Infiniti, que por estos días es una marca que atraviesa un momento complejo, quiere revitalizar su imagen con un proyecto muy radical. Tomaron al QX80, su SUV más grande y lujoso, para cruzarlo con el motor de un Nissan GT-R NISMO.
El resultado se denomina QX80 R-Spec y será una de las tantas atracciones del famoso SEMA Show de Las Vegas.
Como esto se trata de aftermarket, el VR38DETT de 3.8 litros recibió nuevos turbos, componentes reforzados, una ECU MoTeC, un sistema de escape ETS, un sistema de inyección de mayor caudal y un sistema de refrigeración más robusto, tanto para la transmisión como para el motor. Incluso los intercoolers se fabricaron a medida.
El resultado es de miedo: 1.000 Hp y 1.000 Nm de torque, tal como lo lees.
El chasis también recibió atención especial. Infiniti instaló una suspensión coilover personalizada con resortes Eibach ERS, una dirección modificada con nueva cremallera y eje, así como un diferencial trasero electrónico de bloqueo para mejorar la tracción. Todo está pensado para mantener el control de semejante potencia.
Estéticamente, la QX80 R-Spec presume una fuerte conexión con el GT-R T-Spec Takumi Edition, ya que luce un acabado Midnight Purple que cambia de tono según la luz. Esto resalta los pasos de rueda ensanchados y contrasta con otros elementos como un splitter de fibra de carbono, un difusor nuevo y un alerón extendido.
Para transferir esos 1.000 Hp al suelo y llenar esos enormes pasos de rueda, el QX80 calza llantas de 24" con neumáticos Yokohama Parada Spec-X y frenos carbonocerámicos con cálipers amarillos.
Aunque la marca no planea llevar este prototipo a producción, Tiago Castro, vicepresidente de Infiniti Americas, mencionó que el proyecto es una “exploración hacia una dirección más extrema” y que podría inspirar futuras versiones de alto rendimiento: algo asi como un QX80 Track Spec con más de 650 hp.
