El 2016, aún era increíble pensar en marcas chinas copiando. Ya había pasado algo de tiempo y si bien aún aparecían algunos modelos, eran los menos. Las marcas estaban aprendiendo. Pero siempre quedan los porfiados, como es el caso de Landwind, submarca de JMC. Y es que, en China, los plagios y copias lo eran todo. Primero, porque las joint venture estaban a la orden del día y muchos casos de colaboración y licencia de plataformas, derivaron más tarde en vergonzosas copias, aun ya habiendo cesado las colaboraciones (o si no pregúntenle a los de Haima o a los de Zotye). Y segundo, porque no todas las ciudades son como Shanghái o Beijing; hay vastas zonas de población con muchos menos recursos y cultura, quienes son los primeros en tentarse con una "copia". Hay negocio.
Y dicho año fue en el que Jaguar-Land Rover golpeó la mesa, oficializando la demanda a JMC por el Landwind X7, una descarada copia del Evoque. Salvo por el parachoques o las luces, el auto era el mismo, para que estamos con cosas. Pero en China, si no es igual al original, vale.
Cuesta pelear contra la justicia local en ese tipo de casos, ya que se protege mucho a las marcas locales, sin contar de que la industria rápidamente acusa "matonaje" de las marcas consolidadas. Pero aquí, Land Rover tenía justa razón. Pero de que les costó, les costó. De hecho, el Landwind X7, fue lanzado en el Salón de Guangzhou el 2014; Land Rover realizó la demanda dos años despues, y ya estamos en el 2019.
Hoy, la agencia Reuters, comunicó que el fallo finalmente dio a favor de JLR, puntualizando cinco ítems que fueron copiados directamente por Landwind en su X7. La marca asiática debe dejar de comercializar y promover su modelo a la brevedad, aparte de pagar una suma de dinero como indemnización al grupo inglés propiedad de Tata.
