El SsangYong XLV es de esos autos que hay que manejarlos para poder entenderlos bien. Nacido como una versión XL del Tivoli, mantiene todos los buenos atributos del pequeño crossover coreano. Es cómodo y veloz, pero ahora que cuenta con espacio extra, también es muy espacioso, pasando completamente a ser una importante opción como vehículo familiar. El XLV (eXciting Lifestyle Vehicle) aterrizó este año a nuestro país, con poco más de un año de diferencia con respecto al Tivoli. Con esto, XLV se coloca por debajo de Rexton y de Stavic como el modelo familiar de entrada en la oferta de crossovers y todo caminos de SsangYong.
XLV se ofrece en 8 versiones, que son mezclas entre transmisión manual y automática, dos niveles de equipamiento y dos tipos de motorizaciones, con valores que van desde los $12.990.000 hasta los $17.490.000. De todos estos, nos subimos al modelo tope de línea, propulsado por motor Turbodiésel, con caja automática y equipamiento full.
Características técnicas y mecánicas
El SsangYong XLV ya hemos dicho que es el hermano grande del Tivoli. Es exactamente el mismo auto, solo que, con un largo extendido de 238 mm, con lo que crece hasta los 4,440 metros, suficiente como para poder habilitar una zona de carga con grandes 720 litros. Para colocarlo en perspectiva con algunos de sus rivales, la Chevrolet Orlando mide 4,652 metros, pero su maletero es más pequeño, digamos de 454 litros, y esto es con la tercera fila de asientos plegada. Parecida es la Mitsubishi Outlander, con 4,655 metros y 519 litros. Esto en resumen habla de un modelo que aprovecha muy bien el espacio interior y que además podría habilitar una tercera corrida de asientos. Ahora, estos 720 litros vienen con truco, ya que no son aparentes a primera vista. Eso es porque SsangYong no ha señalado que esa cifra es sin la rueda de repuesto, accesorio que se equipa de serie en Chile, pero que en mercados europeos es opcional. Sin embargo, este espacio, usando la rueda de repuesto, aun es de 574 litros, mayor que en todos sus rivales.
Por el lado estético, SsangYong ha buscado diferenciar al XLV del Tivoli entregándole una máscara nueva, donde solo los focos y la nariz son iguales, pero donde el parachoques cambia bastante, empleando texturas símil fibra de carbono y aplicaciones color aluminio, configurando así un look más robusto y agresivo, al lado de Tivoli que usa una pieza completa del color de la carrocería, claramente enfocado a mostrar un estilo más deportivo y urbano. Hacia la zona posterior, los cambios comienzan en el pilar C, con una ventana trasera que antes no existía y un remate negro colocado para dar la ilusión de conexión entre la zona delantera y trasera, Los ópticos posteriores son más grandes y menos vistosos, y el parachoques posterior se ha simplificado, pero cuenta con mayor revestimiento plástico. Se mantiene de igual modo el maletero limpio con solo los logotipos, lo que ayuda a entregar una sensación de mayor volumen general en el modelo. En conjunto con las llantas de 18'', la XLV luce bastante refinada y deportiva, si bien su diseño general es bastante progresivo, no será del gusto de todos.
XLV comparte las plantas motrices con Tivoli. En una primera instancia tenemos un motor de 1,6 litros, 126 Hp y 160 Nm de torque. y el motor que equipa nuestra unidad de prueba, el 1.6 turbodiésel VGT, el que entrega 113 Hp y 300 Nm de torque. Ambas unidades están homologadas con norma Euro VI y se asocian a transmisiones manual y automática de 6 velocidades, en donde la nuestra portaba la automática. De consumos, el motor XDi entrega 16,7 km/l en régimen mixto, acercándose a los 12 en ciudad y 20 en carretera. La mezcla de motor diésel con tracción delantera lo pone ampliamente en ventaja contra la Orlando y la Outlander, además de otros rivales como pueden ser la Dodge Journey Diésel, que se le acerca bastante. Solo se ve superada por la Citroën C4 Picasso. En nuestras pruebas tuvimos una diferencia de 2 km/l con respecto a lo que indica el 3CV lo que puede explicarse por el bajo kilometraje de la unidad y porque su entretenido motor nos incita a llevarla más pisada.
Confort y Habitabilidad
El SsangYong XLV comienza las sorpresas en su interior. Lo primero son los asientos delanteros, abutacados y con agradable sujeción lateral, sin ser tampoco incomodos. El diseño interior se mantiene del Tivoli, heredando prácticamente todo. Es de estilo bastante progresivo y llamativo, excéntrico en algunas funciones, como el climatizador con indicadores LED, elemento que ha sido modificado en otros países con un display LCD alargado. Otra "choreza" que no es muy práctica son los botones alargados para el computador a bordo y la asistencia de la dirección en la consola central y no en un lugar más lógico de uso; lo mismo para el botón que acciona los modos de manejo, al costado izquierdo del volante.
Los materiales son correctos para el segmento, si bien en algunos lados se pudo haber entregado más cariño, pero, al fin y al cabo, encontramos que esta todo más o menos correcto. La habitabilidad en las plazas traseras es grata y cómoda, especial para pasajeros altos. Además, el respaldo es reclinable, perfecto para viajes largos.
Aparte de la habitabilidad, el XLV comprende bastantes espacios portaobjetos, desde las puertas hasta los asientos en su parte posterior, con el clásico "revistero" fabricado con cordones elásticos o la consola central que permite colocar elementos como un Tablet.
Tecnológicamente hablando, tenemos algunos peros con el XLV. Estos tienen que ver con un computador a bordo de diseño anticuado y un sistema multimedia que, si bien es completo y de interfaz moderna, a ratos es porfiado y poco intuitivo en algunas de sus funciones. En modelos que no llegan a Chile se añade navegador, algo que es bastante practico para un auto familiar. Aparte del puerto USB, también se incorpora un puerto HDMi que permitirá extender la pantalla de algunos dispositivos a la central, pero que no ofrece mayor usabilidad versus MirrorLink u otros medios de soporte.
Hasta aquí todo bien. El XLV es original, muy práctico, con una correcta posición de manejo (alta, enfatizada por el hecho que el tablero queda un poco hacia abajo) y tecnológicamente bien equipado. Sin embargo, hay un preocupante ítem en la configuración local; el hecho que solo comprenda 2 Airbags y ningún control de estabilidad. Esto nos preocupa de sobre manera y es una gran mancha negra que empaña lo excelente del modelo. Un vehículo de sobre 15 millones de pesos, puede estar correctamente ensamblado y ser de excelente calidad, pero es impresentable que se comercialice sin estos importantes elementos de seguridad y no hay justificación que nos haga cambiar de parecer, salvo que nos informen que el próximo año, estos serán incorporados.
Impresión de Manejo
Volvemos a lo positivo. Se sorprenderán que el pequeño 1.6 con Turbo de Geometría Variable tiene apenas 113 Hp. Poco para mover un auto de este tamaño. Pero si, por otro lado, decimos que tiene 300 Nm de torque, la cosa cambia. Además, en conjunto con la caja automática, que es de funcionamiento regular (sobre la media) logra poner esa fuerza justo cuando más se necesita, al momento de mover el auto desde abajo y en ciudad, entre las 1500 y 2500 RPM, y esta característica hace que la XLV se sienta ligera y sorprendentemente veloz. Claro, quizás los consumos inicialmente no serán los mejores, pero al aplanarse en carretera, que es donde la fuerza de este motor se relaja, la cosa mejora. De todos modos, uno nunca ve muy altas revoluciones con los motores Diésel y eso asegura que con solo bajar un cambio tendrás fuerza suficiente para adelantar. Eso sí, hay que considerar que esto podría cambiar con el auto cargado, percibiéndose mucho más pesado. Ojo, que con peso, también se echará mucho mas de menos la mencionada carencia de control de estabilidad; se recomienda un manejo suave.
La XLV cuenta con una dirección asistida electica, pero de sensibilidad regulable en tres modos, donde si bien el feedback es sutil, hay cambios considerables. El modo Sport será el preferido de todos, por ser el que ofrece mayor resistencia, si bien puedes pasar a un modo más blando (Normal o Comfort) para maniobrar en ciudad, donde casi no se percibe el tamaño del auto. Aparte de los modos de dirección, están los modos de manejo, los cuales también son bien discretos. Usualmente nos quedaremos en Eco para la ciudad, Power en carretera (que hace más vivaz la entrega de potencia y sostiene más las RPM) y Winter, para ir con cuidado en superficies que puedan ser resbalosas. La caja automática Aisin de 6 velocidades es suficiente, pero tiene un nefasto modo manual, que copia un poco de los libros de General Motors, usando un accionador en el mismo pomo para subir o bajar las marchas.
Fuera de todo, la XLV es bastante maniobrable y agradable para su tamaño. Se puede percibir ligeramente áspera en algunos tramos, pero es algo clásico de los neumáticos con bajo perfil. Para uso diario, estos neumáticos elevan el performance y el grip, algo que siempre es bueno en autos como estos, de gran volumen y que necesitan una mano extra en agarre.
Conclusión
La SsangYong XLV es un excelente auto familiar, en ese sentido no hay nada que decir. Diseño original, buen equipamiento, considerando que tiene control crucero, pack eléctrico completo, sistema multimedia con Bluetooth y cámara de retroceso, modos de manejo, modos ajustables para la dirección, computador a bordo, iluminación LED y diversas soluciones para llevar objetos, entre otros. Está bien armada, bien terminada, es muy confortable y entretenida de manejar. Además, combina los mejores elementos de un monovolumen, en un paquete más de crossover, lo que a muchos les encantará. Y si no te gusta la caja automática, puedes también optar por una manual de tacto más directo.
Pero lamentablemente las faltas en la configuración de seguridad empañan lo que podría ser una excelente recomendación, sabiendo que en otros mercados estos elementos si se incorporan. Nos quedaremos a la espera de un cambio en este apartado como para poder realmente decirle que si a la XLV, al menos en Chile.