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Prueba de manejo: Fiat Fullback 2016

La nueva pick-up de la firma italiana es básicamente una L200 de Mitsubishi, por lo que comparte tanto sus fortalezas como debilidades.

Prueba de manejo: Fiat Fullback 2016

A fines del año pasado, Fiat presentó en sociedad el resultado de su primera asociación de producto con Mitsubishi: la Fullback, pick-up mediana que comparte tanto la plataforma, como los motores y componentes con la quinta generación de la L200, lanzada en Chile en septiembre pasado.

Esta camioneta ya está en Chile, puesta en venta por Fiat para complementar su gama de modelos comerciales, que hasta ahora tenía a la pequeña Strada como único miembro en el segmento de las pick-up.

La Fullback se fabrica en Tailandia en paralelo con la L200 y arriba exclusivamente en versión doble cabina, que en Chile son 3 de cada 4 camionetas vendidas. Se trata de un segmento de alta competitividad que representa el 20% del mercado total de vehículos nuevos.

 

Conceptos técnicos y mecánicos

 

La Fiat Fullback 2016 es levemente más grande que la Mitsubishi L200. Mide 5.825 mm de largo (+10 mm), 1.815 mm de ancho (+30 mm), 1.780 mm de alto (+5 mm) y tres metros exactos entre los ejes. Pesa 1.840 kilos, tiene 205 mm de despeje al piso, puede cargar 1.040 kilos de peso y remolcar hasta 3.000 kilos, siempre que se tenga un sistema de freno adicional en el remolque.

Utiliza el mismo chasis de largueros tipo escalera de la L200, con suspensión delantera de doble brazo y eje rígido con muelles elípticos (ballestas) atrás.

Bajo el capó se esconde un bloque 2.4 litros turbodiésel de cuatro cilindros, que ofrece dos niveles de potencia: 152 caballos y 380 Nm de par con caja automática de seis velocidades como versión de entrada, y 178 Hp con 430 Nm de par asociada a una caja automática de cinco marchas (dos niveles de acabados). Este último bloque sólo está disponible en la Mitsubishi L200 Dakar.

Todas vienen con un sistema de tracción total a través de un selector electrónico, que ofrece cuatro opciones de tracción: 2H, 4H, 4LHc y 4LLc, esta última sólo con caja automática.

El diseño es prácticamente el mismo de la L200 salvo por el frontal, donde Fiat metió mano para darle a su primera camioneta un aspecto más robusto, sin afectar el buen trabajo aerodinámico que habían realizado los diseñadores de Mitsubishi.

Destaca un look  más horizontal de la parrilla, con contornos cromados en los focos, pasos de rueda ensanchados, espejos laterales cromados y llantas de 16 y 17 pulgadas de diseño específico.

La Fullback incluye neblineros y pisaderas laterales, como elementos diferenciadores, pero volviendo a lo anterior, la silueta (incluyendo la clásica curvatura de las puertas traseras) y elementos exteriores como grupos ópticos y paragolpes, son una réplica del modelo japonés.

 

Confort

Fiat metió mano en el habitáculo para mejorar algo la discreta percepción de calidad de la L200. Hay mejores materiales a la vista y el tacto, y terminaciones más trabajadas, pese a que el diseño interior es similar al del modelo base.

Los asientos de base son de tela, pero la versión testeada incluía tapiz de cuero. El diseño de los asientos delanteros está bien conseguido para brindar una conducción cómoda por varias horas, como una posición de manejo es alta como en todas las pick-up, y una relación de distancia con el volante y pisadera muy correcto incluso para personas pequeñas.

En el centro de la consola destaca un sistema de infoentretenimiento con pantalla táctil de 6,2 pulgadas, que incluye conectividad por bluetooth y cámara de retroceso.

De serie (desde $ 16.790.000 más IVA), todas las Fullback ofrecen control crucero, mandos de la radio en el volante, vidrios y espejos eléctricos, doble airbag frontal, frenos ABS y control de tracción, entre lo más relevante.

Nuestra versión Limited ($ 19.490.000 más IVA), además, ofrece climatizador bizona, sistema keyless con botón de encendido y asientos eléctricos con el mencionado tapiz de cuero.

 

Manejo

Si ya ha podido leer alguna prueba de manejo de la nueva Mitsubishi L200, pues ya tiene una idea clara de cómo se comporta la Fiat Fullback 2016. Y es que en esta materia son básicamente clones, lo que para Fiat, inexperta completa en esta materia, es una gran noticia porque se asoció a uno de los mejores constructores de pick-up del mundo.

Partamos por el corazón, el bloque 2.4 turbodiésel de 178 caballos de fuerza y notables 430 Nm de par entre 1.500 y 2.500 rpm, asociado a una caja automática de cinco marchas. Obviamente que este motor acelera en serio, más cuando la Fullback no lleva muchos kilos de carga. Hay mucho par disponible que empuja con contundencia, y la caja va bien escalonada para no permitir que el régimen decaiga.

La transmisión parece ser el Talón de Aquiles de la Fullback (como lo es de la L200). Si bien la caja mecánica es suave y muy precisa de operar, la automática tiene apenas cinco velocidades, y eso se nota tanto en la ausencia de una marcha de descanso, como en los consumos de combustible.

Sin embargo, este motor turbodiésel acelera sin hacer grandes escándalos y es difícil de escuchar cuando se conduce en carretera a 120 km/h. Otra cosa distinta es que el habitáculo esté mal aislado y deje filtrar ruidos aerodinámico y de rodadura.

El sistema de tracción de la Fullback es el mismo de la L200, el Super Select 4x4 que ofrece la opción de una reductora y un diferencial central con bloqueo para aumentar la capacidad de tracción. Nuestra experiencia de manejo off-road se desarrolló por caminos ripiados convencionales, que apenas requirieron del modo 4H, y un manejo en arena sobre una playa, que sí permitió activar el bloqueo, haciendo la conducción demasiado sencilla. En esta materia, Mitsubishi siempre ha tenido ventajas por su efectividad, y la Fiat Fullback lo hereda en plenitud.

Si bien tiene una arquitectura tradicional de ballesta, la suspensión trasera es sorprendentemente suave. Y si bien tiende a rebotar cuando la caja se encuentra vacía, el confort para los ocupantes quedó bastante bien resuelto por un enfoque menos rudo en su configuración. Así, el viaje en carretera es cómodo, no al nivel de una VW Amarok o una Mazda BT-50, pero sí lo suficiente como para no dudar de hacer muchos kilómetros.

La dirección, en tanto, tiene asistencia hidráulica, lo que la hace ser muy maniobrable pese a su tamaño. A no olvidar que la Fullback hereda el mismo radio de giro de 5.9 metros de la L200, lo que la ponen como líder del segmento en esta materia.

 

Conclusiones

Fiat ingresa a un segmento complicado y de alta especialización de la mano de un líder en como es Mitsubishi. La L200 es tan sólida, que la marca italiana puede pararse frente a rivales con mucha mayor historia, y sin desteñir ni por confiabilidad, ni por mecánica, ni por capacidades.

La marca, además, configuró su producto enfocándose en la parte alta del segmento (potente, 4x4 y automático), donde hay aún menos competencia de calidad.

¿Es una alternativa válida? Plenamente, si se considera a la Fullback como un modelo para uso particular. Es cómoda, bien equipada y agradable de manejar.

¿Y para flotas? La pick-up es buena para cualquier faena, pero ahí hay otros factores, como la posventa, materia de la cual tengo poco que opinar.