Cuando la FIA dio el visto bueno a la creación de un campeonato mundial para autos eléctricos, muy pocos creyeron que una categoría de automovilismo deportivo podría prender sin el uso de motores a combustión.
Su mayor enemigo fue Bernie Ecclestone, quien olfateaba un potencial peligro para su millonario negocio en la Fórmula Uno. Tampoco prendió entre los fabricantes automotrices, quienes prestaron un tibio apoyo al certamen, básicamente a través de auspicio a equipos privados.
Y así, la Fórmula E transitó el lento camino que significó la creación y puesta en marcha de la competencia, y ya se han realizado dos temporadas completas, sin que se haya acercado a las cifras que genera la F-1, ni es auspicios, ni en audiencias, ni en talentos.
A pesar de esto, la Fórmula E parece representar para algunos fabricantes una plataforma perfecta para desarrollar y probar tecnología, y para consolidar una imagen vinculada a la electrificación. Y es así como lentamente ha ido sumando apoyos.
Primero fue Renault, que trabaja de la mano con el equipo oficial e.Dams, y luego se sumó Mahindra, el fabricante indio que el próximo 9 de octubre, en Hong Kong, iniciará su segunda temporada con equipo propio.
El grupo francés PSA está haciendo una fuerte apuesta en electrificación y definió que estará representado en la categoría por su marca DS Automobiles, como partner tecnológico y de auspicio del equipo Virgin, y ahora con José María “Pechito” López al mando de uno de los monopostos.
Jaguar debutará esta temporada con un equipo 100% oficial, ayudado por Williams Advanced Engineering, marcando el regreso de la marca al motorsport desde su salida de la F-1 en 2004. La firma de Coventry también anunció que venderá modelos eléctricos en un futuro próximo.
La última marca en anunciar su ingreso a la Fórmula E es Audi, hasta ahora socio de la escudería ABT Schaeffler. La marca ha utilizado el motorsport para desarrollar tecnologías, como la tracción quattro en el Mundial de Rally y los motores diésel con inyección en Le Mans. Tras el anuncio de que para 2025 uno de cada cuatro Audi vendidos será eléctrico, no había mejor lugar para trabajar que en la Fórmula E.
Básicamente, lo que los fabricantes ven en este campeonato es una plataforma ideal para desarrollar y promover su propia tecnología eléctrica. Hasta este año debían compartir un mismo chasis y diseño de batería, dejando libre el desarrollo de motores y componentes del sistema. Ya para 2018 el reglamento libera las baterías y para 2019 se espera abrirlo por completo.
Y eso hace pensar que el siguiente fabricante será BMW, según expresó el jefe de la división de competición de la marca, Jens Marquardt. La marca ya está trabajando con el equipo Andretti, y provee a la categoría del Safety Car oficial, que no es otro que el BMW i8.
