Fue en 1997 cuando Skoda, la marcha checa del grupo Volkswagen, presentó al mundo su sedán mediano Octavia, lo que hacía obvio que una versión Combi de las mismas dimensiones llegaría a continuación. Esto ocurrió efectivamente un año más tarde, causando tal impacto a nivel europeo, que la marca se dio el lujo ampliar la gama con versiones deportiva (Octavia RS Combi) y off-road (Octavia Scout).
Con casi tres millones de unidades fabricadas del modelo, en marzo de 2013 se anunció la creación de la tercera generación del Octavia, la cual traía consigo un nuevo cambio de plataforma, además de un crecimiento importante en dimensiones. Sin embargo, el cambio más notorio es el aumento considerable en su habitabilidad, mientras que su peso se vio reducido en más de 100 kilos.
No fue hasta abril de este año que la tercera generación de este modelo llegó al mercado nacional, con versiones bencineras y diésel, y con precios que van desde los $ 16.490.000. Es una apuesta de una marca que busca su lugar en un mercado hiper competitivo, donde la oferta de estos funcionales station wagon prácticamente desapareció en desmedro de los más populares SUV y crossovers.
Mecánica
Existen dos versiones de este modelo que llegan al mercado nacional. Por un lado, una versión bencinera 1.4 TSI con 150 caballos de fuerza y 250 Nm de par entre las 1.500 y 3.500 rpm. Y otra 1.6 TDI, que genera 110 Hp y 250 Nm de torque entre las 1.500 y 2.750 rpm, ambas acopladas a una transmisión automática de siete velocidades DSG. Nos centraremos en esta última versión.
La caja DSG hace mucho en esta prueba, ya que por su velocidad de funcionamiento hace que el Octavia Combi se sienta mucho más dinámico de lo que aparenta. Es tanta su rapidez de funcionamiento, que cuando se usan los cambios manuales, hay una relación casi milimétrica entre la acción de pasar el cambio y el paso efectivo a nivel mecánico.
Esta caja permite un manejo más deportivo al acceder a la modalidad de manejo “S”, donde la caja mantiene un régimen de marcha más alto, consiguiendo respuestas más instantáneas al uso del acelerador.
En materia de consumo el vehículo sorprende. Y claro, se trata de un motor diésel del grupo Volkswagen. La ficha de homologación habla de 19,2 km/litro en ciudad, 25 en carretera y un mixto de 22,7 km/litro. En la vida real eso fue levemente inferior, con 16 km/litro en ciudad y un mixto de 19,2, pero aún así son cifras muy buenas para un auto de este tamaño.
El Skoda Octavia Combi cuenta con una suspensión delantera McPherson con enlaces triangulares inferiores y estabilizador de torsión, mientras que en su parte trasera tiene amortiguadores telescópicos con resortes helicoidales. Además, cabe destacar que el modelo viene con dirección asistida.
La tercera generación del Skoda Combi está construida sobre la plataforma MQB del grupo Volkswagen, la que también está presente en modelos como el Audi A3 y los Volkswagen Golf y Passat.
El modelo indudablemente que ha crecido mucho respecto de su predecesor. Su longitud se incrementó en 90 mm (ahora mide 4.659 mm), tiene 45 mm más de ancho (1.814 mm), pero lo más interesante es el aumento en la distancia entre ejes, con 108 mm extras (2.686 mm). Esto permite que el modelo sea uno de los más grandes en su segmento, con un espacio interior de 1.782 mm de largo, permitiendo que hasta las personas más altas tengan un excelente espacio en las plazas posteriores.
Otro de los puntos que más da para hablar es su maletero. Gracias a la nueva carrocería el espacio creció hasta los 610 litros (cinco más que su predecesor). Las butacas traseras pueden plegarse en 40:60, permitiendo que la capacidad de carga aumente hasta los 1.740 litros. Hasta el asiento del copiloto también puede plegarse, de forma que elementos de hasta 2,92 metros de largo puedan entrar sin problemas.
Ya en materia de diseño exterior, el Octavia Combi pasa a ser bastante más conservador que su predecesor. Una máscara central rectangular con una pequeña “U” para posicionar el logo de la marca, además de detalles en cromo y luces halógenas, son la tónica en este modelo.
En su silueta presenta líneas bastante definidas que se extienden principalmente por la parte inferior de las puertas. También nos encontramos con espejos retrovisores con luces de giro, y llantas de 17 pulgadas con neumáticos 225/45 R17.
Un detalle no menor es la presencia de un cristal panorámico que se extiende por casi todo el techo del Octavia Combi, el que puede regularse en múltiples posiciones a través de una perilla. Además, el modelo incorpora de serie barras portaequipajes.
La zaga sigue la línea conservadora del frontal, y sólo destaca por sus grandes grupos ópticos.
Confort
Como se trata de un vehículo de carácter familiar, el modelo tiene diversas características que lo perfilan como algo diseñado para se usado por cualquier persona. El panel de instrumentos sigue el mismo diseño que muchos de los Volkswagen que encontramos en el mercado, con un tablero bastante plano, velocímetro y tacómetro análogos, además de medidor de temperatura y de combustible, también análogo.
Entre los marcadores encontramos con una pantalla monocromática que entrega información del computador a bordo, como detalles de rendimiento, velocidad, distancias, hora, ubicación, entre otros.
Otro detalle importante es el volante en forma de “D”, que permite por un lado controlar el sistema de infoentretenimiento del modelo, y por el otro, manejar el display de informaciones mencionado anteriormente. El volante es regulable en altura y profundidad.
Pasando al sistema de infotainment del Skoda Octavia Combi, nos encontramos con una pantalla de 5,8 pulgadas táctil que permite controlar casi todos los detalles del auto. El diseño de esta pantalla es similar a la que encontramos en otros modelos del grupo, e incluye 8 botones para manejar la radio, el audio desde otras fuentes (bluetooth, USB, etc), el teléfono, los mandos por voz, la configuración de sistema, el sonido (altos, bajos, balance, etc), información del vehículo y un menú de acceso directo.
Por debajo de la botonera nos encontramos con dos perillas para regular el volumen y para sintonizar la radio, lo que también puede hacerse desde el volante. El modelo cuenta con ocho altavoces en todas sus versiones.
Debajo de esta pantalla nos topamos con el sistema de climatización, que entrega la información de forma digital y por la pantalla de infotainment. El panel central se completa con los botones para el control de tracción, los sensores de proximidad y el Park Assist, que en este caso sólo actúa en estacionamientos laterales.
En materia de seguridad, el Skoda Octavia Combi 2016 cuenta con frenos de disco en las cuatro ruedas con ABS y EBD. Además, ofrece airbags delanteros, laterales y de cortinas, inmovilizador electrónico, control de estabilidad y anclaje ISOFIX. Si bien se extraña la ausencia de una cámara de retroceso, el modelo cuenta con sensores en toda la carrocería.
Otros elementos destacables son la presencia de un portalón trasero con apertura a distancia, y espejos retrovisores exteriores eléctricos, térmicos y abatibles.
Manejo
El manejo del Octavia Combi es extremadamente interesante por su dualidad. Cuando uno lo ve por fuera, da la impresión que se tratará de un familiar cualquiera diseñado para la ciudad, pero sorprende por su vocación más entretenida.
El comportamiento en uso urbano es bastante normal, con una suspensión que se adapta fácilmente a las calles sin importar lo rotas que estén. Es una buena suspensión, porque amortigua bien las irregularidades, sin golpes ni rebotes, y aísla el habitáculo de vibraciones y rugosidades del asfalto que suelen ser desagradables.
Ahora, donde realmente brilla es en carretera. Es ahí donde la dirección muestra su exquisito tacto, y la caja DSG permite que el vehículo alcance altas velocidades muy rápido. Nos sorprendió gratamente su gran nivel de aplomo en curvas, donde el auto permanece muy derecho, casi sin balanceos de carrocería, y manteniendo el eje posterior bien pegado al piso.
Otro detalle importante es que a la hora de realizar frenadas fuertes, el auto no tiene problemas para rebajar la velocidad rápidamente, y tampoco se desacomoda producto de la desaceleración. En uso intenso no percibimos que los frenos se fatigaran, y el tacto del pedal es firme, lo que se agradece.
Quizás si su gran detalle es el turbolag, que se siente con claridad bajo las 1.200 rpm, muy típico de los diésel. La sensación general es que en este auto se percibe algo menos que en otros petroleros gracias a que la caja hace el trabajo rápido para sacarlo de esa zona incómoda.
La transmisión también ayuda a que las recuperaciones sean efectivas. En todo caso, este auto es para conducirlo en la zona de las dos mil vueltas de manera permanente, consiguiendo así el mejor consumo y la mayor respuesta.
Conclusión
El Octavia Combi es un station wagon que tiene mucho para ofrecer al mercado familiar. Es un auto que engaña, porque si bien uno lo ve muy familiar por fuera, a la hora de sentarse adentro ofrece una cara mucho más dinámica. Tiene un notable espacio interior en plazas traseras y maletero, siendo una alternativa inteligente a los SUV, ya que ofrece mejor tacto conductivo y más eficiencia, con un espacio muy similar.
Sin lugar a dudas, lo mejor es su conducción. La caja DSG mezclada con el motor TDI entregan una relación sincrónica, con notable eficiencia y alta sensación de deportividad, una versatilidad poco común en el segmento. Se extrañan, eso sí, algunos elementos de tecnología, como cámara de retroceso y navegador.
En materia de precios, el modelo llega al mercado nacional en $ 16.490.000 para su versión 1.4 TSI, y $ 17.490.000 en su versión 1.6 TDI. Acorde con los precios de los SUV medianos.