El Volkswagen Santana fue un modelo global muy reconocido en diversas partes del mundo, y resultó ser fabricado en hasta nueve países en simultáneo, incluido Brasil y Argentina. Pero ¿sabías que tuvo una historia paralela en Oriente?
El Santana fue un auto muy exitoso en China, con más de 3.000.000 de unidades fabricadas entre 1983 y 2021, aunque el moderno, ya completamente diferente. Era utilizado principalmente como taxi, pero las curiosidades no terminan ahí.
La curiosa historia del Nissan Santana
A principios de la década de los 80s, Takashi Ishihara, presidente de Nissan, quería hacer una alianza global con Volkswagen, y creyó que la mejor forma de lograr expandirla sería fabricando y comercializando el VW Santana en Japón. En 1981 comenzaron las negociaciones, y en 1984 se inició la producción del sedán en la planta de Zama, Kanagawa.
El Santana se fabricaba en Japón bajo licencia, usando los kits para ensamblaje (CKD), y no tenía ningún tipo de logo de Nissan en el exterior o el volante, sino que mantenía los de Volkswagen.
Con respecto a las diferencias con el Santana global, obviamente se adoptaba una disposición del volante del lado derecho, además de algunos retoques en las luces y la parrilla. Un dato curioso es que el Santana japonés fue “estrechado” en 5 mm, para que no pagara un impuesto a los vehículos de más de 1.690 mm de ancho.
A pesar de la producción japonesa, el Santana mantenía sus rasgos alemanes por todos lados, desde las motorizaciones (provenientes de su país de origen) hasta sus versiones, que en el caso de la más deportiva, fue llamada “Xi5 Autobahn”, y contaba con asientos deportivos, techo solar y llantas de aleación de 14”, entre otros.
Las motorizaciones que usó el Santana en Japón fueron las siguientes:
- Cuatro cilindros, 1.8 L de 100 Hp
- Cinco cilindros, 2.0 L de 110 Hp
- Cuatro cilindros 1.6 L turbodiésel de 72 Hp
- Cuatro cilindros, 1.8 L de 91 Hp (luego de un facelift)
- Cinco cilindros, 2.0 L de 140 Hp (Xi5 Autobahn)
Las opciones de transmisión eran manual de cinco relaciones o automática de tres (únicamente para los nafteros).
El fin del Santana en Japón
Gracias a la producción nacional, se logró que el Santana tuviera un precio inferior al de varios VW importados, pero aun así no tuvo mucho éxito.
La marca planeaba vender entre 4.000 y 5.000 unidades por mes, es decir, entre 48.000 y 60.000 autos por año, pero finalmente se comercializaron 50.000 unidades en 7 años, que fue el período que duró el Santana en Japón.
En octubre de 1989, Nissan cesó la producción del modelo, y las unidades remanentes de stock se comercializaron hasta mayo de 1990. Luego del Santana, Nissan ofreció en sus concesionarios el VW Passat de tercera generación, pero solo duró unos meses, hasta que la marca alemana se alió con Toyota en 1991.