Sí, es cierto, un auto eléctrico no produce emisiones cuando lo comparamos a un auto de combustión interna, y esto provoca que las ciudades sean más limpias y el aire más puro, pero sólo en las ciudades. Si las formas de generar energía eléctrica siguen siendo contaminantes (termoeléctricas), lo único que estamos haciendo es trasladar la contaminación de un lado al otro, y los sectores que pasarán a estar contaminados serán los rurales, donde muchas veces residen personas de bajos recursos. Nada que no se haya visto en la historia de este sistema.
Por eso es que se plantea muchas veces si los autos eléctricos son tan ecológicos como se los propone. Ahora, un estudio intentó aclarar un punto fundamental para el desarrollo sostenible de la movilidad eléctrica: la producción de baterías.
En este apartado se entrelazan las técnicas industriales, las implicaciones geopolíticas, el trabajo precarizado y la cuestión medioambiental. El litio no llueve del cielo y para sacarlo se gastan muchos recursos y se contamina el ambiente, lo mismo pasa con el cobalto y tantos otros metales, que cuando se les pregunta a las empresas cómo y dónde los obtienen, muchas veces miran para el costado.
Elon Musk confesó en Twitter que Bolivia sufrió un golpe de estado para que Tesla pueda acceder al litio, y que en el futuro organizará golpes a la democracia donde quiera. Deal with it.
Algunos fabricantes están en la búsqueda de obtener materias primas verdaderamente limpias, por eso surge una pregunta sobre la que muchos buscan claridad: ¿la dependencia de las baterías es "peor" que el petróleo? La Federación de ONG medioambientales del Transporte y el Medio Ambiente intentó dar una respuesta.
Según su estudio, frente a los 17 mil litros de combustible que quema en promedio un automóvil con motor térmico, la batería de un automóvil eléctrico "consume" una media de 30 kilos de materia prima.
Sólo con reciclaje se salva el mundo
Mina de litio a cielo abierto en el norte de Argentina.
Según el estudio, la actual dependencia europea del petróleo supera con creces la necesidad de materias primas para las baterías, con probabilidad que esta brecha se amplíe aún más si los avances tecnológicos en la próxima década reducen, como se prevé, la cantidad de litio necesaria para fabricar una batería de automóvil eléctrico a la mitad. Esta misma tendencia también se espera para el cobalto, (cuya necesidad se supone que disminuirá en más de 3/4 partes), y para el níquel (en aproximadamente 1/5 parte).
Por ejemplo, actualmente, el parque automovilístico europeo depende casi en su totalidad de las importaciones de petróleo, por lo cual, una mejor eficiencia de las baterías y un mayor proceso de reciclaje permitirán a la UE depender mucho menos de las importaciones materias primas que del petróleo.
En resumen, así como están las cosas, hoy en día la movilidad eléctrica no es tan ecológica como la pintan, pero si las cosas se dan como se espera, realmente podríamos estar frente a un nuevo paradigma un poco más amigable para el medio ambiente.
Para que esto suceda, es vital que fabricantes, usuarios y gobiernos planteen las bases para generar un proceso de reciclaje eficiente y garantías para que la extracción de minerales sea la menor posible (si te hablan de minería sustentable te están mintiendo, no existe) y sin perjuicio de comunidades mineras muchas veces explotadas y atravesadas por el trabajo infantil.