustaba lidiar alturas como los 3.854 metros sobre el nivel del mar necesarios para llegar a visitarlo.
En 1964 el modelo recibe un cambio mayor recibiendo la estética del Simca 1000 y pasando a llamarse De Carlo SL.
En total, entre ambas versiones y algunas del De Carlo 700 coupé, se produjeron en Argentina cerca de 9.100 unidades. Al final, nuestro pequeño BMW tuvo el mismo destino que la fábrica de deportivos de su creador, Wolfgang Denze, que no pudo competir con las grandes compañías, cesando su producción.