
El pasado viernes 8 de agosto, dos Corvette ZR1 fueron robadas directamente de la planta de ensamblaje en Bowling Green, Kentucky, en un incidente que recuerda a otro robo similar ocurrido a inicios de este año.
De acuerdo con Rachel Bagshaw, vocera de la planta, ambos autos fueron localizados gracias a la rápida acción conjunta de la Policía Estatal de Kentucky, el Departamento de Policía de Bowling Green y la Oficina del Sheriff del Condado de Warren. Sin embargo, el cómo lograron sacar dos superdeportivos de un complejo tan vigilado sigue siendo un misterio.
La historia tomó un giro cinematográfico cuando oficiales de Bowling Green encontraron a los sospechosos en un estacionamiento de la Universidad de Western Kentucky. Los dos ZR1, uno Arctic White y otro Sebring Orange, se separaron para escapar.
El Corvette blanco fue detenido en Bowling Green tras pasar sobre ponchallantas en Louisville Road, cerca de la planta. El Corvette naranja, en cambio, inició una persecución multiestatal que llegó hasta el condado de Martin, Indiana, a casi tres horas de distancia.
En redes sociales, la usuaria Roseanna Phelps, conocida por monitorear radios de policía, narró en tiempo real la fuga: ambos autos salieron de la fábrica aún con el envoltorio protector blanco, y las persecuciones alcanzaron velocidades de más de 160 km/h en el caso del blanco, y hasta 289 km/h en el del naranja.
La persecución del Corvette Sebring Orange incluyó a agentes de los condados de Butler y Ohio en Kentucky, antes de cruzar la frontera estatal y ser localizado por la Oficina del Sheriff del Condado de Martin.
Hasta ahora, se ha detenido a un hombre de 20 años, originario de Detroit, acusado de múltiples delitos graves, entre ellos huir y evadir a la policía en primer grado, poner en peligro a otros de forma temeraria y robo de vehículo con un valor entre USD 10 mil y USD 1 millón.
Las autoridades de Indiana aún buscan a un segundo sospechoso, un hombre de 26 años presuntamente al volante del Corvette naranja.