En las últimas semanas, el mundo de los amantes y seguidores de las series se convulsionó con el estreno del Juego del Calamar, serie surcoreana que en pocos días alcanzó un éxito tan grande que ya es la más vista en la historia de Netflix, plataforma que recientemente cumplió diez años.
A lo largo de sus nueve capítulos, la ficción se desarrolla en el marco de un juego del que participan personas que acumulan grandes deudas, por lo que deciden ser parte del mismo para obtener el premio final, estimado en millones de wones (la moneda local).
Si viste la serie, ya sé que la resumí demasiado, pero con eso alcanza para entender el vínculo que tiene con un trágico suceso acontecido en la industria automotriz. Estamos hablando de la huelga de trabajadores de SsangYong, acontecida en 2009.
La referencia en el Juego del Calamar (hay spoiler, estás avisado)
Si eres de los que aún no vio la serie, te aviso que te la voy a spoilear un poco (¡perdón!). En un momento del quinto episodio, el protagonista de la serie recuerda haber participado de una huelga en la empresa automotriz Dragon Motors, donde además presenció el asesinato de uno de sus compañeros más cercanos.
La disputa laboral toma como referencia la huelga hecha en 2009 por trabajadores de SsangYong (por si no lo sabes, su nombre significa “Dos dragones”, por eso Dragon Motors), quienes no aprobaron los despidos a mansalva realizados por la compañía, la cual estaba siendo salvada por SAIC (si, los de MG), pero cuyas inversiones no estaban generando ganancias, entre otros problemas, algo similar a lo que esta viviendo hoy el fabricante especialista en todoterrenos.
En total, fueron más de 2.600 los empleados despedidos y 974 los que no aceptaron la medida. Para defender su postura, iniciaron una huelga dentro de la fábrica en la que ejercían sus labores, ubicada en Pyongtaek, Corea del Sur.
Durante más de dos meses (77 días), los trabajadores resistieron los embates de la policía, que avalada por SsangYong (no quiso negociar con el sindicato correspondiente) quiso sacarlos de la sede a fuerza de balas de goma, gases lacrimógenos, carros hidrantes y pistolas Taser.
Como respuesta, los empleados prepararon armas caseras, como bombas Molotov, ondas y catapultas. El saldo de los enfrentamientos fue de unas cincuenta personas heridas.
La huelga finalizó luego de que SsangYong aceptara dialogar con el sindicato, lo que derivó en un acuerdo por el que más de la mitad de los trabajadores fueron despedidos pero con una suerte de indemnización, mientras que los demás recibieron una licencia temporal de un año.
¿El acuerdo? Bien, gracias
Imagen de la huelga en SsangYong (AP).
En 2010, los trabajadores con licencia deberían haber vuelto a la planta, pero no pasó. Además, otros 153 fueron despedidos por haber participado de la huelga. Para peor, en los años posteriores, murieron cerca de 30 empleados, de los cuales 26, según medios locales, se suicidaron a causa de la depresión generada por no conseguir trabajo, o fallecieron por las lesiones sufridas en el conflicto.
Tras varios años y procesos legales de por medio, en 2018 SsangYong y el sindicato acordaron reincorporar a los trabajadores participantes de la huelga, algo que sucedió a medias en 2019. ¿Por qué a medias? Porque fueron 119 los que volvieron a sus puestos, mientras que al resto se les avisó que aún no podían regresar.
La opinión del director de la serie
Imagen de los alderedores de la huelga en SsangYong (AP).
El director del Juego del Calamar, Hwang Dong-hyuk, admitió en sus redes sociales que recuperó lo sucedido en la planta de SsangYong para la historia de la serie: “Es cierto que usé la huelga de Ssangyong Motor como referencia. Pensé que ese incidente ayudaría a explicar cómo un tipo normal como Gi-hun (el protagonista) podría llegar tan lejos”, comentó.