"Ready to race" o "Listo para correr" es el slogan con que KTM, el histórico fabricante de motocicletas austríaco, presentó en 2008 el primer X-Bow, su auto destinado a tracks days y diversión sobre la pista. Se trataba de un deportivo estilo Lotus o Caterham, es decir, con una extraordinaria relación peso/potencia, que 12 años atrás era de 3,18 kilos por caballo. El motor era de origen Volkswagen, un cuatro cilindros FSI con 220 Hp, montado sobre un bastidos de fibra de carbono, abierto por todos lados y con jaula de seguridad incorporada.
Pues bien, tras una década de éxitos comerciales y el lanzamiento de un modelo para la GT4, KTM presenta ahora el totalmente nuevo X-Bow que recibe el añadido GTX en su nombre. Y estamos hablado de otra cosa.
Para esta generación, KTM se une al desarrollador Reiter Engineering GmbH para llevar al extremo el desarrollo del motor, el trabajo aerodinámico y la construcción ultra ligera, al punto de que hoy es un auto homologado para la categoría GT2.
Todo parte por un nuevo chasis monocasco que ofrece unas mayores dimensiones, lo que nos habla de un auto hecho y derecho y con mejor apoyo dinámico. Tiene una mayor distancia entre ejes (2,85 metros) y extensión (4,70 metros de largo y 2,04 metros de ancho), y el diseño es obra de Kisha Design.
La mayor preocupación en las líneas exteriores es por la eficiencia aerodinámica, con mejor canalización de los aires y la generación de mucha más carga. El nuevo X-Bow GTX/GT2 pierde su carrocería de roadster biplaza de su antecesor, y lo reemplaza por la de un coupé con techo escamoteable al estilo cabina de avión.
Bajo el capó, el KTM X-Bow GTX se alimenta de un propulsor de 2.5 litros y cinco cilindros tomado del Audi TT, con un nuevo mapeo para extraerle 500 caballos y 650 Nm de par en el caso del GTX, y de 600 Hp para el GT2. Si consideramos que el peso en seco del auto es de 1.000 kilos, tenemos una relación peso/potencia de 2 kg/Hp para el modelo de calle, y de 1,66 kilos por caballo para el de carrera.
El tren motriz está gestionado por una caja de cambios secuencial de seis relaciones desarrollada por KTM para la competición. Las suspensiones adaptativas y regulables también fueron específicamente diseñadas por Sachs para este modelo, monta llantas forjadas y frenos deportivos de alta capacidad (discos de 378 mm con cálipers de seis pistones adelante, y de 355 mm con pinzas de cuatro pistones atrás).
En el interior, el nuevo X-Bow GTX ofrece un volante con pantalla integrada a modo de clúster, pantalla central para el sistema de infoentretenimiento, pantallas laterales para actuar como espejos digitales, aire acondicionado eléctrico y modos de ESP y ABS configurables. Ambas versiones cuentan barras antivuelco homologadas, y los asientos Recaro de fibra de carbono son un opcional.
¿Precios? Unos 230.000 euros más IVA para el GTX de calle, desde 294.000 euros más IVA para el GT2 de competición. La marca sólo anuncia la producción de 20 unidades para este año, y por supuesto que ya están todos vendidos. Lo que venga en 2021 dependerá de su éxito.
