
Los neumáticos juegan un papel fundamental en la seguridad y el rendimiento de un vehículo. Básicamente, son el punto de contacto con el camino, por lo que la elección correcta de los neumáticos, el cuidado en su uso y su cuidado permanente, permiten no sólo exprimirlos al máximo, sino también poder prevenir accidentes.
Bridgestone, líder global en neumáticos, nos indica cuáles son los errores más frecuentes en su cuidado y cómo evitarlos. Y aprovechamos de compartirtelos.
Presión incorrecta
Ya sea por descuido o falta de conocimiento, numerosos conductores no revisan regularmente la presión de sus neumáticos.Circular con un neumático con una presión de inflado por debajo de la recomendada por el fabricante puede provocar una degradación prematura (sobre todo en los laterales), fatiga de la carcasa, alto riesgo de reventón y un incremento del consumo de combustible. Tampoco se debe circular con la presión alta, por encima de la recomendada, ya que la goma contacta menos con el asfalto y pierde adherencia, se produce degradación prematura en la parte central de la banda de rodadura y se obtiene un peor comportamiento dinámico del vehículo.
Para evitar todos estos problemas, lo ideal es revisar la presión de los neumáticos (en frío) una vez al mes o antes de un desplazamiento largo. En el manual del vehículo o en el marco de la puerta del conductor aparece la presión recomendada por el fabricante.
No rotar los neumáticos para alargar su vida
Los neumáticos delanteros y traseros están sometidos a trabajos y cargas diferentes, por lo que su desgaste es muy desigual. Las rotaciones son esenciales para conseguir un desgaste más uniforme, y aumentar así la vida útil de todos los neumáticos. Un desgaste uniforme y regular en los neumáticos de ambos ejes del vehículo, contribuye a aumentar la seguridad en la carretera, los ejes reaccionan de forma equilibrada y el conductor controla mejor su vehículo. Es recomendable rotarlos entre ejes cada 10.000 kilómetros (o lo estipulado por el fabricante).
Desgaste excesivo o irregular
Independientemente de la vida útil de un neumático, cada cierto tiempo conviene revisar la profundidad de la banda de rodadura. En Chile, la norma indica que debe tener una profundidad mínima de 1,6 mm. Este límite legal viene referenciado por los testigos de desgaste, señalizados por un indicador en la zona del hombro del neumático.
Igual de importante es verificar que ese desgaste sea uniforme. Normalmente los neumáticos del eje delantero, por motivo de la propia configuración del vehículo, presentan desgaste no uniforme entre el hombro exterior y el interior. Una cubierta en buen estado por fuera puede estar “comida” por dentro.
Otros desgastes irregulares en los neumáticos, y que provocan que la huella de contacto no sea la óptima, pueden ser provocados por una alineación incorrecta, o unos amortiguadores en mal estado. En estos casos, los neumáticos son los mensajeros del problema, y los que nos avisan cuál puede ser la causa y qué se debe rectificar.
Alineación, paralelismo de ejes y equilibrado defectuosos
La correcta alineación del vehículo, mantener el paralelismo de ejes y el equilibrado de las ruedas (ajustar el conjunto llanta-neumático mediante contrapesos para evitar desequilibrios) resultan fundamentales para evitar desgastes irregulares, vibraciones e incluso problemas de trayectoria en el volante, además del riesgo de fallas mecánicas. Lo recomendable es realizar esta alineación cuando se cambian los neumáticos o se rotan entre ejes, una vez al año o cuando se recorran entre 15.000 y 20.000 kilómetros.
Neumáticos deformados o dañados
Comprobar de vez en cuando el estado de las gomas y llantas también es crucial, ya que pueden presentar deformaciones, golpes, cortes o globos, fruto del impacto con cunetas y baches. Si presentan algún tipo de daño, es necesario consultar con un profesional su posible reemplazo. En el caso de tener que hacerlo, no es conveniente instalar en un mismo eje neumáticos con distintas características o nivel de desgaste, lo que muchas veces obliga a comprar dos neumáticos iguales.
Neumáticos envejecidos
Aunque los neumáticos no tienen fecha de caducidad como tal, dependiendo de múltiples factores, entre ellos el mantenimiento, la exposición a agentes oxidantes, las condiciones de uso, etc., pueden llegar a perder parte de sus prestaciones con el paso del tiempo. Así, y aunque aún tengan dibujo, se aconseja verificar el aspecto de los neumáticos. A partir del 5º año recomendamos su revisión por un especialista, y en cualquier caso, sustituirlo cuando tengan más de 10 años. La goma agrietada, envejecida, con cortes,puede afectar a la seguridad en la carretera.
Para conocer la fecha de fabricación de un neumático, simplemente tienes que buscar el código DOT en el marcado de costado. Los 4 últimos dígitos del código DOT, por ejemplo 1024, te informan de la semana y año de fabricación.
Rueda de repuesto
Un último consejo: recuerda a la gran olvidada, la rueda de repuesto, o en su defecto, el kit antipinchazos. Verifica regularmente que se encuentra en perfecto estado y con la presión adecuada.