Citroën está celebrando los 90 años del lanzamiento en Europa una invención que perdura hasta nuestros tiempos: el concepto del "motor flotante", que básicamente podemos definir hoy como soportes de motor.
Si bien André Citroën es reconocido por su genialidad y múltiples desarrollos que luego fueron adoptados por las marcas de todo el mundo, como la tracción delantera, la carrocería metálica, la dirección asistida y la suspensión adaptativa, este revolucionario invento no fue suyo, pero sí la decisión de comprar la patente de uso en Europa y aplicarla a los vehículos Citroën.
Gama Citroën C4 de 1932 con motor flotante.
Hasta entonces, la gran mayoría de los automóviles se construían con un chasis de acero que sostenía el motor, y una carrocería separada construida en madera o en metal. Así, cualquier vibración del propulsor y cualquier irregularidad del terreno se transmitían a los ocupantes del vehículo de manera notoria e incidían en la estabilidad de la conducción.
La tecnología del “Floating Power” fue desarrollada por el Grupo Chrysler hacia fines de los años 20 y debutó en julio de 1931 en un motor de 4 cilindros presentado en el Salón de Nueva York, para luego instalarse en diversos modelos de Chrysler, Plymouth y Dodge. Fue tan eficaz, que supuso un éxito entre el público que multiplicó por cuatro las ventas de estos modelos.
Gracias a esta patente, a partir de abril de 1932, los motores de los automóviles Citroën estuvieron dotados de resistente soportes elásticos en caucho que “suspendían” el propulsor y le permitían oscilar ligeramente alrededor de un eje longitudinal que pasaba por su centro de gravedad, consiguiendo así que el motor se mantuviera constantemente en una situación de equilibrio y que el sistema absorbiera la mayor parte de las vibraciones y de los movimientos causados por su funcionamiento, garantizando una estabilidad de conducción y un silencio en el habitáculo nunca conseguidos hasta entonces.
Como solía ocurrir con André Citroën, quien sostenía que “en el mecanismo del progreso, la innovación no es tan importante como su difusión”, Citroën desarrolló una campaña publicitaria de gran impacto, completada con un informe con documentación clara y convincente que se repartió entre la red de ventas, todo ello apoyado por un elemento añadido: un emblema fácilmente reconocible que identificaba el uso del motor flotante.
Este logo fue creado por el director artístico de Citroën, Pierre Louys, inspirado en los cisnes que dejaban tras de sí una estela en forma de “V”, que en cierto modo simbolizaba el Double Chevron. De este modo, para representar al nuevo motor flotante, dibujó un cisne que nadaba elegantemente entre los “chevrones”.
El logo fue rápidamente aceptado por todo el equipo de publicidad y definió uno de los períodos de oro de la comunicación de Citroën, al figurar en todos los documentos de las campañas publicitarias y en los carteles situados en las carreteras. También apareció hasta 1935 en todos los modelos equipados con esta tecnología, por ejemplo, los C6 y C4 de 8, 10 y 15 caballos.