Por lo regular, los autos que llegan a competir en alguna categoría de motorsport pasan a tomar lugar en las vitrinas de su constructor o por lo menos, en el garage particular del equipo para el que corrieron. Otros, de alguna manera llegan a manos particulares y su destino es la subasta.
Ese el caso de este Nissan 300 ZX Twin Turbo IMSA GTO construido en 1990 por el equipo de carreras Clayton Cunningham Racing. El equipo, de hecho, construyó siete, pero este con el número 75 es el que actualmente se encuentra subastándose en Bring a Trailer. Entre su palmarés figura un primer lugar en el IMSA GT Challenge de Fuji, la Mid-Ohio 1 Hour IMSA GTS, un segundo lugar en el Road América IMSA GTS, entre otros.
Como tal, este auto es una obra de la ingeniería de 1990 pero, sin tomar en cuenta la época de la que haya sido protagonista, basta verlo a detalle para saber que su hábitat natural eran las pistas de carreras.
La carrocería fabricada en fibra de carbono, se apoya en un bastidor tubular, desarrollado bajo las especificaciones especiales que requería la categoría en aquellos años. Conserva los enormes slicks Goodyear montados sobre llantas BBS con el conocido sistema de tuerca central.
El capó y el parachoques frontal, estan integrados, lo que facilita la reparación del auto y simplifica su estructura. En las fotografías se alcanza a notar gran parte del sistema de admisión, los turbocargadores e intercoolers. Cabe mencionar que tanto la pintura como la carrocería fueron restauradas en 2018, por lo que su aspecto actual es casi de auto nuevo.
El motor de esta bestia es un V6 biturbo de tres litros con inyección electrónica de combustible acoplado a una transmisión manual de cinco velocidades con tracción trasera que genera ¡más de 700 Hp! La buena noticia para el valiente que decida comprarlo, es que el especialista en motores, Roush Performance, ya le “metió mano” para poner la mecánica nuevamente en condiciones de acelerar despiadadmente, lo cual es una excelente idea, pues 30 años para un motor de carreras que estuvo al máximo nivel, es demasiado, sin considerar que lo tiene muy bien merecido.
El interior se conserva casi igual, aunque se le han colocado algunos medidores automáticos, así como una pantalla digital MoTec instalada en la columna de dirección. En realidad, creemos que no hace falta meterse tanto con un auto que, por lo vivido, casi tendría alma propia.
El precio de arranque en la subasta de Bring a Trailer es de $275.000 dólares. Ya veremos quien se lo queda.