El desarrollo de la industria automotriz china ha sido exponencial. Si el año 2005 se comercializaban 5,7 millones de automóviles, para 2013 ese número había aumentado a 21,95 millones; cifras impresionantes bajo cualquier punto de vista. Con todo, y tal como lo hemos señalado en más de oportunidad, derivó en que los procesos, tanto de ingeniería como de desarrollo, y que sustentaban tal crecimiento, en más de una oportunidad se viesen sobrepasado.
En efecto, hace casi una década no era raro que muchos de los vehículos originarios de china se basaran en la premisa de "copiar para crear", fuesen ellos elementos de motorización o técnicos, u otros de más fácil percepción como lo era el diseño de los mismos. "La verdadera guerra de los clones", o la copia de tal o cual modelo, se volvería hasta cierto punto común en la primera generación de modelos chinos.
En una segunda etapa, la industria automotriz china más que copiar se dedicó a "crear para competir", apostando ya por una estrategia de más largo plazo, más seria y buscando de una u otra forma, alcanzar la tan ansiada fidelización de los clientes. De ahí que muchos quedaran impresionando y sorprendidos con el SUV X7 que la marca china Landwind presentó en el Salón de Guangzhou, una copia literal del exclusivo modelo Evoque de Land Rover.
El vehículo, desarrollado en conjunto entre las empresas Jiangling Motors y Changan Auto, no disimuló en ningún aspecto que se trata de una "copia", por lo que la polémica no tardaría en llegar.
En efecto, el CEO de Land Rover, Ralf Speth, aseguró que se trata de una copia descarada; es más, lo califica de robo de la propiedad industrial de la marca y, como consecuencia, anuncia que emprenderán las acciones legales oportunas. "La propiedad intelectual de éste producto es de Jaguar Land Rover, por lo cual al copiarlo Landwind está incumplimiento las regulaciones internacionales que aplican a todo el mundo".
Por otra parte Speth aseguró que como empresa Jaguar Land Rover ha invertido mucho en China, en conjunto con Chery. Ese compromiso se basa en un plan de negocio claro, que les permite alcanzar sus objetivos de ventas a precios claros, por lo cual la llegada al mercado de una copia de uno de sus productos, daña su potencial de rentabilidad.
La pregunta que nace es ¿Cuán efectivas son estas demandas cuando gran parte de las industrias chinas de automóviles son de propiedad estatal?. Por lo demás, se trata del mismo que puede bloquear, cerrar o paralizar cualquier iniciativa en el país oriental, convertido en el paraíso y, en más de una vez ocasión, en el salvavidas de las grandes industrias automotrices extranjeras.
Ahora, volvamos al X7. Utiliza una motorización turboalimentada de dos litros y cuatro cilindros, asociado a una caja de cambios manual de seis velocidades o una automática de ocho. Si hablamos de equipamiento, incluye desde pantalla touch, cámara de retroceso, botón de encendido, techo panorámico, control de pendiente, control de tracción y un largo etc.
¿El precio en china?. El equivalente a unos $11,4 millones chilenos, cifra muy por debajo de los $38,5 millones chilenos que es el valor del Land Rover Evoque.
Dicho todo lo anterior, ¿Qué te parece la nueva joyita de LandWind?.