A propósito de la temporada de vacaciones que se avecina, es importante hacer una revisión profunda de todos los componentes críticos del automóvil, antes de emprender un viaje por carretera (si es que tienes el privilegio de hacerlo, estamos aun en pandemia). En ese cometido, uno de los sistemas más importantes a considerar es el de frenos, cuyo óptimo desempeño es indispensable mantener.
En esta ocasión, queremos hacer énfasis particularmente en las pastillas de frenos, componente fundamental del principal sistema de seguridad activa de cualquier vehículo. En principio, digamos que dependiendo del sistema de frenos podemos hablar de pastillas o de zapatas de frenos.
Las pastillas hacen parte del sistema de frenos de disco y se colocan dentro de una pinza, también llamada caliper o mordaza. En este caso, son una pieza plana de alta resistencia y en una de sus caras tiene una gruesa cubierta de material de fricción; cuando el conductor acciona el pedal del freno, la pastilla hace contacto con el disco y la fricción resultante se encarga de aminorar la rotación de la rueda.
En cuanto a la balata, esta hace parte del sistema de frenos de tambor. Se trata de una pieza curva de metal que también cuenta con material de fricción fijo en uno de sus lados; cuando se acciona el pedal respectivo, el sistema empuja la balata hacia fuera, de tal forma que se genera fricción entre el forro y la parte interna del tambor.
¿Qué se debe tener en cuenta?
A continuación, compartimos algunos consejos sobre el tema que ofrece Ichiban, marca especializada en rodamientos, frenos y embragues.
- Independiente de que sean pastillas o balatas, tales elementos deben sustituirse cuando el material de fricción se agota o cuando se contaminan por alguna sustancia aceitosa.
- A diferencia de otros componentes del vehículo, las pastillas de freno no se pueden reutilizar; por ser un elemento vital del sistema de seguridad activa, las pastillas siempre se deben reemplazar por unidades nuevas.
- Es recomendable sustituir las pastillas de freno cada 25.000 km, pero esta cifra puede ser menor en caso de que el auto circule demasiado por zonas montañosas, con exceso de pendientes o si en promedio transita mucho a diario.
- Se debe revisar que el espesor del material de fricción no sea inferior a dos milímetros; así mismo, es importante cambiar los discos de freno cada tres cambios de pastillas. Los discos, se pueden rectificar, según su desgaste.
- Al hacer una evaluación visual del estado de las pastillas, es importante diferenciar entre la pastilla de freno propiamente dicha y la pieza metálica que le sirve de soporte, puesto que pueden ser muy parecidas.
- Recuerde que cuando el sistema presenta chirridos y ruidos constantes al presionar el pedal de freno, normalmente es por un excesivo desgaste de las pastillas, lo que se puede traducir en daños en los discos de freno.
- Se debe tener en cuenta que cuando las pastillas de freno están desgastadas se amplía la distancia de frenado, lo que puede comprometer la seguridad de la marcha.
