Changan es una de aquellas marcas extrañas en el mercado chileno. Tiene un mal nombre, demasiado chino para generar recordación, y una historia dudosa por algunos productos olvidables, como el Benni que abrió su rutero en Chile.
Pero a Changan le va sorprendentemente bien, a nivel mundial y en el mercado chileno, y no tendría por qué ser lo contrario. Fundada en 1862, Changan es la marca líder en ventas en China, con 2,78 millones de autos vendidos en 2015, donde se incluyen sus asociaciones con Suzuki, Ford, JMC, Mazda, Peugeot y Citroën.
Su bastión es su gama de vehículos comerciales livianos, pero ha construido una sólida reputación con sus modelos de pasajeros, incluyendo su nueva línea de SUV, que ya cuenta con tres modelos para segmentos diferenciados: el CS15, CS35 y CS75.
Y aquí tenemos el mayor de ellos, el CS75, lanzado en Chile a mediados de año con una propuesta de valor dada por dos de los atributos menos comunes entre los autos de este origen: diseño de vanguardia y alta calidad de manejo.
El Changan CS75 se vende en Chile en dos versiones (Comfort y Luxury), con precios desde $9.990.000 hasta $11.590.000.
Características técnicas y mecánicas
El Changan CS75 utiliza una nueva base mecánica para la marca. Mide 4.650 mm de largo, 1.850 mm de ancho, 1.705 mm de alto y tiene entre ejes 2.700 mm, ofreciendo un despeje al piso de 190 mm. Con estas medidas lo equipara en tamaño a modelos como el Hyundai Tucson, el Mazda CX-5 y el Subaru Forester.
La suspensión delantera es McPherson, mientras que en el eje trasero ofrece un multilink. Los neumáticos son de 17 pulgadas, con medidas 255/65, mientras que los frenos son de disco ventilado adelante y discos sólidos atrás. El ABS, EBD y AFU son de serie.
Bajo el capó esconde uno de los nuevos motores de la familia BlueCore, un 2.0 litros VVT que eroga 156 caballos de fuerza y 200 Nm de par a las 4.000 rpm, y que está asociado a una caja mecánica de seis velocidades, que envía el par al eje delantero.
En términos de seguridad, el Changan CS75 obtuvo 59 de 62 puntos posibles en los test de choque de la C-NCAP, siendo el SUV mejor ranqueado en esta prueba.
De serie incluye doble airbag, sensores de retroceso, pero nuestra versión testeada agrega airbags laterales y de cortina, control de estabilidad y tracción, sensores delanteros, cámara de retroceso, monitor de presión de neumáticos, asistencia hidráulica de frenado y freno de emergencia, lo que lo pone a la cabeza en esta materia.
El diseño del CS75 en moderno y hasta podría decirse que luce vanguardista. Llama la atención su frontal, con una gran barra cromada que lleva el nombre de la marca inscrito, y que se extiende a través de los grupos ópticos que muestran un anillo en color azul. La silueta es agradable y elegante.
Destaca en equipamiento las barras en techo, los neblineros, las luces traseras LED, un spoiler, el sunroof y las llantas aleación de 17”.
Confort y habitabilidad
Uno de los puntos fuertes del Changan CS75 es su habitabilidad. Si bien hay SUV de este tamaño que ofrecen una tercera corrida de asientos, este modelo tiene capacidad para cinco pasajeros, con una banqueta trasera muy generosa en espacio.
Con una base baja y un respaldo con buena reclinación, el confort para tres ocupantes está garantizado, más allá de que en el puesto central siempre se vaya más incómodo que en los laterales.
En cuanto a capacidad de carga, el CS75 ofrece un maletero enorme y fácil de cargar, con 590 litros de capacidad, que lo pone como uno de los líderes del segmento.
En cuanto a diseño interior, hay varios elementos que nos recuerdan al Tucson, básicamente la consola central. Destaca una pantalla táctil de 7 pulgadas, aunque su conectividad es limitada (sólo bluetooth para teléfono y música) y no es demasiado intuitiva en su manipulación. La marca ofrece ambas versiones con opción de navegador, pero nuestra unidad de prueba no lo tenía.
El auto incluye un buen nivel de equipamiento de confort: aire acondicionado, pack eléctrico completo, keyless con botón de partida, freno de mano eléctrico, computador a bordo, luces automáticas y tapiz de cuero, además de los mencionados sensores de proximidad con cámara.
Impresión de manejo
Nos hemos acostumbrado a que los autos de origen chino tengan un mismo patrón de comportamiento dinámico, quizás explicado por el gusto particular que tienen en su mercado de origen.
En términos generales, los autos chinos han ofrecido siempre una dirección sobre asistida y con escaso tacto al conductor, una suspensión muy enfocada en el confort, lo que redunda en exceso de rolido en curva y una menor sensación de aplomo, reacciones impredecibles cuando se le fuerza en urgencia, motores escasos de torque en baja y poco elásticos, y exceso de ruido.
Dependiendo de la marca (y modelo) que se trate, estas sensaciones son más o menos marcadas.
Pero algo nos ocurre con el CS75 que no parece seguir este mismo patrón. La dirección es rápida y precisa, y transmite bastante información al usuario. La suspensión es suave, sí, y con un recorrido de amortiguador largo como todo SUV demanda, pero es capaz de afirmar la carrocería en situaciones más radicales, dando una mayor sensación de aplomo y seguridad, y lo que es mejor, sin generar movimientos parásitos que descoloquen al conductor.
Su motor de dos litros es muy bueno. Empuja bien desde la salida y es progresivo a medida que sube en régimen, y si bien podría ser un poco más elástico, no nos deja botado si el cambio se queda pegado en una marcha alta.
Tampoco es ruidoso, ni siquiera sobre 140 km/h. Y si lo es, no se escucha adentro del habitáculo, lo que habla de una mejora de calidad en esta materia.
La relación de caja y motor es buena, ofreciendo mucha disponibilidad de par en un régimen amplio, aunque los consumos se ven afectados de manera importante, quizás porque la masa de este SUV supera las dos toneladas.
Pese a que la marca habla de 10,6 km/litro en ciclo mixto, a nosotros nos rindió poco más de 9.
Conclusión
El Changan CS75 sorprende por varias razones. Primero, tiene un diseño atractivo, aunque esto se está convirtiendo en tónica en el origen chino. Segundo, porque la calidad percibida del habitáculo es más que buena, pese a la presencia de algunos plásticos escondidos que son para el olvido.
Tercero, y lo más relevante, porque anda sorprendentemente bien. Es sólido y aplomado, cómodo y silencioso, seguro y convincente. Sin parecer prejuicioso, no parece para nada un producto chino.
Si a eso agrega que en las versiones tope de gama hay un muy buen nivel de equipamiento y, sobre todo, seguridad, estamos ante una opción concreta de hacerse con un buen SUV, a un precio más que razonable.