Comenzando este aciago año 2020, Hyundai lanzó en Chile un modelo totalmente nuevo: el Verna. Se trata de un sedán compacto entrada de gama, que se coloca como una opción más grande al Grand i10 sedán, y que de alguna manera reemplaza en el catálogo al Accent, que va de salida a la espera del arribo de la nueva generación.
El objetivo de Hyundai con este modelo no es otro que hacerle frente al automóvil más vendido en Chile en la última década: el Chevrolet Sail, que con una gran relación precio/producto el segmento B- sigue cosechando laureles y acaparando preferencias.
El primero en intentarlo fue KIA con el Soluto, lanzado en el segundo semestre de 2019 y que ya tiene su lugar en el segmento. Y ahora replica Hyundai con este Verna, que es el hermano gemelo del Soluto es plataforma, medidas, mecánicas y origen: ambos vienen de China, donde se producen utilizando la base del viejo Accent/Rio.
El Hyundai Verna se comercializa en Chile en cuatro versiones y con tres niveles de equipamiento: SEL, Plus y Value, este último con opción de caja manual o automática. Los precios de lista parten en $8.190.000 y llegan a los $10.790.000. Nuestra unidad de pruebas en la 1.4 Plus MT, a un precio de $9.190.000, aunque hay hasta $700 mil en descuentos y bonificaciones.
La base y el diseño
Como bien decíamos, el Verna es un gemelo del Soluto y comparten la plataforma y las medidas exteriores: 4.300 mm de largo, 1.705 mm de ancho y 1.460 mm de alto, con una distancia entre ejes de 2.570 mm y un maletero de 475 litros. Ambos cuentan con suspensión delantera McPherson y trasera de eje rígido, frenos de disco delanteros y una dirección con asistencia eléctrica. La diferencia es que mientras el modelo de KIA cuenta con frenos de tambor atrás, Hyundai decidió sumar discos traseros salvo en la versión SEL, que usa tambor.
Y si bien ambos comparten el estilo tradicional de los sedanes compactos (tres cuerpos bien definidos y cierta simpleza en el diseño), Hyundai fue capaz de plasmar su estilo de diseño de "escultura fluida", incluyendo la parrilla tipo cascada en plástico negro (sin elementos cromados en nuestra versión), una toma de aire delgada en la parte baja, focos que se estiran hacia los pasos de rueda y una línea de cintura más suavizada.
La silueta nos muestra un diseño conservador, incluyendo las ruedas de tamaño pequeño (14 pulgadas, con llanta de aleación en tres de sus cuatro versiones), aunque la marca intenta darle una postura más agresiva rebajando la trompa y elevando el maletero, uniendo ambos cuerpos con un trazo marcado que define la altura de la cintura.
La zaga es la parte menos lograda del diseño y, en opinión personal, es fea. El problema no es el look general, que incluye un maletero con terminación tipo spoiler, sino el tamaño y diseño de los focos, que son compactos y algo cuadrados. Cierto, esto permite que la boca del maletero sea ancha, sin embargo, se ven raros y afean la propuesta general del auto.
El interior a tono
En el habitáculo del Verna no hay nada que resalte por su diseño y alta calidad, pero todo está a tono con la propuesta de valor del auto. Como siempre en Hyundai, hay un trabajo de texturas y tonalidades, asociado a terminaciones sin cuestionamientos, que hace que se eleve significativamente la calidad percibida. No se ve elegante, pero tampoco se ve "barato".
El diseño es normal, con un volante multifunción cómodo al tacto y marcadores analógicos de dos relojes y un display digital pequeño, cuya única crítica podría ser lo fome de la tipografía, pero es una cuestión de gustos. Lo peor en este aspecto es la colocación de los mandos de los vidrios, puestos en la parte baja del tablero y muy lejos de las manos.
En el centro del tablero descansa una gran pantalla táctil de 9 pulgadas, que me da la sensación que no es original de fábrica, aunque tampoco podría asegurar que se trate de un "after market" de instalación en Chile. Lo cierto es que da igual, porque luce bien y funciona de maravilla. Cuenta con conectividad a Apple CarPlay y Android Auto, ofrece bluetooth y puerto USB.
Otro detalle no menor es que hay múltiples porta objetos repartidos por la consola y puertas, que facilita la usabilidad tradicional del auto.
La posición de manejo se obtiene fácil ya que hay ajustes en altura del volante y del asiento del conductor, aunque extreñé un ajuste en profundidad del timón. Hay buena visibilidad hacia todas partes y, en general, todos los mandos quedan a la mano. Y un buen añadido en un apoyabrazos central de serie.
Hay cinturones de seguridad de cinco puntas en todos los asientos y cinco cabezales, aunque los traseros son integrados al respaldo. Con esto se ofrece espacio para cinco ocupantes, aunque, hay que decirlo, sólo cuatro irán realmente cómodos.
El problema del Verna no es el espacio para piernas o cabeza en las plazas traseras, sino el diseño de los asientos, que deja una plaza central levantada con la cabeza queda demasiado cerca del techo. Diría que un niño que no requiera de silla o alzador podría disfrutar más de ese lugar.
Respecto del maletero, es grande en tamaño (475 litros) y la boca de carga es amplia para no tener inconvenientes a la hora de meter cosas. El único problema es que para abrirlo, o hay que usar la llave directamente en la chapa, o utilizar la palanca del interior, pero no tiene un botón para usarlo directamente en el mismo portalón.
Cuestión de equipamiento
Cuando hicimos nuestra prueba del KIA Soluto, criticamos la ausencia de algunos elementos de equipamientos que son básicos en este nivel de precios, como las llantas de aleación, por ejemplo, el control de estabilidad (ESP) o la opción de algo más que dos airbags.
En el caso del Verna, hay una versión de entrada bien pobre, que incluye doble airbag frontal, frenos ABS con EBD, cámara de retroceso, anclajes isofix, vidrios y espejos eléctricos, cierre centralizado, neblineros traseros y el sistema de audio con pantalla táctil de 9", bluetooth y las otras conectividades. Eso sí, no tienen llantas, ni neblineros delanteros, ni ESP, ni aire acondicionado.
Nuestra versión de prueba denominada Plus mejora en algo: suma los discos de freno traseros, las llantas de aleación, el aire y sensor de estacionamiento trasero, entre otros. Pero si realmente quiere un auto mejor equipado en seguridad debe irse al Value, que agrega a lo anterior airbags laterales, control de estabilidad, detalles cromados exteriores y sunroof, aunque sólo en el Value automático.
Si quieres conocer las fichas en detalle y comparar el Verna con otros sedanes, ingresa a nuestro catálogo.
Bajo el capó y sobre el camino
El Hyundai Verna se ofrece con un motor conocido nuestro desde hace algunos años: el MPi 1.4 litros con 94 Hp y 132 Nm de par, que está asociado a una caja manual de cinco velocidades y en la variante tope de gama, con una automática de cuatro.
La marca indica que con caja manual, el Verna homologa 13,1 km/litro en ciudad y 21 km/l en carretera, con un mixto de 17,1 km/l, todas cifras superiores a las que homologa el Soluto teniendo el mismo motor y siendo básicamente el mismo auto.
Dinámicamente, el mejor uso del Hyundai Verna es en la ciudad, ya que siento que está bien configurado para este tipo de usos.
Cuenta con una suspensión suava que amortigua las imperfecciones del camino y no transmite asperezas al volante, ni tampoco genera golpes ni rebotes cuando nos pasamos un lomo de toro algo fuerte.
La dirección tiene una buena asistencia para espacios reducidos y no se siente artificial. Y si bien la potencia del motor puede parecer poca, es perfecta para este auto en un uso tranquilo. Tiene buena salida y una recuperación correcta, pero además está bien gestionado por la caja manual, una transmisión bien escalonada para mantener el motor en el régimen ideal.
En nuestra prueba nos dio casi 11 km/litro en ciudad y 15 km/litro en carretera, con un mixto normal de 12km/l.
En carretera, en cambio, aparecen las mayores fallas dinámicas del Verna: se escuchan muchos ruidos en el interior debido a que cuenta con una pobre aislación del habitáculo. A partir de los 100 km/h se escucha el motor, pero mucho más el ruido del viento o aerodinámico. También hay algo de ruido de rodadura, pero dependiendo del tipo de asfalto. No es del todo agradable.
En velocidac hay cierto retardo de la dirección, y la suspensión se siente algo blanda, especialmente en los cambios de apoyo bruscos. Sin embargo, es seguro de conducir, frena bien, sin desacomodos ni movimientos raros, y transmite un buen feeling a casi cualquier régimen de marcha.
Eso sí, a 100 km/h el tacómetro está sobre las 3.000 rpm y a 120 km/h se encumbra a 3.500 rpm. Se extraña demasiado una caja de seis para desahogar y desenrrollar el motor.
Conclusión
El Hyundai Verna es un buen auto, concepto familiar y de uso en ciudad. Es cómodo y fácil de manejar, está todo bien dispuesto y a la mano, tiene un correcto equipamiento considerando su precio, y un motor confiable y relativamente eficiente.
Los peros están en sus rivales más que en sí mismo. El Nissan Versa nuevo viene mejor equipado, especialmente en seguridad, y sus precios están cercanos. Y el Sail, el todopoderoso Sail, tiene más potencia, más equipamiento exterior e interior, y a un precio más accesible.
En todo caso, es uno de los recomendados pos Autocosmos en este segmento de sedanes compactos.
Test drive Hyundai Verna 2021