Nada como la satisfacción de estrenar auto o motocicleta, pero hay que tener en cuenta todos los requisitos que hay que afinar antes de salir a la calle o carretera. En el caso de las motocicletas, el equipo personal de seguridad es uno de esos imprescindibles: chaqueta, pantalón, calzado, guantes y, por supuesto, el casco.
A la hora de elegir un casco, la norma dice que hay que invetir en el mejor casco que se pueda pagar. Y si bien toda gira en torno al presupuesto, hay tres consideraciones principales a tomar en cuenta:
1.- Tipo de casco: Abatible, integral o ¾. Esto muchas veces se define por el tipo de moto que utilizamos. Digamos que no será muy cómodo tener un casco ¾ para viajar en un doble propósito, por ejemplo. Afortunadamente, en la actualidad, hay cascos cuya estructura puede modificarse para ser más versátiles, aunque ojo, esto puede implicar pérdida de rigidez estructural.
2.- Certificación: Es el punto más neurálgico de un casco. Realmente es su razón de ser, y es que este parámetro nos indica el nivel de seguridad que otorga, ya que cada tipo de certificación supone diferentes estándares de pruebas para los diferentes cascos. Estos son los tipos de certificación:
- DOT: Esta certificación es otorgada por el Departamento de Transporte de los Estados Unidos (DOT). Por lo menos en Norteamérica, es la certificación más común y se otorga a cascos que tengan un buen desempeño al momento de absorber impactos. Si el DOT detecta que algún casco no cumple la norma, ejecuta una multa a la marca en cuestión de $5.000 dólares por casco vendido.
- SNELL: Debe su nombre a la fundación William “Pete” Snell, piloto que perdiera la vida en 1956 a causa de un casco deficiente. Desde entonces, se creó la norma Snell M2005 enfocada a la resistencia de impacto, que luego evolucionó a la M2010 que vigila la absorción de golpes. Actualmente es una de las certificaciones más rigurosas y es compatible con DOT.
- ECE: Fue creada por Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa y es obligatoria en más de 50 países. Al igual que la DOT, la certificación ECE se enfoca en la capacidad de absorción de golpes del casco y, para que te des una idea de su importancia, actualmente la ECE tiene la aprobación de seriales como el AMA estadounidense, WERA (Asociación Oeste-Este de Carreras en inglés), CCS (Serie Copa Campeonato en inglés), Formula USA, FIM (Federación Internacional de Motociclismo en Alemán) y el MotoGP.
3.- Tipo de compuesto: En la actualidad, tenemos en el mercado grandes opciones en cuanto a materiales y tecnologías de fabricación. Dependerá de tu presupuesto y adaptación a un caso de compuesto de polímeros, fibras y resinas como la fibra de vidrio, carbono, kevlar, aramida, ABS, etc. Si me preguntas, claro que me gustaría tener uno de carbono, pero el costo es elevado, sin embargo, entre todas las marcas hay muy buenas opciones con su respectiva certificación.
4.- Diseño: Es un tema muy personal, cada Biker elige de acuerdo al tipo de moto, de vestimenta, estilo, gusto, etc. Existen millones de diseños para cualquier tipo de cascos. Hay ediciones especiales, series limitadas e infinidad de colores, así que escoge el que quieras pero no olvides lo principal: la seguridad.
5.- Presupuesto: Es la parte menos divertida pero sí de consideración. Piensa que estás inviertiendo en tu seguridad y resguardando tu vida, por lo cual no deberías escatimar en adquirir un buen casco, sin importar el uso que le des a tu moto. Lamento decirte que el golpe es el mismo con un casco barato que con uno caro, pero usar un buen casco puede ser la diferencia entre recodarlo entre amigos o no hacerlo nunca.
En Autocosmos reprobamos total y absolutamente las malas prácticas de conductores, así como el mal uso de las motocicletas. Nadie está excento de accidentes, así como nadie tiene el derecho de causar alguno perjudicando a terceros. Seamos consientes y responsables.