Si bien en el pasado existieron grandes monstruos del automovilismo con 1.000 o más caballos, un superdeportivo de hace 20 años llega a ser más lento que un buen hot hatch moderno.
La clave más obvia está en la potencia, pues los motores de ahora pueden generar mucha más, bien sean aspirados o con turbos, como se estila ahora, pero hay más.
Agregar potencia requiere un chasis que la soporte, también poder bajarla al piso; en ambos aspectos los autos mejoraron exponencialmente con:
- Mayor rigidez estructural
- Mejor diseño y calibrado de suspensiones
- Llantas más grandes y con mucho más agarre
- Motores con entrega más progresiva
Todo lo anterior, sumado a herramientas de desarrollo muy avanzadas, también permitió hacer autos más dóciles o, por lo menos, con un comportamiento más previsible y fácil de llevar. Sin embargo, hay algo más, que creo es definitivo: la electrónica.
Control de tracción, de estabilidad y demás
Al ver el video de una Ferrari Testarossa tratando de circular (o mejor, "desparramándose") por calles nevadas pensé en tres cosas:
- Pobre auto
- Qué buen control tiene quien lo maneja
- ¿Había que tener mucho coraje para manejar así antes?
Al principio, quienes probábamos autos (me hago cargo de lo mío) nos quejábamos del ESP y del control de tracción, esos sistemas eran muy restrictivos; es decir, frenaban mucho la acción.
Hoy no sé si yo manejo más tranquilo o estos sistemas son menos restrictivos y actúan “desde las sombras”, pero uno pone D (sí, los autos más deportivos ya no tienen cajas manuales), pisa a fondo y listo, el auto pone la potencia al suelo y va para donde uno quiere. Obviamente la física impone límites, pero estos sistemas hacen mucho para que, con un poco de sentido común, no los sobrepases.
En más de una prueba en pista desconecté todas las asistencias en fieras con más caballos que ese Testarossa y si logré terminar la vuelta fue porque me medí mucho. Si bien los autos de ahora son mucho más fáciles de llevar, hay que tener cierto entrenamiento para conducirlos rápido y estables.
La contraparte podría ser que, al sentirnos más protegidos por los "ángeles electrónicos", vayamos más rápido de lo que deberíamos (siempre me refiero a circuitos, hay que respetar las reglas de la vía pública).
Voy a sumar un problema adicional en los modelos de gran talante, solían ser de tracción trasera, que los hace más difícil de controlar, especialmente en situaciones de baja adherencia. Trata de hacer lo que ves en el video, con la mitad de potencia e igual vas a terminar mirando para el otro lado.
En resumen, al coraje le voy a sumar habilidad como requisitos para manejar sin electrónica en situaciones difíciles. Hoy, hay que seguir teniendo mucha precaución y respetando las normas en la vía pública, pero realmente la industria avanzó mucho para hacernos las cosas más fáciles y seguras.
Por lo pronto, disfruta el video y responde con sinceridad si te atreverías a domar un cavallino clásico en la nieve.
Respectfully Abused Ferrari